La plaza Tiananmen —centro político de China y símbolo del poder del régimen comunista— fue puesta bajo un estricto cierre ante el brote de COVID-19 que afecta a Beijing.
Las autoridades chinas reforzaron las medidas de control en la capital de acuerdo con su política oficial de «COVID Cero» y nueve distritos de la ciudad fueron incluidos en las órdenes de cierre.
La plaza Tiananmen estará cerrada desde el miércoles hasta el 15 de junio como parte de las medidas contra COVID, anunció el martes el Comité de Gestión del Distrito de Tiananmen de Beijing a través de su sitio web. Es la primera vez que la plaza Tiananmen se cierra debido a la pandemia.
Las autoridades también anunciaron que a partir del martes, se reforzarán las medidas de control en los nueve distritos del total de 16 de la ciudad, entre los que se encuentran Chaoyang, Haidian, Fengtai, Shijingshan, Tongzhou, Shunyi, Changping, Fangshan y Mentougou.
En estos distritos, todos los residentes tienen restringida la libre circulación y recibieron instrucciones de trabajar desde sus casas hasta el 28 de mayo.
La orden afecta a 11.8 millones de personas del total de 21.88 millones de residentes en Beijing.
Las autoridades de Beijing ya habían bloqueado la mayoría de las zonas de los distritos de Chaoyang y Fengtai desde el 5 de mayo.
También cerraron más de 154 líneas de autobús y 101 estaciones de metro.
Por su parte, residentes de muchas zonas se están quejando a través de las redes sociales de los cierres no anunciados.
Todos los locales culturales, de entretenimiento y deportivos de interior están cerrados temporalmente durante este tiempo, al igual que los parques al aire libre, las instituciones de formación fuera de línea, las instituciones de asistencia social y las residencias de ancianos.
Las comunidades residenciales y los edificios comerciales también quedaron cerrados.
Los mensajeros y los repartos, incluidos los de alimentos, no pueden entrar en las comunidades residenciales de los distritos, lo que está provocando quejas masivas de los ciudadanos.
Según las cifras oficiales publicadas por las autoridades, entre el lunes y el martes se registraron 71 nuevos casos de COVID-19 en Beijing. Desde el 22 de abril, se han registrado un total de 1591 casos en la ciudad, los que afectan a 15 distritos.
«No sé si los datos oficiales serán ciertos o no», dijo un residente de Beijing apellidado Li a The Epoch Times. «De todos modos, esta vez Beijing [su cierre y control] es más estricto que Shanghai».
En los últimos días, se ha informado en Beijing de que las puertas de los edificios residenciales han sido soldadas y miles de residentes han sido trasladados a la fuerza desde sus hogares a instalaciones de aislamiento centralizadas.
The Epoch Times obtuvo un vídeo en el que se ve cómo sueldan una entrada de un edificio residencial en Beidatun, en el distrito de Chaoyang, debido a que se encontró un caso de COVID-19 entre sus residentes.
Gao Rui, un residente que vive cerca de la carretera de Jingliang en la ciudad de Changyang del distrito de Fangshan, dijo a The Epoch Times que decenas de miles de personas viven en las más de diez comunidades de la zona.
«No hay ni un solo caso de COVID en nuestras comunidades y se sigue manteniendo el cierre, lo que es muy poco razonable», dijo Gao.
Antes del lunes ya llevaban cinco días de cierre. Las autoridades no han proporcionado a los residentes alimentos o suministros y ellos solo pueden conseguirlos comprándolos por Internet cuando es posible.
Los ciudadanos afectados se han quejado de las nuevas medidas de control a través de la red social china Weibo.
«¿Por qué prohíben la entrada a la comunidad residencial de las zonas de bajo riesgo a los repartidores y a la comida para llevar?», cuestionó un ciudadano en un posteo de Weibo.
«Algunas comunidades son antiguas y no tienen ascensor. Hay personas mayores que viven solas en casa. ¿Cómo van a conseguir comida [sin reparto]?», preguntó otro residente.
«A los repartidores y mensajeros no se les permite entrar en la comunidad y los residentes tienen que reunirse en la entrada para recoger sus entregas, [las autoridades] han creado una concentración masiva», dijo otro poblador.
Hasta ahora se han realizado al menos seis rondas de pruebas de ácido nucleico para detectar COVID-19 a todos los residentes de 14 distritos de la ciudad.
El virólogo Chang Rongshan dijo que existe un riesgo de infección cruzada cuando los residentes bajan a hacer cola para las pruebas de ácido nucleico. Chang dijo que el objetivo del régimen de limpiar la ciudad de COVID-19 para junio es «francamente imposible», ya que el número de nuevas infecciones diarias está aumentando.
Mientras tanto, el cierre de Shanghai aún no se levanta a pesar de que comenzó a finales de marzo. A su vez la importante ciudad septentrional de Tianjin se cerró el sábado, provocando interrupciones en sus operaciones portuarias.
Yan Huixin, subdirector del Centro de la OMC del Instituto de Investigación Económica de China, declaró a The Epoch Times que el cierre de China ha provocado una caída en la economía del país.
Asimismo, ha perturbado la cadena de suministro mundial y ha afectado a los principales destinos de las exportaciones chinas: los mercados de Estados Unidos y Europa, dijo Yan.
Con la contribución de Lin Cenxin, Luo Ya, Xu Meng’er y Hong Ning
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