Beijing comienza a regular la disponibilidad y los precios de los granos y el aceite vegetal, en medio de la guerra comercial

Por Olivia Li - La Gran Época
16 de mayo de 2019 5:40 PM Actualizado: 16 de mayo de 2019 5:40 PM

El 13 de mayo, Beijing emitió un plan de control de emergencia para regular el suministro y los precios de los granos y el aceite vegetal. La medida se produce en medio de las crecientes tensiones comerciales con Estados Unidos, así como de las recientes noticias de que desastres naturales provocaron una caída en la producción nacional de granos.

La Comisión de Desarrollo y Reforma de la ciudad de Beijing afirmó que el plan garantizaría que el suministro y los precios de los granos y el aceite estén dentro de un rango normal, de acuerdo con un artículo del 13 de mayo del periódico estatal Beijing News.

Sin embargo, las regulaciones aluden a la preocupación por la seguridad alimentaria.

La comisión dijo que monitorearía las fluctuaciones en el precio al por mayor promedio de los principales productos de granos, como el arroz japónica (la variedad de arroz más consumida en China) y la harina enriquecida, así como también de aceites vegetales como el aceite de soja. A cada producto se le asignará un nivel de indicador de alarma: seguro, moderadamente peligroso o extremadamente peligroso, en función del grado de las fluctuaciones de su precio.

Para los productos que alcanzan un nivel moderadamente peligroso, las autoridades verificarán las reservas nacionales, “mejorarán la supervisión del mercado” y buscarán predecir los precios. Para aquellos productos que llegan al nivel de “extremadamente peligroso”, las autoridades comenzarán a poner en el mercado las reservas de los graneros nacionales, identificarán nuevas fuentes de compra e “interferirán” con el precio del mercado.

Para la seguridad alimentaria, el régimen chino implementó un sistema de reservas de granos. Las empresas estatales de alimentos llenan los depósitos con granos comprados a los agricultores locales, y los precios se mantienen bajos con los subsidios del gobierno central.

El artículo cita a un funcionario de la Comisión diciendo que el plan “tiene en cuenta” una perspectiva a largo plazo, como “cuando China se enfrenta a entornos nacionales e internacionales complejos”. Esto último es un indicio de la actual disputa comercial con Estados Unidos.

Qin Peng, un analista chino de temas financieros radicado en Estados Unidos, dijo el 13 de mayo a la edición en chino de La Gran Época que es muy probable que las nuevas regulaciones de Beijing estén relacionadas con la escalada de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China. “Las autoridades de Beijing se enfocaron en el arroz japónica, la harina enriquecida y el aceite de soja. Para la materia prima utilizada para hacer estos dos últimos, China depende en gran medida de las importaciones de Estados Unidos”.

Qin cree que los precios de la harina enriquecida y el aceite de soja podrían subir drásticamente a medida que se intensifica la guerra comercial.

El 10 de mayo, el gobierno de Estados Unidos impuso un aumento arancelario a las importaciones chinas por valor de 200.000 millones de dólares, elevando los aranceles del 10 por ciento al 25 por ciento.

En represalia, Beijing anunció en la noche del 13 de mayo que aumentará los aranceles sobre los bienes estadounidenses, que oscilan entre el 5 y el 25 por ciento, por un valor de 60.000 millones de dólares.

Los nuevos aranceles incluyen tarifas del 25 por ciento para una variedad de aceites de cocina como la de soja, maní, oliva, girasol y coco.

Sin embargo, los productos alimenticios básicos, como la carne de cerdo fresca, la soja, el trigo y el sorgo, están notablemente ausentes de la nueva lista arancelaria.

Ante la insuficiente producción nacional de granos debido a las sequías y a la propagación de enfermedades en los cultivos, Beijing parece haber dejado las importaciones estadounidenses de cultivos básicos fuera de la nueva lista de aranceles para evitar una crisis alimentaria.

Las autoridades chinas confirmaron recientemente que una plaga destructiva llamada gusano cogollero ya afectó a muchas partes del país asiático. El gusano no tiene depredadores naturales en China y puede causar daños significativos a los cultivos como el maíz, el arroz, el trigo, el sorgo, la cebada, la caña de azúcar, la soja y el maní. Todos estos factores han ejercido una gran presión sobre el suministro de alimentos de China.

Y con las negociaciones comerciales que finalizaron en Washington la semana pasada sin que se llegara a un acuerdo, las importaciones de Estados Unidos son un futuro incierto.

Qin cree que basándose en el comportamiento agresivo habitual de represalias de Beijing, las autoridades podrían incrementar aún más los aranceles o incluso promulgar un embargo sobre las importaciones agrícolas de Estados Unidos, lo que conduciría a un mayor aumento de los precios de los granos y los aceites de cocina en China.

El brote generalizado de peste porcina africana en China, que provocó decenas de muertes de cerdos, ya produjo un fuerte aumento de los precios de la carne de cerdo.

En abril, el índice de precios al consumidor (IPC) de China aumentó un 2,5 por ciento interanual, el nivel más alto desde noviembre de 2018, según los últimos datos del Buró Nacional de Estadística de China. Los precios de la carne de cerdo subieron un 14,4 por ciento.

El comentarista de La Gran Época He Jian señaló que los países limítrofes con China en la región del Mar Meridional de China son otra fuente de importaciones agrícolas. Sin embargo, debido a las acciones agresivas del régimen chino para hacer valer sus reivindicaciones de soberanía en el Mar Meridional de China, sus relaciones con esos países fronterizos son difíciles. Si la situación diplomática allí empeora, también podría afectar los precios de los alimentos, sostuvo He.

He además apuntó que las recientes regulaciones de Beijing para ponerle un freno al aumento de los precios de los granos podrían ser un intento de evitar que los consumidores insatisfechos cuestionen a las autoridades chinas.

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