Beijing criticó la declaración conjunta de los gobiernos de Nueva Zelanda y Estados Unidos donde expresaron “graves preocupaciones” sobre el historial de violaciones de derechos humanos del Partido Comunista Chino (PCCh) y su actual accionar para expandir su influencia en la región del Pacífico.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian, afirmó que la declaración difamaba la “cooperación” del PCCh con los países de las islas del Pacífico y que los asuntos relacionados con Taiwán, Xinjiang y Hong Kong eran “asuntos internos”.
También acusó a los dos gobiernos de tener motivos ocultos para “crear desinformación” sobre China.
En la declaración, el presidente Joe Biden y la primera ministra Jacinda Ardern dijeron que se oponían a las actividades y reclamos marítimos ilegales en el Mar de China Meridional y reiteraron su grave preocupación por las violaciones a los derechos humanos en Xinjiang y la erosión de las libertades en Hong Kong.
Enfatizaron la importancia de la paz y la estabilidad a través del Estrecho de Taiwán y “fomentaron la resolución pacífica de los problemas a través del Estrecho”.
Ambos también señalaron la “creciente competencia estratégica” en el Pacífico y el acuerdo de seguridad entre el PCCh y las Islas Salomón debido a la preocupación de que “alteraría fundamentalmente el equilibrio estratégico de la región y plantearía preocupaciones de seguridad nacional para ambos países”.
Zhao también se dirigió directamente al gobierno de Nueva Zelanda y dijo que la pequeña nación debería “adherirse a su política exterior independiente”, insinuando que su gobierno debería alejarse de la influencia de la política estadounidense.
El medio estatal chino, Global Times, dijo que Nueva Zelanda era una nación que se «inclina» más hacía las preocupaciones de Estados Unidos que en el papel de China en la región.
También acusó a Nueva Zelanda de no poder “soportar” la presión de Estados Unidos y de repetir su “retórica anti-China”.
Con la coacción económica de Beijing sobre Australia como ejemplo de represalia del PCCh por acciones que el régimen desaprueba, existen dudas sobre si esto podría afectar la relación económica de Nueva Zelanda con su mayor aliado.
Robert Patman, un experto en relaciones internacionales de la Universidad de Otago, dijo que, si bien esto podría indicar algunas implicaciones para el comercio de Nueva Zelanda, cree que Beijing todavía hace una «distinción» entre las dos naciones.
“Australia se considera mucho más cercana a Estados Unidos”, dijo Patman a Newshub.
Pero Geoffrey Miller, analista internacional del Proyecto Democracia de la Universidad Victoria de Nueva Zelanda, dijo que los comentarios recordaban los comentarios hechos por Beijing a Australia antes de implementar aranceles comerciales radicales.
“Este es un momento muy peligroso para Nueva Zelanda”, dijo Miller a The Australian. “Podría ser solo una señal de advertencia para retroceder, pero podría ser el comienzo de algo más fuerte”.
Mientras tanto, la ministra de Relaciones Exteriores de Nueva Zelanda, Nanaia Mahuta, se reunió con el embajador chino el jueves por la mañana, pero dijo que no había tiempo suficiente para plantear una declaración conjunta.
«En la reunión se trataron diversos temas relacionados con el Pacífico, la relación bilateral y el hecho de que estamos reconociendo 50 años de relación con China», explicó Mahuta.
Pero el embajador, Wang Xiaolong, amenazó a Nueva Zelanda en un discurso ante el Consejo de China de Nueva Zelanda, diciendo que el país no debería dar por sentado a su mayor socio comercial.
La declaración conjunta fue emitida luego de la reunión de Ardern con Biden en la Casa Blanca el martes en Washington.
Los dos discutieron temas relacionados con la seguridad en la región del Indo-Pacífico, el cambio climático y el control de armas.
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