El régimen chino impuso el 23 de julio sanciones de represalia contra varios estadounidenses, entre ellos el exsecretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, en respuesta a las sanciones estadounidenses contra funcionarios chinos implicados en la represión por parte de Beijing en Hong Kong.
Las sanciones son las primeras impuestas por Beijing en virtud de su nueva ley de sanciones contra extranjeros, aprobada en junio, y se producen días antes de que la vicesecretaria de Estado estadounidense, Wendy Sherman, visite China a pesar de las profundas tensiones en las relaciones.
El régimen chino dijo que impuso «contra-sanciones recíprocas» a una entidad y seis individuos, que son representantes actuales y pasados de una serie de organizaciones, incluyendo la Comisión Ejecutiva sobre China del Congreso y la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad Estados Unidos-China.
Otras organizaciones seleccionadas fueron el National Democratic Institute for International Affairs, el International Republican Institute, Human Rights Watch y el Hong Kong Democracy Council, con sede en Washington.
El Ministerio de Asuntos Exteriores del régimen, en un comunicado, criticó ferozmente un reciente aviso comercial de Estados Unidos sobre Hong Kong y las sanciones estadounidenses a funcionarios chinos en Hong Kong, describiéndolas como acciones que «violan gravemente el derecho internacional y los principios básicos de las relaciones internacionales, y que interfieren gravemente en los asuntos internos de China».
En respuesta, la Casa Blanca dijo que no se dejaba intimidar y que seguía «plenamente comprometida con la aplicación de todas las autoridades de sanciones estadounidenses pertinentes».
«Estas acciones son los más recientes ejemplos de cómo Beijing castiga a ciudadanos y empresas privadas, y a organizaciones de la sociedad civil como una forma de enviar señales políticas», dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, en una sesión informativa el viernes.
La semana pasada, Washington impuso sanciones a más funcionarios chinos por su papel en sofocar la democracia en Hong Kong. También emitió una advertencia sobre el deterioro de las condiciones comerciales en la ciudad, que ha visto un dramático retroceso de sus libertades desde que Beijing impuso una draconiana ley de seguridad nacional el pasado mes de junio.
Es la segunda vez este año que China impone sanciones a funcionarios que sirvieron durante el mandato del expresidente Donald Trump, quien adoptó una postura dura con el régimen comunista y se enfrentó a él por el comercio, las prácticas empresariales, los derechos humanos y otras cuestiones.
Cerca de la toma de posesión de Biden como presidente en enero, China anunció sanciones contra el secretario de Estado saliente, Mike Pompeo, y otros 27 altos cargos de Trump.
El año pasado, Beijing también impuso sanciones a varios legisladores estadounidenses conocidos por defender los derechos humanos en China y a otras personas pertenecientes a think tanks y organizaciones sin ánimo de lucro.
«Los estadounidenses de ambos partidos se oponen a estas indignantes medidas para atacar a quienes defienden los derechos humanos universales y las libertades fundamentales», dijo Psaki.
«El intento de Beijing de intimidar y amedrentar a las ONG respetadas internacionalmente, solo demuestra su mayor aislamiento del mundo», añadió.
Samual Chu, director del grupo de defensa de los derechos humanos Hong Kong Democracy Council, la entidad sancionada por Beijing, dijo que ser blanco de Beijing era una «insignia de honor».
«Beijing puede sancionarnos, pero esto solo afirma nuestra eficacia, refuerza nuestra determinación y deja al descubierto su vergonzosa represión para que el mundo la vea», dijo Chu en un comunicado.
La directora de Human Rights Watch para China, Sophie Richardson, que también fue sancionada el viernes, describió la medida como una distracción.
«Nadie debería distraerse con la ‘rabieta diplomática del día’ del Ministerio de Asuntos Exteriores. Por el contrario, todo el mundo debería centrarse en poner fin a las violaciones de los derechos humanos y a los crímenes de lesa humanidad cometidos por el gobierno chino», afirmó en un comunicado.
No fue posible contactar inmediatamente con Ross para que hiciera comentarios.
Con información de Reuters.
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