La periodista australiana de origen chino Cheng Lei regresó a Australia tras pasar los últimos tres años entre rejas en China.
Se produce tras múltiples esfuerzos del gobierno federal australiano por tratar el asunto con las autoridades chinas.
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, confirmó que Lei había llegado sana y salva a Melbourne y se había reunido con su familia.
«Su regreso será muy bien acogido no sólo por su familia y amigos, sino por todos los australianos», declaró Albanese en un comunicado de prensa.
«Su liberación se produce tras la finalización de los procesos legales en China», añadió.
«El gobierno australiano seguirá prestando todo el apoyo consular que necesiten la señora Cheng y su familia».
En declaraciones a los periodistas, Albanese dijo que había hablado con Lei, que fue recibida en el aeropuerto por la ministra de Asuntos Exteriores australiana, Penny Wong.
«Su regreso pone fin a unos años muy difíciles para la Sra. Cheng y su familia», declaró.
«Este es un resultado que el gobierno australiano estuvo buscando durante mucho tiempo y su regreso será muy bien recibido no sólo por su familia y amigos, sino por todos los australianos».
El ex senador liberal Eric Abetz dijo que el gobierno laborista merecía crédito por perseverar en el asunto de la Sra. Cheng.
En esta ocasión, el ministro de Asuntos Exteriores Wong hizo lo correcto al reunirse con Cheng Lei en el aeropuerto de Melbourne y se sospecha que trabajó duro entre bastidores para su liberación. Por ello, el ministro y el gobierno merecen reconocimiento», declaró a The Epoch Times en un correo electrónico.
«Todos los australianos celebrarán la liberación de la periodista Cheng Lei de una prisión china. Su puesta en libertad se autorizó aparentemente sobre la base de que todos los asuntos legales habían concluido», afirmó.
«El hecho de que Cheng Lei haya pasado tres años en prisión acusada de revelar secretos de Estado y haya sido puesta en libertad sugiere que las acusaciones nunca tuvieron fundamento. Si fueran cargos auténticos con pruebas sólidas que los respaldaran, la brutal dictadura de Beijing nunca habría permitido su puesta en libertad».
3 años de detención en China
Lei trabajaba como reportera para la Red de Televisión Global China (CGTN), un medio de comunicación estatal, cuando fue acusada de suministrar ilegalmente secretos de Estado al extranjero.
Fue detenida por el Ministerio de Seguridad del Estado chino en agosto del 2020, en un momento en que Beijing emprendía una amplia campaña de coacción económica contra Australia.
La medida se consideró otro ejemplo de «diplomacia de rehenes» utilizada para intimidar a las naciones occidentales, y se produjo después de que el anterior gobierno de Morrison pidiera una investigación independiente sobre los orígenes del COVID-19.
En agosto, la Sra. Lei envió una carta pública a Australia en la que detallaba sus duras condiciones en la prisión china y su deseo de ver a sus dos hijos pequeños.
La periodista australiana afirmó que sólo podía estar al sol 10 horas al año y que no había visto un árbol desde que fue condenada a prisión.
«No puedo creer que evitara el sol cuando estaba en Australia», escribió en la carta.
«Cuando volví la última vez, me envolví en la doona y fingí que me abrazaba mi familia bajo el sol».
El Sr. Albanese dijo que su liberación no será una condición para que él visite Beijing, diciendo que las visitas y el diálogo «no deben ser transaccionales».
«Lo peor que puede ocurrir entre naciones que tienen desacuerdos es que dejen de hablar», dijo en agosto.
«Mi gobierno sigue comprometiéndose con sus homólogos a distintos niveles: a nivel ministerial, a nivel burocrático, a distintos niveles de seguridad nacional. Estamos comprometidos. Eso es positivo».
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.
