TAIPEI, Taiwán—China está presionando a varios países para que envíen a los ciudadanos de Taiwán a China continental, afirmó en su último informe el grupo de derechos humanos Safeguard Defenders, con sede en Madrid.
Al hacerlo, el régimen comunista está socavando la soberanía de la isla autogobernada, escribió el grupo de derechos humanos en su informe del 30 de noviembre titulado «La caza de taiwaneses en el extranjero por parte de China». Los taiwaneses que están en el punto de mira del régimen para deportarlos o extraditarlos al continente son los sospechosos de haber cometido delitos fuera de Taiwán.
Los taiwaneses sospechosos de haber cometido delitos no son el único grupo de personas que el régimen chino persigue «sin vacilar» para violar las normas internacionales, según el informe. Otros grupos son los refugiados uigures, los defensores de los derechos humanos y los hongkoneses que huyen.
Sin embargo, el informe señaló que la difícil situación de los ciudadanos taiwaneses ha recibido mucha menos atención, teniendo en cuenta que más de 600 ciudadanos de Taiwán fueron extraditados a China desde todo el mundo entre 2016 y 2019.
Durante ese lapso de cuatro años, España deportó a China a un total de 219 ciudadanos taiwaneses, la cifra más alta entre ocho países, según el informe. Camboya deportó a 117, Filipinas a 79, Armenia a 78, Malasia a 53, Kenia a 45, Indonesia a 18 y Vietnam a 1.
«La cuestión fundamental aquí es que la negación de los derechos humanos fundamentales en China, concretamente el derecho a un juicio justo y a no ser torturado, se niega sistemáticamente», dijo Michael Caster, asesor principal de Safeguard Defenders y que trabajó en el informe, a The Epoch Times por correo electrónico.
«Según las normas jurídicas internacionales, el principio de no devolución dicta que ninguna persona debe ser enviada a un país en el que corra el riesgo de ser perseguida y de que se le nieguen sus derechos fundamentales».
Los tribunales chinos son conocidos por ser una herramienta del Partido Comunista Chino (PCCh) para silenciar a los críticos y castigar a los disidentes. Varios presos y detenidos han denunciado palizas, agresiones sexuales, torturas, acceso limitado o nulo a la atención médica y otros malos tratos dentro de las cárceles y centros de detención chinos.
«En lo que respecta al tratamiento de los ciudadanos taiwaneses tras su traslado forzoso a China, hemos visto noticias contradictorias», dijo Caster. «Es preocupante que haya habido casos de confesiones forzadas. En otros casos, a los ciudadanos taiwaneses se les han negado las visitas o la comunicación con sus familiares en Taiwán».
Casper dijo que el grupo no se encontró con casos de taiwaneses enviados a China en el último año y advirtió que el riesgo para los de la isla autogobernada sigue existiendo.
«No cabe duda de que esto no es un indicio de que la tendencia esté retrocediendo y, en cambio, es solo un resultado de la COVID», dijo.
Apoyo internacional
Safeguard Defenders hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que se pronuncie contra la práctica actual de China contra los taiwaneses.
«EE. UU. y otros gobiernos deben dejar claro que no aceptarán deportar o extraditar a ciudadanos taiwaneses de sus países a China», dijo Caster.
«Más allá de los ciudadanos taiwaneses, a la luz de la gravedad de los problemas de derechos humanos en China, todos los países deben declarar una moratoria inmediata sobre todas las extradiciones y deportaciones a China».
El informe añadía que la cuestión de la soberanía de Taiwán ni siquiera tenía que plantearse si los gobiernos decidían ponerse del lado de la isla.
«Esta oposición ni siquiera tiene que entrar en los relatos políticamente cargados de ‘Una sola China’, sino que debe basarse simplemente en las normas internacionales y en las obligaciones de los Estados», según el informe.
China considera la democracia autónoma de Taiwán como una parte de su territorio que debe unirse al continente, por la fuerza si es necesario. Por ello, el régimen comunista cree que el gobierno de Taiwán no tiene derecho a llevar a cabo compromisos a nivel gubernamental con otros países ni a participar en organizaciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud o la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol).
Muchos países, incluido Estados Unidos, mantienen una «política de una sola China», que afirma que solo hay un estado soberano con el nombre de «China», aunque esto es diferente del «principio de una sola China», según el cual el régimen chino afirma su soberanía sobre Taiwán.
Sin embargo, algunos países adoptan una política de «una sola China» que coincide con la posición del PCCh. Por ejemplo, en 2016, cuando Kenia deportó a 45 ciudadanos taiwaneses a China, Nairobi declaró que consideraba a Taiwán parte de «una sola China». La decisión de Kenia suscitó los elogios del régimen comunista, que alabó a Nairobi por defender el «principio de una sola China».
El gobierno taiwanés había intentado intervenir antes de que sus ciudadanos fueran enviados a China. Por ejemplo, en 2017, antes de que Camboya extraditara a China a siete taiwaneses sospechosos de cometer delitos, el Ministerio de Justicia de Taiwán intentó negociar con el Ministerio de Seguridad Pública de China y con funcionarios camboyanos, pero fue en vano, según el informe.
El informe elogia la decisión tomada por la Corte Suprema checa en abril de 2020, cuando rechazó la solicitud de extradición de China para ocho ciudadanos taiwaneses.
Una de las razones citadas por el tribunal para rechazar la solicitud de China fue que consideró «insuficientes» y «poco fiables» las garantías diplomáticas de China de que los ciudadanos taiwaneses no serían sometidos a un trato inhumano.
Otra razón fue que el tribunal dijo que no confiaba en que el personal consular checo en China tuviera acceso a los ciudadanos taiwaneses, ya que «el derecho de acceso no está garantizado por la legislación china».
«La decisión del Tribunal Superior checo debe servir de precedente mundial y dar forma a las decisiones posteriores sobre la extradición de ciudadanos taiwaneses», afirmaba el informe.
De cara al futuro, el informe pedía a China que cumpliera su acuerdo con Taiwán sobre fuerzas de seguridad y cooperación judicial.
Además, la comunidad internacional también «debe intensificar» la acogida de Taiwán en las organizaciones internacionales, incluida la Interpol, añadió el informe.
«Según casi todos los indicadores, Taiwán es fuerte en materia de derechos civiles y políticos, libertad en internet y otros parámetros clave de derechos humanos y Estado de derecho», dijo Caster.
«Taiwán debe ser acogido por todos los gobiernos democráticos como un importante contrapeso a la expansión represiva del modelo chino, en la región y en el mundo».
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