La policía británica solicitó a principios de mes interrogar a seis diplomáticos chinos por la golpiza propinada a un manifestante en Manchester, pero descubrió que los funcionarios habían abandonado el país o estaban a punto de hacerlo, según declaró el 14 de diciembre el ministro de Asuntos Exteriores, James Cleverly.
La presidenta de la Comisión de Asuntos Exteriores, Alicia Kearns, declaró que a los manifestantes «gravemente agredidos» se les había negado la justicia por la huida de los diplomáticos, y pidió al gobierno que los declarara persona non grata.
El 16 de octubre, una protesta pacífica ante el Consulado General de China en Manchester derivó en una breve pelea después de que el cónsul general Zheng Xiyuan y un grupo de hombres con mascarillas salieran del consulado para arrebatar una pancarta en la que aparecía una caricatura del líder chino Xi Jinping como el emperador sin ropa.
Bob Chan, manifestante prodemocrático de Hong Kong, que sostenía la pancarta, fue arrastrado hasta las instalaciones del consulado y golpeado, antes de ser retirado por un oficial de la policía de Manchester.
Chan sufrió varias heridas leves, mientras que el oficial tuvo una herida leve en la mano, según la GMP.
Zheng admitió posteriormente haber jalado del pelo a Chan; también fue filmado pateando y derribando otras dos pancartas.
La GMP inició una investigación el 17 de octubre, y los ministros del gobierno británico afirmaron que los diplomáticos responsables serían procesados o se enfrentarían a «consecuencias diplomáticas» si la policía descubría que habían cometido delitos.
El 21 de noviembre, la GMP declaró que los investigadores de su Equipo de Incidentes Graves habían identificado «una serie de delitos, incluidas agresiones y delitos de orden público», y que la investigación seguía su curso.
Cleverly está «decepcionado»
Al poner al día al Parlamento el miércoles, Cleverly publicó una declaración escrita en la que decía que la policía había solicitado a principios de diciembre la ayuda de la Oficina de Asuntos Exteriores, de la Commonwealth y de Desarrollo (FCDO, por sus siglas en inglés) para pedir entrevistas con Zheng y cinco de sus colaboradores.
La FCDO dio al régimen chino una semana para suspender la inmunidad de estas personas y permitir que se celebraran los interrogatorios.
«En respuesta, la embajada china, siguiendo instrucciones de Beijing, notificó al Gobierno de Su Majestad que las funciones del cónsul general en Manchester han llegado a su fin y que ha regresado a China», declaró Cleverly.
Añadió que la embajada también comunicó que el resto del personal convocado por la policía había abandonado el Reino Unido o lo haría en breve.
«La Convención de Viena sobre Relaciones Consulares permite a los Estados retirar a los miembros de una oficina consular en cualquier momento, como ha ocurrido en este caso», escribió Cleverly.
«Sin embargo, me decepciona que estos individuos no vayan a ser entrevistados ni a enfrentarse a la justicia. No obstante, es correcto que los responsables de las vergonzosas escenas de Manchester ya no sean —o dejen de ser en breve— personal consular acreditado en el Reino Unido.»
El ministro de Asuntos Exteriores agradeció a la GMP su profesionalidad.
En alusión a anteriores peticiones de expulsión inmediata de los diplomáticos, Cleverly dijo que era «correcto» permitir que la investigación policial siguiera adelante para «poder responder sobre la base de pruebas y hechos, y no de imágenes en las redes sociales».
También dijo que el gobierno había «sido claro con China desde el principio» en el sentido de que estaba «preparado para tomar medidas firmes en caso de que la policía determinara que había motivos para acusar a los funcionarios por su implicación en el incidente».
Cleverly dijo que el Reino Unido espera «un cierto nivel de comportamiento» de todos los diplomáticos extranjeros y del personal consular en el Reino Unido.
«Huyeron del Reino Unido como cobardes»
En un comunicado posteado en Twitter, Kearns dijo: «El pueblo británico espera, y con razón, que quienes cometen delitos en nuestras costas se atengan a las consecuencias. Eso es lo que significa vivir en un país en el que impera la ley».
«Los diplomáticos chinos que atacaron a los manifestantes han huido del Reino Unido como cobardes, dejando clara su culpabilidad y negando justicia a los manifestantes gravemente agredidos».
«El Ministerio de Asuntos Exteriores debe declarar ahora personas non gratas a quienes han huido y dejar claro que nunca más serán bienvenidos en el Reino Unido».
En un correo electrónico enviado a The Epoch Times, Alan Mendoza, cofundador y director ejecutivo del grupo de expertos en política exterior Henry Jackson Society, afirmó que la retirada de los diplomáticos por parte de Beijing «revela la eficacia de la respuesta del Reino Unido a la violencia en el consulado de Manchester».
«Aunque esta medida llega dos meses tarde, indica que el PCCh [Partido Comunista Chino] está cediendo a la determinación de Occidente de acatar la legislación internacional sobre derechos humanos», afirmó Mendoza.
«Aunque se trate simplemente de un movimiento diplomático del PCCh para evitar las posibles consecuencias contra sus funcionarios en la escena internacional, no se puede silenciar la presión insuperable del Mundo Libre para que adopte una postura a favor de la dignidad humana y la libertad básicas».
Mendoza dijo que el Reino Unido debe «continuar proactivamente su llamamiento a la libertad contra el PCCh y otros regímenes retorcidos en todo el mundo para salvaguardar la santidad del suelo británico».
«Esto es solo el principio del necesario fin del PCCh», afirmó.
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