Beijing está llevando a cabo su expansión «más significativa» en la Antártida. Nuevas imágenes de satélite revelaron que el régimen comunista está reanudando la construcción de su quinta estación polar.
Un grupo de expertos con sede en Washington cree que la nueva estación, ubicada en la Isla Inexpressible, cerca del Mar de Ross, podría funcionar como una operación de espionaje.
“Además de ser esenciales para el seguimiento y la comunicación con el creciente conjunto de satélites científicos chinos, las estaciones terrestres pueden apoyar la recopilación de información de inteligencia», señala el informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
“Es importante destacar que la posición de la estación puede permitirle recopilar señales de inteligencia de Australia y Nueva Zelanda, aliados de EE.UU., y podría recopilar datos de telemetría sobre cohetes que se lanzan desde instalaciones espaciales recientemente establecidas en ambos países”.
El CSIS dice que Beijing ha enfrentado más desafíos para establecer una huella en el norte del Ártico y, en cambio, tiene una «mano más libre» para explorar el polo sur.
Si bien EE.UU. aún mantiene la mayor presencia en el continente, la presencia de Beijing se está expandiendo rápidamente. Actualmente tiene cuatro estaciones (todas por expandir), incluidas las estaciones Great Wall, Taishan, Kunlun y Zhongshan.
“Los activos de la Estación Zhongshan podrían aprovecharse para recopilar inteligencia sobre militares extranjeros en el Océano Índico, incluso en la Instalación de Apoyo Naval conjunta, Diego García, de EE.UU. y el Reino Unido. También podría desempeñar un papel de apoyo en el seguimiento a las fuerzas navales en desarrollo de la India que operan en la región”.
El Partido Comunista Chino (PCCh) ha sostenido que sus frecuentes expediciones a la Antártida son solo con fines de investigación.
Sin embargo, el Departamento de Defensa de EE.UU. ha dicho que la estrategia del PCCh es desarrollar “tecnologías, instalaciones e investigación científica de doble uso”, todo con el objetivo de mejorar las capacidades del Ejército Popular de Liberación de China.
Estas estaciones de investigación también podrían ser posiciones de referencia para la respuesta de Beijing al sistema de posicionamiento global administrado por Estados Unidos, la red de satélites BeiDou.
“No hay absolutamente ninguna razón por la que la Antártida sea inmune a esta doctrina”, le dijo anteriormente a The Epoch Times Anthony Bergin, investigador principal del Instituto Australiano de Política Estratégica.
“Tecnologías particulares, piezas particulares de investigación científica, podrían transformarse en parte de un sistema más grande. No es tanto como esperaríamos una amenaza militar directa desde la Antártida”, dijo.
Tratados antárticos bajo amenaza
El Sistema del Tratado Antártico (ATS), establecido en 1961, es un acuerdo clave que rige las relaciones internacionales en el continente. El tratado se considera uno de los «conjuntos de acuerdos internacionales más exitosos» porque se ha basado en la buena voluntad y la cooperación pacífica entre las naciones.
En 1983, el PCCh ratificó el tratado y, desde entonces, ha ido ampliando constantemente su presencia, sus flotas pesqueras y sus expediciones de investigación al continente.
El papel de Beijing en los asuntos de la Antártida también ha sido polémico en otros frentes.
En 2022, Rusia y China volvieron a bloquear una propuesta para establecer una nueva zona de conservación en el área durante una reunión de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA).
Este fue el sexto año consecutivo en que una propuesta de este tipo había sido bloqueada por cualquiera de las partes.
“Es esta extraña politización de la ciencia”, dijo Tony Press, excomisionado de la CCRVMA, en una entrevista con Scientific American.
Por su parte, la delegación estadounidense también se mostró crítica.
“Francamente, ahora está frenando el progreso. Los países que han priorizado sus necesidades individuales han debilitado nuestra capacidad para cumplir con los objetivos de conservación compartidos en los que se fundó este organismo”.
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