Los católicos latinos tienen opiniones encontradas sobre la reciente declaración del Papa Francisco de que los sacerdotes pueden bendecir a las parejas homosexuales. Algunos afirman que el Papa está tratando de ser lo más pastoral y amoroso posible, mientras que los que se oponen dicen que se trata de un ataque a la sólida doctrina de la Iglesia.
El Papa aclaró el 18 de diciembre, en un documento publicado por el Vaticano, que los sacerdotes católicos pueden bendecir a parejas del mismo sexo. Sin embargo, señaló que estas bendiciones no deben confundirse con la aprobación de una ceremonia matrimonial o de relaciones entre personas del mismo sexo.
«No se pretende legitimar nada, sino solo abrir la propia vida a Dios, pedir su ayuda para vivir mejor e invocar también al Espíritu Santo para que se vivan con mayor fidelidad los valores del Evangelio», señaló el documento Fiducia Supplicans, traducido como “confianza suplicante” del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) se mostró a favor de la decisión diciendo que la Iglesia otorga la bendición «como un gesto de cercanía y acompañamiento para ayudarles a ‘madurar y crecer en la fidelidad al mensaje del Evangelio, liberarse de sus imperfecciones y fragilidades, y expresarse en la dimensión siempre más grande del amor divino’”.
Pero, señaló que esta bendición no se trata de reconocer la unión entre dos personas del mismo sexo ya que la Iglesia continúa con su «doctrina tradicional sobre el matrimonio indisoluble entre un varón y una mujer».
En la misma línea que el CEM, el sacerdote mexicano, José de Jesús Aguilar Valdés, expresó su opinión en entrevista con The Epoch Times México diciendo que se trata de «una postura firme de doctrina ante el matrimonio y por otra parte de apertura a la compasión».
«El Papa lo que trata de hacer es que no tengamos una visión maniqueísta. El maniqueísmo es una filosofía que surgió por ahí del siglo cuarto, en donde simplemente [se] habla de ‘o todo está bien o todo está mal’, ‘o todo es luz o todo es oscuridad'». explicó Aguilar, agregando que la bendición «lo único que hace es ayudar, apoyar, iluminar, acompañar a una persona», pero que «no se está tratando de decir que están ya unidos en matrimonio».
«La Iglesia bendice al pecador, no bendice al pecado. (…). Todos, no somos perfectos. Estamos en esta lucha constante entre el pecado y la gracia, y la bendición nos ayuda precisamente a que venza la gracia, a que se tome conciencia», agregó.
Por esa razón, Aguilar Váldes considera que «cualquier persona que cumpla con alguno de los mandamientos (…) aunque no los pueda vivir todos, es merecedora de una bendición, porque la bendición no ratifica nada».
Aguilar Valdés es un párroco y canónigo de Catedral en la Arquidiócesis de México. Se ha desempeñado como conductor de televisión en México y es autor de 12 libros de psicología, historia, arte, entre otros.
En Latinoamérica, otras autoridades de la Iglesia se posicionaron en la misma línea, tal fue el caso del Arzobispo de Lima, Monseñor Carlos Castillo, quien elogió al Dicasterio en la misa del 21 de diciembre.
“La diversidad de una comunidad se da cuando sabe mantenerse fiel, a la vez que sabe ser creativa. El Papa ha hablado mucho de eso, de la importancia de la creatividad en lo pastoral”, señaló Castillo, agregando que «se bendice a todo el mundo, porque es la gracia de Dios. La gracia de Dios, hermanos y hermanas, no cuesta, es gratis”.
Pero no todos comparten su visión. El sacerdote peruano Omar Alonso Sánchez Portillo, quien es párroco de una comunidad de la diócesis de Lurín en la zona de Lima Sur, la cuál es conocida por ser la más pobre de la capital, tiene otra óptica.
En una entrevista con The Epoch Times México, Sánchez Portillo dijo que la postura del Vaticano es un ataque contra la doctrina sólida de la Iglesia porque, según su perspectiva, se abren las puertas a que se acepte el matrimonio homosexual.
«Se abren las puertas para muchas posibilidades como esta, no solamente para las parejas homosexuales, sino también para las parejas en situación irregular, como los divorciados y vueltos a casar», dijo Sánchez Portillo, agregando que se rebaja la exigencia cristiana con el pretexto del amor misericordioso de Dios, «para degradar el altísimo rango, nivel espiritual humano, moral de la fe cristiana, que no es moralismo, es un encuentro personal con un ser vivo».
El Papa se puede equivocar, opinó el religioso, pero eso no cambia la doctrina de la Iglesia ni sus enseñanzas.
«En este mundo en el que vivimos hay cosas malas, a eso se refiere San Juan cuando habla del mundo. No estamos llamados a adecuarnos ni adaptarnos a este mundo», reflexionó, añadiendo que se utiliza el pretexto de que Dios es bueno para avalar muchas cosas «que no van según la doctrina de la Iglesia».
El sacerdote también comentó que su vocación es predicar lo que enseña la Iglesia en lugar de enseñar sus propias ideologías y pensamientos bajo el pretexto del «buenismo» y de la misericordia.
«Estamos llamados precisamente a nadar contracorriente (…) y ese es un problema muy grave, que estamos viviendo ahora», reflexionó Sánchez Portillo.
«Entonces yo le diría a todas estas personas que no nos dejemos engañar por cosas que desde el Vaticano puedan salir, que no van según la doctrina de la Iglesia. Nosotros sabemos cuál es la doctrina de la Iglesia, y a los sacerdotes que nos toca enseñarla y enseñarla con fidelidad, no acomodarla a nuestro gusto, a nuestro parecer o por falsa misericordia al mundo».
América Latina es conocida por ser la región más cristiana del planeta. La mayoría son creyentes evangélicos y católicos, según afirmó Andrew Chesnut, investigador de la Virginia Commonwealth University, en Estados Unidos.
Chesnut dice que la región latinoamericana alberga el 39 por ciento de los católicos en el mundo y, junto con la población evangélica, no hay otro lugar del mundo que tenga un porcentaje tan alto de cristianos.
México es considerado como el segundo país con mayor número de católicos con una población de más de 97 millones de creyentes, según el Censo de Población y Vivienda 2020, realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Mientras que Perú se puede considerar como uno de los países más católicos de la región, ya que de sus más de 33 millones de habitantes, el 88.6 por ciento de la población profesa esta fe.
Entre los fieles católicos, también hay división sobre el tema. El Dr. en Derechos Humanos y Mtro. en Filosofía, Cultura y Religión, Raúl Tortolero, dijo a The Epoch Times México que «en la vida cotidiana las parejas homosexuales en las grandes urbes de Occidente, no suelen practicar el catolicismo», por lo que cuestionó las razones por las que necesitarían la bendición de un sacerdote.
Si dos miembros de una pareja homosexual se consideraran católicos, señaló Tortolero, entonces lo procedente «es que dejen de ser pareja homosexual y busquen apoyo, porque tal practica se considera un pecado». En este caso, expresó, estas personas no irían a la Iglesia «para recibir una bendición como pareja, sino ayuda para dejar de serlo».
Para Tortolero, merecedor del Premio Nacional de Periodismo 2007, otorgado por la ONU, lo que una pareja homosexual pide «al solicitar una bendición al sacerdote ‘no es “auxilio’, sino ser avalada, legitimada, como pareja del mismo sexo». Por lo que considera que sería un error aceptar dar dicha bendición, así sea sin carácter litúrgico.
Respecto a la postura sobre que la bendición es una forma de acercar a Dios a las parejas del mismo sexo, Tortolero cree que «en la inmensidad de la Iglesia existen, como es natural, todo tipo de posturas». Pero, según su postura, no se puede estar de acuerdo en bendecir al pecador que no tiene intención de dejar de pecar.
En opinión de Mario Romo, Mtro. en Ciencias de la Educación y promotor de iniciativas para promover y proteger a las familias, el resultado de Fiducia Supplicans del Papa «ha sido muy desafortunado».
«Se ha querido separar la acción pastoral de la doctrina, dando a entender que la verdad y bondad de los actos humanos están separados de la caridad hacia todas las personas», dijo Romo a The Epoch Times México, explicando que él también ve un paso para que se reconozcan los matrimonios del mismo sexo.
«Para el mundo, la Iglesia estará permitiendo las bodas de parejas del mismo sexo, y el uso cambiará la creencia, como ha sucedido tantas veces antes, con todas las excepciones convirtiéndose en normas no escritas cuando el nuevo uso complace al mundo», señaló Romo.
Consideró que la Iglesia debería abordar este tema «con la caridad y la verdad», como lo hace el mismo Jesucristo.
«Acercarse a Dios implica siempre una conversión del corazón, una vez que se conoce a Dios no se puede seguir viviendo de la misma manera. Todo encuentro con el Creador implica la voluntad de seguirle por el camino estrecho, pero que conduce a la felicidad eterna», reflexionó, «los atajos son siempre seducciones del maligno».
Otros católicos, como el escritor Gerardo Garibay Camarena, se muestran más abiertos al Dicasterio. Garibay escribió en su cuenta de X que las cosas se mantienen iguales y se conservan «hasta que dejan de conservarse y cambian».
«Acuérdense que el Espíritu Santo no se jubiló en la Edad Media. Confíen en que sigue existiendo, sigue actuando hoy. Confíen en que el Papa sabe lo que está haciendo», señaló.
«Y sí, de tanto querer conservar las tradiciones católicas, mandan al [improperio] la más católica tradición de confiar en el Papa, al que ahora acusan de cuanta barbaridad se le ocurre a los ‘influencers’, entonces guárdense su conservadurismo», agregó el escritor.
Garibay Camarena es Doctor en Derecho y también Maestro en Política y Gestión Pública por la Universidad Jesuita de Guadalajara. Fue columnista del medio estadounidense El American, y se desempeña como gerente de contenidos y comunicación política.
Por otro lado, José Miguel Ángeles de León, coordinador de la división de filosofía del Centro de Investigación Social Avanzada (CISAV), opinó en sus redes sociales que hay dos cánones del Código de Derecho Canónico (CDC) que dejan muy claro el contexto de Fiducia Supplicans.
En primer lugar, según el canon 1167, «solo la Sede Apostólica puede establecer nuevos sacraméntales, interpretar auténticamente los que existen y suprimir o modificar alguno de ellos».
Y en segundo lugar, de acuerdo al canon 1170, «las bendiciones se han de impartir en primer lugar a los católicos, pero pueden darse también a los catecúmenos e incluso a los no católicos», por lo que según Ángeles de León «todo lo demás sobra».
El Papa Francisco y la fe
Jorge Mario Bergoglio, de 86 años, es el primer Papa americano de nacionalidad argentina. Fue arzobispo de Buenos Aires y durante su liderazgo en el Vaticano ha sido señalado por mantener una «agenda progresista». Ha firmado peticiones por el cambio climático y ha llamado “retrógrados” a los conservadores que se oponen a sus posiciones políticas.
Su declaración de que los sacerdotes pueden bendecir a las parejas homosexuales sigue a una carta anterior en la que anunció que algunas personas transgénero pueden recibir el bautismo y que las personas del mismo sexo pueden ser padrinos.
Sin embargo, algunos sostienen que la aparente aceptación por parte del Papa de posiciones defendidas por los progresistas no significa que haya abandonado la ortodoxia de la Iglesia por una doctrina de izquierdas.
Con información de Jackson Elliott
Siga a Eduardo Tzompa en X: @JEduardoTzompa
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