Mientras un equipo de esquiadores de las olimpiadas chinas entrenaba en una ciudad noruega, los entrenadores y directores del equipo solicitaron que una biblioteca pública de Noruega retire un libro censurado en China. La biblioteca se negó, citando la libertad de expresión.
El libro trata sobre Falun Dafa, una disciplina espiritual china que consiste en una serie de ejercicios lentos y enseñanzas morales. A medida que la práctica creció en popularidad, el régimen chino temió que fuera una amenaza a su autoridad y lanzó una campaña de persecución a nivel nacional en 1999. Por sus creencias, los practicantes en China enfrentan desde entonces arrestos, torturas, sentencias arbitrarias y trabajo forzado.
Los libros de Falun Dafa que contienen sus enseñanzas fueron confiscados y quemados. Hoy en día, los libros siguen prohibidos en China, mientras que la Internet china solo contiene propaganda estatal que difama a la práctica.
«Tenemos libertad de expresión en Noruega, así que eso estaba completamente fuera de discusión», dijo Anne Marken, gerente de la biblioteca de Meråker, a los medios locales Adresseavisen.
Más de 40 atletas chinos de esquí de fondo, junto con 15 entrenadores y directores técnicos estuvieron en Noruega para entrenar y prepararse para los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022 en Beijing, según reportó el medio. El programa fue una colaboración entre los dos países para desarrollar los deportes de invierno en China, según los medios de comunicación chinos.
Marken dijo que los líderes de la delegación pidieron tres veces a la biblioteca que sacara el libro de los estantes. También hicieron averiguaciones sobre la posibilidad de retirar otros dos o tres libros de su colección. La biblioteca no especificó los títulos de los libros.
«Han dicho que si alguno de los esquiadores chinos es atrapado con estos libros, corren el riesgo de ser enviados a un campo de trabajo o a una prisión en China», dijo Marken.
En respuesta, Marken dijo a los delegados que «los libros de la biblioteca están disponibles para ellos».
«No podemos eliminar el contenido de la biblioteca debido a tales peticiones», aseguró.
Marken dijo que pasados unos días de la primera solicitud, descubrieron que el libro en cuestión fue reordenado en la estantería para que quede oculto detrás de otros libros. El 18 de diciembre, el personal de la biblioteca descubrió a varios delegados filmando los libros en las estanterías, lo que provocó reacciones negativas de los visitantes de la biblioteca.
La biblioteca ha transferido libros en chino de Deichman, la mayor biblioteca pública de Noruega, para acomodar las necesidades de la delegación china de esquí, según el portal de noticias noruego Norway Today.
La biblioteca de Meraker y el gobierno de la ciudad no respondieron a las solicitudes de comentarios.
«Desprecio total» a los derechos humanos
Aunque no está claro si la delegación deportiva recibió alguna directiva de Beijing, «lo que sí está claro es que cualquier país u organización que trate con las delegaciones chinas … probablemente estará sujeto a las violaciones comunistas de sus libertades», dijo Levi Browde, director ejecutivo del Centro de Información de Falun Dafa, a The Epoch Times. Dijo que las autoridades chinas han presionado consistentemente a los oficiales y grupos occidentales para que guarden silencio sobre la persecución de Falun Dafa en China.
«Lo que este incidente también deja dolorosamente claro, es que la persecución del régimen chino a las decenas de millones de personas dentro de China que practican Falun Dafa permanece entre los temas más sensibles para los oficiales chinos, y una prioridad máxima para mantener el silencio», continuó Browde.
Bob Fu, presidente del grupo de derechos humanos China Aid, comentó que lo acontecido en la biblioteca de Noruega «ciertamente muestra cuan arrogantes son estos delegados chinos».
«Es una ironía el miedo que tienen estos ‘delegados oficiales’ de ser vistos con literaturas religiosas como [Falun Dafa]», dijo Fu a The Epoch Times, agregando que el incidente demostró «el total desprecio del régimen chino por los derechos humanos básicos y la libertad religiosa».
Minghui.org, una organización sin fines de lucro con sede en los Estados Unidos dedicada a documentar la persecución de Falun Dafa, ha confirmado más de 4300 muertes como resultado de la campaña de persecución.
Palabras clave y homónimos relacionados con Falun Gong, el 4 de junio (refiriéndose a la sangrienta represión de las protestas pro-democracia de 1989 en la Plaza Tiananmen), y el líder chino Xi Jinping, siguen en la cima de la lista negra de censura en línea del régimen, según los investigadores.
Exportando la censura
El régimen chino también ha intentado exportar la censura al extranjero y silenciar las voces críticas de su liderazgo.
En octubre, varias empresas estadounidenses, entre ellas Apple, la Asociación Nacional de Baloncesto (NBA) y el desarrollador de videojuegos Blizzard, recibieron críticas por acobardarse ante la presión china al eliminar el contenido relacionado con las protestas de Hong Kong o silenciar el apoyo a las mismas.
También en el mismo mes, las autoridades chinas negaron las visas a un grupo del Congreso de los Estados Unidos, después de que se negaron a cancelar una escala en Taiwán. Un representante de Estados Unidos criticó el acto del régimen como «chantaje de la visa». Beijing reclama la soberanía sobre la isla, a pesar de ser una democracia autodirigida.
El 19 de diciembre, China suspendió dos visitas de delegaciones comerciales a Suecia, después que el ministro de cultura del país entregara un premio por la libertad de expresión a Gui Minhai, una editora sueca nacida en China, que fue encarcelada en ese país. Gui tenía una librería en Hong Kong que publicaba títulos críticos con el liderazgo de Beijing.
«El mensaje es claro: cuando se lidia con delegaciones chinas, serás presionado para seguir al Partido Comunista Chino», dijo Browde.
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