El presidente Joe Biden anunció el miércoles que su administración impondrá sanciones a los orquestadores de un golpe militar en Birmania, también conocida como Myanmar, en lo que ha sido descrito por el Departamento de Estado de EE.UU. la semana pasada como un golpe de Estado.
«Estamos congelando los activos estadounidenses que benefician al gobierno birmano, al tiempo que mantenemos nuestro apoyo a la asistencia sanitaria, a los grupos de la sociedad civil y a otras áreas que benefician directamente al pueblo de Birmania», dijo.
El 1 de febrero, los militares se movilizaron para destituir a la líder elegida, Aung San Suu Kyi, entre otros, con oficiales de alto rango alegando fraude electoral.
«Identificaremos una primera ronda de objetivos esta semana, y también vamos a imponer fuertes controles a las exportaciones», dijo Biden, anunciando dos órdenes ejecutivas. La semana pasada, condenó la toma del poder por parte de los militares del gobierno dirigido por civiles y dijo que es un «asalto directo» a las instituciones democráticas del país.
También el miércoles, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo a los periodistas que el esfuerzo por sancionar a los funcionarios implicados en el aparente golpe incluiría «trabajar con nuestros socios y aliados, incluso en la región, para determinar las formas correctas de ejercer presión y establecer un compromiso». No dio más detalles al respecto.
Hay «discusiones y conversaciones en curso con nuestros socios y aliados en Asia y Europa, y ustedes saben que ciertamente hay un reconocimiento de que esto tendrá que ser un esfuerzo coordinado», agregó Psaki el miércoles.
Por separado, grandes multitudes de manifestantes han salido a las calles de Yangon y otras ciudades para manifestarse contra la toma de posesión militar.
«Como parte de la Generación Z somos votantes primerizos. También es la primera vez que protestamos», dijo un manifestante, según informó The Associated Press. «Han anulado nuestros votos y esto es totalmente injusto. No queremos eso. Esperamos que liberen a nuestros líderes y apliquen una democracia real».
El Departamento de Estado declaró formalmente la toma del poder por parte de los militares en Birmania como un golpe de estado, lo que obliga a Estados Unidos a cortar la ayuda exterior al gobierno.
«Tras una cuidadosa revisión de los hechos y las circunstancias, hemos evaluado que Aung San Suu Kyi, la líder del partido gobernante de Birmania, y Win Myint, el jefe de gobierno debidamente elegido, fueron destituidos en un golpe militar el 1 de febrero», dijo un funcionario del Departamento de Estado la semana pasada, según el sitio web de la agencia. «Seguimos pidiendo a los dirigentes militares birmanos que los liberen a ellos y a todos los demás dirigentes políticos y de la sociedad civil detenidos de forma inmediata e incondicional».
El portavoz añadió: «Hemos denunciado en los términos más enérgicos a los líderes militares de Birmania por tratar de rechazar la voluntad del pueblo birmano expresada en las elecciones democráticas del 8 de noviembre, y por tomar el control del Gobierno de Birmania. Seguimos apoyando al pueblo de Birmania, como hemos hecho durante décadas, en sus esfuerzos por lograr la democracia, la libertad, la paz y el desarrollo».
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