El presidente Joe Biden aprobó la solicitud de declaración de emergencia de Nueva York el 26 de diciembre, mientras el estado sigue luchando contra una poderosa tormenta invernal que se ha cobrado la vida de al menos 50 personas en todo Estados Unidos.
Biden emitió el lunes una declaración de emergencia para los condados de Erie y Genesee, informó la Casa Blanca a través de una declaración.
La aprobación «autoriza al Departamento de Seguridad Nacional, Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA), a coordinar todos los esfuerzos de ayuda en caso de desastre, que tengan como objetivo aliviar las dificultades y el sufrimiento causados por la emergencia en la población local, y a proporcionar la asistencia adecuada para las medidas de emergencia necesarias», según la declaración.
La Gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, declaró el estado de emergencia en Nueva York el 22 de diciembre ante la llegada de la fuerte tormenta, que trajo consigo lluvias torrenciales y nieve, fuertes vientos, inundaciones repentinas y temperaturas bajo cero.
Más de 400 soldados de la Guardia Nacional fueron desplegados en el oeste de Nueva York para ayudar con las labores de socorro.
Biden y Hochul hablaron a primera hora del lunes, y el presidente «compartió que sus oraciones y las de la primera dama están con la gente de Nueva York y con todos aquellos que perdieron a sus seres queridos», según otra declaración de la Casa Blanca.
Aumenta el número de muertos
«Él expresó su gratitud a la gobernadora por su liderazgo y a la Guardia Nacional, las fuerzas del orden y a los socorristas por su incansable trabajo», dijo la Casa Blanca.
En Twitter, Hochul confirmó que Biden concedió la petición de declaración de emergencia para «ayudar al oeste de Nueva York a recuperarse de esta histórica tormenta de nieve.»
Hasta el lunes, se han contabilizado al menos 28 víctimas mortales relacionadas con el clima en Buffalo, Nueva York, según Buffalo News.
A primera hora del domingo, el ejecutivo del condado de Erie, Mark Poloncarz, confirmó que se habían producido 13 muertes, entre ellas la de una mujer de 22 años que fue encontrada en un coche en Búfalo.
Horas más tarde, se confirmaron otras cuatro muertes en la ciudad, con lo que el total asciende a 17, informó a The Buffalo News el comisario de policía de Buffalo, Joseph Gramaglia.
Un hombre de 27 años de Lockport también murió en su casa en el vecino condado de Niágara de aparente envenenamiento por monóxido de carbono después de que la nieve bloqueó su horno, informó WGRZ.
El portavoz de la policía de Búfalo, Michael J. DeGeorge, confirmó más muertes el lunes en el condado de Erie.
Sigue en vigor la alerta por tormenta
De las 27 muertes ocurridas en el condado de Erie, 14 se produjeron en el exterior, cuatro por falta de calor, tres por el retraso en la respuesta de los servicios médicos de urgencia, tres en el interior de un vehículo y tres por problemas cardiacos durante la limpieza de la nieve, según las autoridades.
En Buffalo sigue vigente la prohibición de viajar, ya que las autoridades han advertido de peligrosas condiciones de las carreteras.
Además, 5412 clientes y empresas siguen sin electricidad en el estado de Nueva York, según PowerOutage.us. De ellos, 5136 se encuentran en el condado de Erie y 85 en el de Niágara.
El alcalde de Buffalo, Byron Brown, dijo el lunes que en un momento dado 20,000 residentes se habían quedado sin electricidad.
Los avisos de tormenta invernal siguen en vigor hasta el martes para los condados neoyorquinos de Jefferson y Lewis, así como para Búfalo, hasta la 1 p.m. ET del martes, según el Servicio Meteorológico Nacional.
Aproximadamente el 60 % de la población de Estados Unidos, o 200 millones de personas, recibieron algún tipo de aviso meteorológico invernal durante el fin de semana festivo en medio de la intensa tormenta, que se extendió a través de más de 2000 millas (3200 kilómetros) desde los Grandes Lagos cerca de Canadá hasta el Río Grande a lo largo de la frontera con México.
En total, 50 personas han muerto durante esta tormenta entre Estados Unidos y Canadá, según The Associated Press. También se han cancelado miles de vuelos de entrada y salida de EE. UU., así como vuelos nacionales. Las compañías aéreas culpan a las graves condiciones meteorológicas.
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