En su discurso de apertura del 16 de enero en un desayuno por el Día de Martin Luther King Jr.., organizado por la Red de Acción Nacional del activista por los derechos civiles Al Sharpton, el presidente Joe Biden cortejó a los votantes negros, habló de la estancada legislación sobre el derecho al voto y se refirió a algunos republicanos de la Cámara de Representantes como «fiscalmente locos».
El desayuno de Biden tuvo lugar un día después de que se convirtiera en el primer presidente en ejercicio en pronunciar un sermón el domingo por la mañana en la Iglesia Bautista Ebenezer de Atlanta, donde King ejerció su ministerio.
Nacido el 15 de enero de 1929, King fue ministro y activista de los derechos civiles, cuyos esfuerzos contribuyeron a la aprobación de la Ley de Derechos Civiles de 1964 y la Ley del Derecho al Voto de 1965. Él murió asesinado a tiros en Memphis el 4 de abril de 1968, a la edad de 39 años.
«He hablado ante parlamentos, reyes, reinas, líderes del mundo, pero esto es intimidante», dijo Biden en su discurso de apertura.
Los discursos de Biden en Atlanta y Washington fueron pronunciados mientras contempla si optará a la reelección en 2024 y después de que el fiscal general Merrick Garland anunciara el 12 de enero el nombramiento de un abogado especial para investigar cómo el presidente manejó el material clasificado después que terminó su mandato como vicepresidente, en 2017.
Algunos activistas de los derechos civiles se negaron a asistir a un discurso de Biden en homenaje a King en 2022, criticando al presidente por su «inacción» en cuestiones que afectan a las minorías.
Sharpton presentó a Biden como alguien que tiene «la espalda» de la comunidad negra.
En su intervención en el desayuno, Biden dijo que en dos años ha cumplido en muchas áreas para los estadounidenses negros y expresó su intención de generar más apoyo en el Congreso para una legislación estancada sobre el derecho al voto.
«Hemos conseguido muchas cosas juntos. Así que sigamos así», indicó Biden.
Biden habló de aumentar la financiación para las universidades históricamente negras y de combatir «agresivamente» la discriminación en la vivienda. También reforzó su intención de prohibir las armas de asalto, perdonar los cargos por posesión de marihuana, proteger el derecho al aborto y condonar la deuda de los préstamos estudiantiles.
El presidente reiteró su mensaje de que las comunidades minoritarias se enfrentan a disparidades y de que hay que subir los impuestos a los estadounidenses ricos.
«Creo que la economía —la forma en que debe crecer en Estados Unidos— es de abajo hacia arriba y de la mitad hacia afuera», dijo Biden. «De ese modo, la gente pobre tiene una oportunidad, a la gente de clase media le va bien, y a los ricos les sigue yendo muy bien. Les sigue yendo muy bien. Pero empiezan a pagar lo que les corresponde».
Parte del discurso de Biden en el desayuno se centró en la unidad entre los partidos. Los demócratas tienen una estrecha mayoría en el Senado, y los republicanos tomaron el control de la Cámara de Representantes a principios de mes.
Biden dijo que está dispuesto a trabajar con los republicanos si ellos lo desean, pero añadió que no firmará legislaciones sobre un impuesto nacional sobre las ventas, la reducción de los impuestos a las empresas y las reservas estratégicas de petróleo.
«¿En nombre de Dios, qué es eso? Así es como ellos empiezan su nuevo mandato», declaró Biden. «Si alguno de estos proyectos de ley llega a mi mesa, lo vetaré, cualquiera de ellos».
Al proseguir su discurso, Biden discrepó de las prioridades republicanas.
«Ellos van a volver a hablar de los demócratas que gastan mucho. ¿Adivinan qué? El año pasado reduje el déficit en 350,000 millones de dólares. Este año, el déficit federal se ha reducido en más de un billón de dólares. Eso es un hecho», dijo Biden, «y se reducirán cientos de miles de millones en la próxima década. Pero, ¿y qué? Estos tipos son unos dementes fiscales, creo. Ellos no lo entienden».
En la Iglesia Bautista Ebenezer el 15 de enero, Biden llamó al histórico lugar de culto «la iglesia de la libertad de Estados Unidos» y señaló que la democracia se encuentra en un «momento peligroso» y que la vida y el legado de King «nos muestran el camino, y debemos prestar atención».
«Él dijo: ‘¿A dónde vamos a partir de aquí?'», declaró Biden desde el púlpito tras ser presentado por el senador demócrata por Georgia, Raphael Warnock, quien es el pastor principal de Ebenezer. «Bueno, mi mensaje a esta nación en este día es que vamos hacia adelante, vamos juntos, cuando nosotros elegimos la democracia sobre la autocracia, una comunidad amada por sobre el caos, cuando nosotros elegimos los creyentes y los sueños, para ser hacedores, para no tener miedo, siempre manteniendo la fe».
«La batalla por el alma de la nación es perenne», añadió Biden. «Es una lucha constante entre la esperanza y el miedo, la bondad y la crueldad, la justicia y la injusticia».
Al recordar la «épica lucha de King por los derechos civiles y el derecho al voto», Biden lamentó que la Ley de Libertad de Voto, destinada a federalizar las elecciones, no haya sido aprobada por el Congreso.
«Yo tengo dos héroes: Bobby Kennedy. y, no es broma, el Dr. King», dijo Biden. «El reverendo Martin Luther King Jr. fue un guerrero no violento por la justicia. Nosotros venimos a contemplar su visión moral y a comprometernos con su camino».
Casi al final del servicio del domingo, Warnock pidió a Biden que caminara hacia la parte delantera de la iglesia y pidió a los congregantes que rezaran por el presidente mientras mencionaba una serie de victorias legislativas de Biden, como la Ley de Reducción de la Inflación, el proyecto de ley de infraestructuras y la limitación del costo de la insulina.
«Eso, amigos míos, es obra de Dios», declaró Warnock, señalando que Biden «tuvo algo que ver en ello».
La hermana de King, Christine King Farris, de 95 años, se encontraba entre los familiares que asistieron al servicio religioso del domingo.
La Casa Blanca ha promocionado los esfuerzos de Biden para ayudar a las minorías con normas como animar a los estados a considerar la equidad en los proyectos de obras públicas a medida que se gasta el dinero del proyecto de ley de infraestructuras de su administración, que asciende a 1 billón de dólares, y en trabajar para acabar con lo que el gobierno considera disparidad de sentencias entre los delitos relacionados con el crack y la cocaína.
La iniciativa de Biden de diversificar a los jueces federales, incluido el nombramiento de la jueza Ketanji Brown Jackson como primera mujer negra en la Corte Suprema de Estados Unidos, ha sido un tema ampliamente debatido en la Casa Blanca.
Once mujeres negras han sido confirmadas como juezas de tribunales federales de apelación, más que todos los presidentes anteriores juntos, indicó la Casa Blanca.
En el desayuno del 16 de enero, y durante su discurso en la Iglesia Bautista Ebenezer, Biden detalló los logros mencionados.
Las democracias pueden retroceder, dijo Biden a los congregados en Ebenezer.
«El progreso nunca es fácil, pero siempre es posible y las cosas mejoran en nuestra marcha hacia una unión más perfecta», indicó el presidente.
«Pero en este punto de inflexión, sabemos que hay mucho trabajo que tiene que continuar en materia de justicia económica, derechos civiles, derecho al voto, protección de nuestra democracia y yo recuerdo que nuestro trabajo es redimir el alma de Estados Unidos».
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