Según un informe de la Casa Blanca publicado el 6 de abril, el fracaso de los funcionarios de la administración Trump para coordinarse con la administración entrante de Biden en el intercambio de ideas sobre el pacto de paz del Acuerdo de Doha de febrero de 2020 condujo a la caótica retirada de Estados Unidos de Afganistán el 15 de agosto de 2021, con un saldo de 13 miembros del servicio muertos, que dejó miles de millones de dólares en equipos y a un gobierno sostenido por la presencia y dinero de los estadounidenses, invadido por los talibanes.
Ese es el tema repetido de la esperada revisión de 12 páginas sobre la retirada de Afganistán publicada el 6 de abril por la Casa Blanca, que sostiene que el presidente Joe Biden tenía pocas buenas opciones e incluso aún menos detalles sobre el acuerdo del entonces presidente Donald Trump con los talibanes, que exigía que Estados Unidos se retirase de Afganistán en mayo de 2021 —tres meses antes de la fecha en la que la nueva administración cortó el cable.
«Las opciones del presidente Biden sobre cómo llevar a cabo la retirada de Afganistán estaban muy limitadas por las condiciones creadas por su predecesor», dice el informe.
También afirma que Trump se equivocó a menudo al comunicar una política para Afganistán, en un momento dado pidiendo una retirada inmediata de todas las tropas, antes de acordar reforzar la fuerza de 10,000 miembros con 3000 efectivos a mediados de 2018 y luego ordenar reducciones que para el otoño de 2020 disminuyeron la presencia militar estadounidense a 2500 efectivos, de acuerdo con un pacto elaborado en «conversaciones directas con los talibanes» que Trump inició «sin consultar con nuestros aliados y socios y sin permitir al gobierno afgano en la mesa de negociaciones».
«En septiembre de 2019, el presidente Trump envalentonó a los talibanes al considerar públicamente invitarlos a Camp David en el aniversario del 11-S», se lee en el informe. «En febrero de 2020, Estados Unidos y los talibanes llegaron a un acuerdo, conocido como el Acuerdo de Doha, en virtud del cual Estados Unidos acordó retirar todas las fuerzas estadounidenses de Afganistán para mayo de 2021».
Según el informe, el caos mortal en Kabul, Afganistán, cuando Estados Unidos retiró sus fuerzas, fue un efecto secundario de la persistente caótica política afgana de Trump ejemplificada en el Acuerdo de Doha. La administración de Biden afirma que fue un mal acuerdo que el Pentágono nunca entendió cómo implementar.
«Como parte del acuerdo, el presidente Trump también presionó al gobierno afgano para que liberara a 5000 combatientes talibanes de prisión, incluidos altos mandos de guerra, sin asegurar la liberación del único rehén estadounidense que se sabe que está en manos de los talibanes», se lee en el informe.
El informe afirma que la discordia entre la administración y el Departamento de Defensa se exacerbó tanto que el Pentágono fue tomado por sorpresa cuando Trump publicó en Twitter en noviembre de 2020 que las tropas estadounidenses restantes en Afganistán deberían estar «¡en casa para Navidad!» y emitió una directiva para retirar todas las fuerzas de Afganistán a más tardar el 15 de enero de 2021.
«Una semana más tarde, esa orden fue rescindida y reemplazada por otra para reducir a 2500 soldados para la misma fecha», se lee en el informe al documentar una serie de órdenes y declaraciones contradictorias con respecto a Afganistán provenientes de Trump y su administración.
«Durante la transición de la administración Trump a la administración Biden, la administración saliente no proporcionó ningún plan sobre cómo llevar a cabo la retirada final o evacuar a los estadounidenses y aliados afganos. De hecho, no existían tales planes cuando el presidente Biden llegó al cargo, incluso cuando faltaban poco más de tres meses para la retirada total acordada».
«Ellos no compartían información»
En una rueda de prensa el 6 de abril, el coordinador de Comunicaciones Estratégicas del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, dijo que miembros del equipo de transición de Biden se pusieron en contacto con funcionarios de la administración Trump entre noviembre de 2020 y enero de 2021 para discutir los detalles del Acuerdo de Doha y sus planes de retirada de mayo de 2021.
«Hubo múltiples intentos de tratar de obtener información sobre lo que el equipo anterior había estado haciendo; ninguno de esos planes se concretó», dijo Kirby. «No fue por falta de intentos. Ellos no lo compartían».
Por lo tanto, dijo Kirby, la administración Biden estaba «casi empezando de cero» en el desarrollo de un plan para cumplir con las condiciones que la administración Trump había negociado en el Acuerdo de Doha.
«Cuando Biden asumió el cargo el 20 de enero de 2021, los talibanes estaban en la posición militar más fuerte en la que habían estado desde 2001, controlando o disputando casi la mitad del país», se lee en el informe. Al mismo tiempo, la nueva administración «se enfrentaba a la fecha límite a corto plazo del presidente Trump de retirar todas las fuerzas estadounidenses de Afganistán para mayo de 2021, o los talibanes reanudarían sus ataques contra las tropas estadounidenses y aliadas».
El informe relata que cuando Biden habló con el Pentágono, se vio «confrontado con las difíciles realidades que le dejaba la administración Trump» y revisó opciones que no ofrecían ningún buen resultado: retirarse de acuerdo con el Acuerdo de Doha o enviar más tropas a Afganistán.
Biden había hecho campaña para poner fin a «la guerra más larga de la historia de Estados Unidos» y traer las tropas estadounidenses a casa, pero, según el informe, él no habría negociado directamente con los talibanes y, esencialmente, se retiró «en estas circunstancias» que dejaron a las fuerzas estadounidenses con poca capacidad para controlar el ambiente en Kabul, lo que dio lugar al caos de la salida final.
La revisión, de 12 páginas, ofrece amplios resúmenes de las acciones de la administración y las del Departamento de Defensa, el Departamento de Estado y otras agencias federales.
«Como todos ustedes saben, a lo largo de estos muchos meses, los departamentos y agencias clave para la retirada llevaron a cabo minuciosas revisiones internas posteriores a la acción, cada una de ellas examinando sus procesos de toma de decisiones, así como la forma en que se ejecutaron esas decisiones», dijo Kirby. «Hoy, ellos están poniendo esas revisiones a disposición de los comités pertinentes en el Senado y en la Cámara de Representantes, como adelantaron los secretarios [de Estado y Defensa] [Antony] Blinken y [Lloyd] Austin en su testimonio del mes pasado».
Una completa mentira
El exjefe de gabinete del Departamento de Defensa de la administración Trump, Kash Patel, calificó de «completa mentira» la afirmación del informe de que no se comunicaron con los funcionarios entrantes de Biden sobre la retirada de Afganistán».
Patel dijo que durante la transición de noviembre de 2020 a enero de 2021, él y el entonces secretario de Defensa, Mark Esper, «y tantos otros» se pusieron en contacto con los funcionarios entrantes de la administración para discutir el plan del Acuerdo de Doha «en persona, por correo electrónico y sin descanso».
«La mitad de las veces no cogían nuestras llamadas», dijo el exfunsionario.
Hablando con NTD, un medio afiliado a The Epoch Times, dijo que el informe recién publicado es «un encubrimiento (…) para encubrir los trágicos fracasos que llevaron a la muerte de 13 soldados estadounidenses».
Los funcionarios de Trump recomendaron cerrar el aeródromo de Bagram y «no dejar salir a los prisioneros de las celdas de Bagram», añadió Patel.
«Les dijimos que no dejaran salir del país a nuestras fuerzas especiales, y les dijimos que mantuvieran nuestra postura de inteligencia hasta que todos los estadounidenses fueran retirados y se hubiera llevado a cabo una transición segura», dijo a continuación. «Pero ignoraron todas y cada una de las tácticas y datos de inteligencia que les ofrecimos».
Patel pidió una investigación sobre «la mentira retrospectiva», que, según dijo, «debería ser procesada por el Departamento de Justicia por mentir al mundo y manchar los nombres de las 13 personas que murieron porque [la administración Biden] decidió retirarse drásticamente» en lugar de seguir el plan del Acuerdo de Doha.
El comentario de Kirby en la rueda de prensa fue «otra mentira», dijo el exfunsionario, calificando a Kirby de «portavoz del comandante en jefe en este caso» y afirmando que el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, se resistió a la retirada y se dedicó a «operaciones políticas (…) para mantener su puesto en lugar de hacer su trabajo».
‘[La revisión] solo tiene la intención de culpar falsamente a los pies de la administración Trump, que estaban utilizando con éxito las órdenes del presidente Trump sobre los canales diplomáticos y operativos para retirarse con éxito», dijo Patel a NTD.
«Miren lo que sucedió bajo nuestra retirada de Afganistán (…) ni un solo miembro del servicio estadounidense fue asesinado durante nuestra retirada porque actuamos sobre la inteligencia».
Patel dijo que la revisión también da cobertura al Pentágono y al Departamento de Defensa para su «propia conducta fraudulenta», que también debería ser investigada.
«La documentación habla por sí sola. Les dimos más acceso (…) a más funcionarios, a más documentos, que nunca antes», dijo exjefe de gabinete del Departamento de Defensa. «Quizá si hubieran prestado atención a los documentos de transición (…) no se habrían perdido vidas y hoy no habría que contar esta mentira».
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