El presidente Joe Biden defendió su programa económico, conocido como Bidenomics, en un discurso en Maryland el 14 de septiembre, a pesar de una serie de recientes acontecimientos preocupantes, incluida la acusación de su hijo Hunter Biden por cargos relacionados con armas y una investigación de impugnación sobre su papel en los negocios de su hijo.
El presidente también se enfrenta a un creciente descontento público con su gestión de la economía estadounidense.
Durante su discurso en el Prince George’s Community College de Largo, el presidente Biden comparó por primera vez la Bidenomics con lo que llamó el plan económico republicano «MAGAnomics».
«Soy el único presidente que reparte el plan económico de la oposición», bromeó el presidente Biden mientras sostenía un libro que, según él, era el plan económico republicano.
«Estados Unidos tiene la economía más fuerte del mundo de todas las grandes economías. Pero lo único que hacen es atacarla», dijo el presidente refiriéndose a los republicanos.
El Presidente Biden continuó diciendo que los votantes deberían ser conscientes de los hechos. Afirmó que el plan republicano perjudicará a la clase media al recortar los programas de la red de seguridad social.
«Deberían saber que hay que elegir entre Bidenomics y MAGAnomics», dijo.
Apenas unas horas antes del discurso programado del presidente en Largo, los fiscales federales anunciaron la imputación de Hunter Biden por cargos relacionados con armas de fuego. Según documentos judiciales, Hunter Biden fue acusado formalmente en una corte federal de Delaware el 14 de septiembre, enfrentándose a tres cargos relacionados con la posesión de un arma de fuego mientras consumía drogas.
La Casa Blanca declinó hacer comentarios sobre la acusación y remitió las preguntas al Departamento de Justicia y a los abogados de Hunter Biden.
La acusación se produce después de que el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy (republicano de California), anunciara el 12 de septiembre que la Cámara abriría una investigación de impugnación para investigar la posible implicación del presidente Biden en los negocios de su hijo mientras era vicepresidente con Barack Obama.
El portavoz de supervisión e investigaciones de la Casa Blanca, Ian Sims, calificó la medida de «política extrema en su peor momento».
Los responsables de Biden, sin embargo, tratan de restar importancia a la iniciativa de los republicanos de destituirlo. Quieren que el pueblo estadounidense vea que el presidente se está concentrando en su trabajo en lugar de dejar que el impeachment le distraiga.
El presidente Biden también ignoró ayer las preguntas a gritos de los periodistas. Sin embargo, rompió su silencio el miércoles por la noche en una recepción de campaña en McLean, Virginia.
«Todo el mundo pregunta siempre por el impeachment. Me levanto cada día —no es una broma— no centrado en el impeachment», dijo el presidente Biden. «Tengo un trabajo que hacer. Tengo que ocuparme de los asuntos que afectan al pueblo estadounidense todos y cada uno de los días».
Durante su discurso en Largo, el presidente Biden trató de persuadir a los estadounidenses de que su programa funciona y es superior al plan republicano.
Afirmó que los republicanos dieron al país un «plan fracasado de economía de goteo».
Criticó al expresidente Donald Trump, favorito en las primarias republicanas del 2024, por aprobar la reforma fiscal en 2017, refiriéndose a él como el «emperador de la deuda».
«Recuerden al autoproclamado rey de la deuda», dijo el presidente, provocando las risas de la audiencia. «En realidad es el emperador de la deuda. Creó más deuda que cualquier otro presidente en un año».
Reiteró que el 45º presidente fue uno de los dos presidentes, junto con Herbert Hoover, en cuyos mandatos se produjo un descenso del número de empleos en el país.
Sin embargo, algunos afirman que el presidente Biden está criticando falsamente a su predecesor y no tiene en cuenta los cierres relacionados con la pandemia del 2020, que provocaron que millones de personas perdieran sus puestos de trabajo.
Las encuestas públicas también cuestionan la afirmación del Presidente Biden de que su plan económico está funcionando.
Biden contra Trump
Numerosas encuestas demuestran que la mayoría de los estadounidenses están descontentos con la gestión económica de Biden.
Según la encuesta más reciente de USA Today, los votantes confían más en el presidente Trump que en el presidente Biden para arreglar la economía por un margen del 47 por ciento al 36 por ciento. Según la misma encuesta, la diferencia entre los votantes independientes era de 46 por ciento a 26 por ciento a favor del presidente Trump.
Una encuesta reciente de la CNN también mostró que a un gran porcentaje de votantes les preocupa la edad del Presidente Biden. Además, la encuesta reveló que los candidatos más republicanos a las primarias salían bien parados en hipotéticos enfrentamientos con el Presidente Biden en las elecciones generales.
La tasa de inflación anual en Estados Unidos subió al 3,7 por ciento en agosto, desde el 3,2 por ciento del mes anterior, frustrando las esperanzas de una menor inflación.
Un aumento significativo de los precios de la energía, con una subida de la gasolina del 10,6 por ciento y del fuelóleo del 9,1 por ciento intermensual, fue el principal factor de la reaceleración de la inflación.
El Presidente Biden prometió bajar los precios de la gasolina durante su discurso en Largo.
«Sin embargo, nos queda mucho por hacer. Y voy a conseguir que los precios de la gasolina vuelvan a bajar. Se lo prometo», afirmó.
El Presidente Biden terminó su discurso de algo más de 30 minutos advirtiendo que la democracia estadounidense está en peligro.
«Nuestra democracia está siendo atacada y tenemos que luchar por ella», dijo.
No está claro cómo afectaría la investigación del impeachment a los índices de aprobación del presidente Biden en los próximos meses, pero según la encuesta de CNN, los estadounidenses creen que el presidente Biden estuvo implicado en los negocios de su hijo con Ucrania y China.
Una mayoría, el 61 por ciento, cree que Biden tuvo alguna participación en los negocios de Hunter Biden, con un 42 por ciento que afirma que actuó ilegalmente y un 18 por ciento que dice que sus acciones fueron poco éticas pero no ilegales.
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