El presidente Joe Biden ha revocado las órdenes ejecutivas del presidente Donald Trump destinadas a reducir la carga regulatoria federal, dando a entender que el ya enorme régimen regulatorio puede volver al de sus días previos a Trump.
En dos órdenes ejecutivas del 20 de enero, Biden rechazó alrededor de una docena de órdenes de Trump relacionadas con la reforma regulatoria, incluida una sobre «Reducir la regulación y controlar los costos regulatorios» y una sobre «Acelerar las revisiones y aprobaciones ambientales para proyectos de infraestructura de alta prioridad».
La desregulación fue uno de los principales logros de Trump, reduciendo el recuento de páginas de normas finales en el Registro Federal a menos de 21,000 en 2019 de las más de 38,000 que dejó la administración Obama, según un informe de 2020 (pdf) del Competitive Enterprise Institute (CEI).
La administración entrante calificó las iniciativas de Trump como «obstáculos innecesarios para regular en interés del público».
“Las regulaciones son una herramienta importante para que el gobierno federal aborde las crisis que enfrenta la nación”, dijo el equipo de transición de Biden en un comunicado del 20 de enero. «La Administración Trump paralizó innecesariamente esta herramienta crítica al crear obstáculos arbitrarios a la acción regulatoria».
La Oficina de Administración y Presupuesto (OMB) estima que el costo anual de regulación federal es de aproximadamente 140 mil millones de dólares, aunque los «costos de cumplimiento, pérdidas económicas y de PIB y costos sociales» totales son de aproximadamente 1.9 billones de dólares, según el informe del CEI y un documento de 2017 de su vicepresidente de políticas Wayne Crews.
“Anarquía, irresponsabilidad y #regulacióndemateriaoscura para hacer su regreso prometido en el @JoeBiden @whitehouse”, comentó Crews en un tuit del 20 de enero.
Biden también emitió una orden el 20 de enero para cambiar la forma en que la OMB evalúa el impacto de las nuevas regulaciones.
Anteriormente, se pretendía que la revisión ponderaba el costo y los beneficios de las regulaciones importantes y seguía el principio que “al elegir entre enfoques regulatorios alternativos, las agencias deben seleccionar aquellos enfoques que maximicen los beneficios netos (incluso los posibles beneficios económicos, ambientales, de salud y seguridad pública, y otras ventajas, impactos distributivos y equidad)”, según una orden ejecutiva de 1993 del presidente Bill Clinton (pdf).
Biden va más allá, ordenando a la OMB que busque formas de que «el proceso de revisión regulatoria pueda promover la salud y la seguridad públicas, el crecimiento económico, el bienestar social, la justicia racial, la administración ambiental, la dignidad humana, la equidad y los intereses de las generaciones futuras».
La OMB debe asegurarse de que «la revisión regulatoria sirva como una herramienta para promover afirmativamente las regulaciones que promueven estos valores», afirma la orden de Biden.
CEI recomienda que el Congreso vote sobre cambios importantes en la regulación en lugar de delegar el poder al poder ejecutivo.
“Lograr que los legisladores consigan apoyar u oponerse a reglas específicas restablecería la responsabilidad del Congreso y ratificaría el principio de ‘no hay regulación sin representación’”, dice su informe.
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