El domingo, el presidente Joe Biden hizo un comentario inesperado contra las perforaciones petrolíferas mientras hablaba en un mitin para apoyar a la gobernadora demócrata de Nueva York en su intento de permanecer en el cargo.
Biden dijo que no habrá más perforaciones durante su presidencia, después de un intercambio con un manifestante por el clima durante un mitin para apoyar a la gobernadora Kathy Hochul de Nueva York.
El presidente habló en el Sarah Lawrence College de Nueva York el 6 de noviembre, presumiendo de los logros de su administración y atacando a los republicanos como el rival de Hochul, el representante Lee Zeldin (R-N.Y.).
Los comentarios de Biden se produjeron después de que un manifestante por el clima lo interrumpiera al final de su discurso.
El manifestante sostenía una pancarta en la que se leía «5 años más de perforación es pérdida-pérdida» y le gritaba a Biden sobre los contratos de perforación en alta mar.
Cuando el manifestante insistió, Biden respondió: «No hay más perforaciones. No he formado ninguna nueva perforación». La manifestante volvió a gritar sus objeciones a las «perforaciones en alta mar» en la Antártida y el Golfo de México.
«Eso fue antes de que yo fuera presidente. Estamos intentando trabajar en ello para finalizarlo», respondió Biden.
Los republicanos y otros críticos respondieron inmediatamente a los comentarios del presidente.
«Dos días antes de las elecciones de mitad de período, Joe Biden afirma claramente que está a favor de ‘no más perforaciones [petroleras]'», posteó el Comité Nacional Republicano (RNC) en Twitter.
El equipo de Biden se retractó inmediatamente de los comentarios del presidente, después de muchas críticas del público e incluso de miembros de su propio partido, como el senador Joe Manchin, de Virginia Occidental. La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, respondió explicando que los comentarios del presidente «se han tergiversado para sugerir un significado que no se pretendía», y que lo lamenta si alguien se sintió ofendido.
«El presidente estaba comentando un hecho de economía y tecnología: como lo ha sido desde los primeros días como superpotencia energética, Estados Unidos está una vez más en medio de una transición energética», declaró Jean-Pierre.
La guerra de Biden contra la producción nacional de combustible
La admisión de Biden supuso un reforzamiento de la controvertida guerra de su administración contra la producción nacional de energía justo antes de las elecciones de mitad de periodo, que han provocado en parte un aumento de los precios de la gasolina y el diésel.
Anteriormente, el 4 de noviembre, anunció que las plantas de carbón de todo Estados Unidos se cerrarían y se sustituirían por energía eólica y solar.
«Vamos a cerrar estas plantas en todo Estados Unidos», dijo Biden, añadiendo que es «más barato generar electricidad con energía eólica y solar que con carbón y petróleo».
«Literalmente más barato», continuó el presidente, diciendo que «no era una broma».
El RNC respondió en un tuit, diciendo que «Joe Biden celebra que los trabajadores de las plantas de carbón pierdan sus empleos».
El presidente ha estado culpando repetidamente de la subida vertiginosa de los precios de la energía a la invasión rusa de Ucrania, a los recortes de producción de la OPEP y a la supuesta manipulación de los precios por parte de la industria estadounidense del petróleo y el gas natural.
Sin embargo, el precio promedio de la gasolina era de 2.37 dólares por galón cuando Biden asumió su cargo en enero de 2021, mucho antes de la guerra de Ucrania, según la Administración de Información Energética. El 7 de noviembre, el precio promedio de la gasolina era de 3.80 dólares por galón, según la AAA.
Las políticas energéticas de los demócratas en vísperas de las elecciones legislativas
Las declaraciones de Biden en el mitin pueden perjudicar a los demócratas en las elecciones de mitad de periodo, ya que los precios de la gasolina siguen subiendo, y muchos estadounidenses culpan a su campaña a favor de la energía verde y contra los combustibles fósiles como uno de los principales factores que contribuyen a la subida.
«Biden lleva mucho tiempo insistiendo en que no es un obstáculo para la expansión de las perforaciones petrolíferas», escribió el ecologista y autor Michael Shellenberger en un tuit con un video de Biden en junio en el que decía que Estados Unidos necesita aumentar la capacidad de refinado y que no era cierto que su administración hubiera estado limitando la producción de petróleo.
«De hecho, Biden acabó con una refinería el 14 de mayo y acabó con un contrato de arrendamiento de un millón de acres de petróleo y gas en Alaska el 12 de mayo», señaló Shellenberger.
«Al gritar ‘No hay más perforaciones. No hay más perforaciones» en un mitin en Nueva York, Biden ha admitido efectivamente que él y su administración han estado mintiendo durante meses», dijo Shellenberger en un tuit.
Biden intenta desviar la culpa
Biden ha recurrido a la Reserva Estratégica de Petróleo para aumentar el suministro de petróleo, agotando la reserva en el proceso, en un esfuerzo por bajar los precios de la gasolina antes de las elecciones de mitad de período.
Biden también intentó convencer al príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman durante el verano para que aumentara la producción de petróleo, pero el tiro le salió por la culata cuando el reino se puso del lado de la OPEP para recortar la producción de petróleo en unos cuantos millones de barriles, lo que avergonzó enormemente a la administración.
«Los recientes cierres de las principales refinerías de petróleo y las políticas federales y estatales que desalientan el aumento de la producción de combustibles fósiles y de la capacidad de las refinerías en Estados Unidos han contribuido al aumento de los precios», dijo Patrick De Haan, jefe de análisis de petróleo en GasBuddy, a FOX Business.
Mientras tanto, los números de Hochul en las encuestas han ido cayendo en una carrera cada vez más ajustada, ya que espera mantener su puesto de gobernadora a solo dos días de las elecciones contra Zeldin.
Ex vicegobernadora, Hochul se convirtió en gobernadora de Nueva York después de que su predecesor, el exgobernador Andrew Cuomo, se viera obligado a renunciar debido a múltiples escándalos. Desde entonces, su administración se ha visto inmersa en la controversia política, el aumento de los índices de criminalidad y el descenso en las encuestas.
The Epoch Times se puso en contacto con la Casa Blanca para pedirle comentarios.
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