El presidente Joe Biden dijo el lunes que en los próximos diez días se habrán entregado más de 100 millones de pagos de impacto económico a los estadounidenses.
Los pagos en efectivo, que ascienden a 1400 dólares para la mayoría de los beneficiarios, forman parte del Plan de Rescate Estadounidense que Biden aprobó el jueves pasado.
«Inyecciones en los brazos y dinero en los bolsillos. Eso es importante», dijo Biden durante un discurso en la Casa Blanca, que se produjo cuando su administración superó los 100 millones de vacunas administradas contra la COVID-19. «El Plan de Rescate Estadounidense ya está haciendo lo que pretendía hacer: marcar la diferencia en la vida cotidiana de la gente», añadió.
El Departamento del Tesoro dijo el 12 de marzo que había comenzado a procesar los pagos de impacto económico, algunos de los cuales empezaron a llegar a las cuentas bancarias de la gente durante el fin de semana.
«Otros grandes lotes de pagos, que serán automáticos y no requerirán ninguna acción por parte de los contribuyentes, se enviarán en las próximas semanas por depósito directo y a través del correo como cheque o tarjeta de débito», dijo la agencia en un comunicado.
Se espera que más de 158 millones de hogares reciban los pagos en efectivo, y las personas que ganan menos de 75,000 dólares podrán recibir la cantidad completa de 1400 dólares, que se reduce a cero a partir de los 80,000 dólares.
«Para cuando se distribuya todo el dinero, el 85 por ciento de los hogares estadounidenses habrán recibido un cheque de rescate de 1400 dólares», dijo Biden.
Sin embargo, existe el riesgo de que algunos de los cheques sean embargados por los cobradores de deudas. Una coalición de grupos de consumidores y de la banca instó recientemente a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, a tomar medidas para cerrar una laguna en el proyecto de ley de ayuda a la pandemia de 1.9 billones de dólares que permite que los pagos directos sean embargados para pagar deudas.
Los pagos de impacto económico (EIP), el nombre oficial que reciben los cheques de estímulo, estaban protegidos del embargo en anteriores proyectos de ley de alivio para la COVID-19. Pero el Plan de Rescate Estadounidense, que fue aprobado por el presidente Joe Biden el 11 de marzo, no impide explícitamente que los cobradores de deudas embarguen dichos fondos.
El Plan de Rescate Estadounidense no impide explícitamente el embargo ya que fue aprobado mediante el proceso de reconciliación presupuestaria. Los demócratas hicieron avanzar el proyecto de ley en el Congreso a través de la reconciliación, lo que les permitió aprobarlo sin tener que ganarse a los republicanos, que se opusieron al proyecto por considerarlo despilfarrador y repleto de prioridades de gasto no relacionadas con la pandemia.
«Permitir que se embarguen los pagos del impacto económico podría imponer cargas significativas a algunas familias, especialmente a las que pertenecen a comunidades de color, que se enfrentan a circunstancias sin precedentes», escribieron las organizaciones, añadiendo que las instituciones depositarias —e incluso muchos cobradores de deudas— creen que los cheques del estímulo deben estar exentos de embargo.
A menos que el Congreso apruebe un proyecto de ley independiente para cerrar la laguna legal, las instituciones depositarias como los bancos y las cooperativas de crédito se verán obligadas a cumplir las órdenes de embargo y tendrán que pagar a algunos acreedores que intenten congelar las cuentas bancarias y embargar los fondos adeudados.
El senador Ron Wyden (D-Ore.), presidente del Comité de Finanzas del Senado, dijo en un comunicado que planea presentar un proyecto de ley independiente que proteja el dinero de los cobradores de deudas.
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