El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo el 3 de mayo que el régimen chino está tratando de influir en el resultado de la legislación destinada a reforzar la competitividad de Washington frente a Beijing.
«Fundamentalmente se trata de una cuestión de seguridad nacional. Esta es una de las razones por las que el Partido Comunista Chino está presionando a la gente para que se oponga a este proyecto de ley», dijo Biden. «Además es un tema que une a demócratas y republicanos. Así que, hagámoslo».
La versión de la Cámara de Representantes se aprobó en febrero, en una votación mayoritariamente partidista de 222 a 210 votos. Al mes siguiente, el proyecto de ley del Senado se aprobó con 68 – 28 votos, con 27 de senadores republicanos que votaron en contra. La legislación se conoce como la Ley COMPETES y una de las disposiciones clave es la de proporcionar miles de millones para apoyar a la industria estadounidense de semiconductores.
Biden hizo estas declaraciones en Troy, Alabama, durante una visita a una planta de la gran compañía de defensa estadounidense, Lockheed Martin. El resto de sus declaraciones se centraron principalmente en la guerra de Ucrania.
Para argumentar la necesidad de la legislación, Biden señaló que un solo misil antitanque Javelin necesita 200 semiconductores. Las fuerzas ucranianas han utilizado los misiles para luchar contra la invasión rusa.
«Por eso estamos dificultando todo lo posible que Rusia se apodere de semiconductores y de tecnologías avanzadas que podría utilizar para mejorar su ejército en este conflicto y por eso estamos tomando medidas para facilitar la obtención de lo que necesitamos aquí en Estados Unidos durante la escasez mundial de semiconductores», dijo Biden.
Ahora, las dos cámaras del Congreso iniciarán las negociaciones y consultas para conciliar las diferencias entre los proyectos de ley antes de que una versión final pueda ser enviada al escritorio del presidente.
The Epoch Times se puso en contacto con la Casa Blanca para pedirle comentarios.
El régimen chino criticó públicamente la legislación. En febrero, Zhao Lijian, portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores de China, acusó a Estados Unidos de llevar a cabo una «práctica hegemónica e intimidatoria» con la legislación, cuando se le pidió que comente cómo se había aprobado el proyecto de ley en la Cámara de Representantes.
Algunos republicanos expresaron su preocupación por el proyecto de ley, afirmando que no aborda los retos que plantea China.
El 3 de mayo, el senador Rick Scott (R-Fla.) emitió una declaración en la que afirma que la Ley COMPETES tiene muchas deficiencias.
«La Ley COMPETES es un ejemplo perfecto de cómo un Washington descompuesto intenta y fracasa en la resolución de problemas», declaró.
«En lugar de combatir las amenazas planteadas por [el líder chino] Xi Jinping y el malvado Partido Comunista Chino, la Ley COMPETES despilfarra imprudentemente 250,000 millones de dólares que no tenemos en políticas del Nuevo Trato Verde, como el Fondo Verde para el Clima de la ONU, en dádivas descabelladas a las universidades que se asocian con la China comunista y en empresas tecnológicas que obtienen beneficios récord», añadió.
Según Scott, el proyecto de ley destinaría 8000 millones de dólares al Fondo Verde para el Clima de la ONU. Scott indicó que el proyecto de ley tampoco hace responsable a China de la pandemia de COVID-19.
«Un gasto gubernamental imprudente como éste alimenta la inflación. Con los precios disparados y el IPC en su punto más alto de los últimos 40 años, las familias estadounidenses no pueden permitirse más políticas fallidas y gastos imprudentes de un Washington descompuesto», declaró el senador. «No dejaré de luchar para derrotar este mal proyecto de ley».
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