El presidente Joe Biden dice que «prácticamente» ha declarado una emergencia climática nacional, aunque todavía no ha hecho una declaración oficial al respecto.
En una entrevista emitida el 9 de agosto, Stephanie Abrams, de The Weather Channel, preguntó al presidente si estaba dispuesto a declarar una emergencia nacional en relación con el cambio climático.
«Yo ya lo he hecho», respondió el presidente Biden. «Nosotros hemos conservado más tierras. Nosotros (…)nos hemos adherido al Acuerdo del Clima de París. Hemos aprobado un mecanismo de control climático de USD 368,000 millones. Nos estamos moviendo. Es la amenaza existencial para la humanidad».
Cuando se le volvió a preguntar si ya había declarado la emergencia, añadió: «Prácticamente hablando, sí».
Expediente medioambiental
A pesar de la creciente presión de los activistas climáticos, el presidente Biden aún no ha anunciado una emergencia climática en virtud de la Ley de Emergencias Nacionales. Esta ley, cuando se invoca, faculta al presidente para tomar medidas que de otro modo no estarían permitidas.
En cuanto al clima, se ha especulado con la posibilidad de que la ley abra nuevas vías para impulsar proyectos de energías renovables en el ejército y detener las exportaciones de crudo y las perforaciones en alta mar, entre otras acciones.
En julio de 2022, la Casa Blanca dijo que el presidente no descartaba hacer una declaración de este tipo, pero desde entonces se ha hablado poco de esa posibilidad.
En cambio, durante su viaje del 8 de agosto al Gran Cañón, el presidente Biden promocionó las «inversiones históricas» de su administración en políticas climáticas y fuentes de energía renovables.
También anunció la creación de un nuevo monumento nacional que preservará aproximadamente un millón de acres de terreno alrededor del Parque Nacional del Gran Cañón y limitará la extracción de uranio en la zona.
El monumento ha sido durante décadas una petición de los líderes tribales locales y de grupos ecologistas que afirman que la extracción de uranio pone en peligro las fuentes de agua cercanas.
«Amigos, la historia de nuestra nación está grabada en nuestra gente y en nuestras tierras. La acción de hoy va a proteger y preservar esa historia», dijo el presidente Biden durante un discurso en el aeródromo de Red Butte, cerrado desde hace tiempo, en Grand Canyon Village.
Durante su intervención, el presidente se refirió al calor sin precedentes que ha sufrido gran parte del país y que hizo que el mes pasado fuera el más caluroso del mundo jamás registrado.
Atribuyendo esas temperaturas al cambio climático, el presidente alabó la firma de la Ley de Reducción de la Inflación, que describió como la «mayor inversión en conservación del clima y justicia medioambiental jamás realizada, en ningún lugar, en la historia del mundo».
Los votantes lo desaprueban
Aunque el presidente considere digno de elogio su historial climático, una encuesta reciente del Washington Post y la Universidad de Maryland reveló que la mayoría de los estadounidenses, un 57 % desaprueban su gestión del asunto.
Solo el 39 % dijo que aprobaba la Ley de Reducción de la Inflación, mientras que el 20 % indicó que se oponía a la medida y otro 39 % señaló que no estaba seguro.
Además, la calificación general de la actuación del presidente puede ser otra fuente de preocupación en su intento de asegurar la reelección.
Según RealClearPolitics, la mayoría de los estadounidenses desaprueban su gestión desde agosto de 2021, el mes de la fallida retirada de Afganistán.
Luego del máximo de desaprobación que alcanzó en julio de 2022, con un 57.1 %, su última calificación, de 54.2 %, no supone una gran mejora.
Arizona fue tan solo la primera parada de una gira del presidente por el suroeste.
Tras su discurso del 8 de agosto, viajó a Albuquerque, Nuevo México, para recaudar fondos para su reelección.
El 9 de agosto por la tarde tenía previsto volar a Salt Lake City (Utah), donde el jueves conmemorará el primer aniversario de la Ley PACT antes de asistir a otra recaudación de fondos.
Con la contribución de Emel Akan
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