El presidente de EE. UU., Joe Biden, anticipó que tendría conversaciones «más fuertes» en la reunión con el líder de China, Xi Jinping, tras la victoria de la senadora de Nevada, Catherine Cortez Masto.
El 13 de noviembre, Biden dijo: «Sé que voy a llegar más fuerte, pero no lo necesito», en relación con su reunión con Xi en Bali el día 14, antes de la cumbre anual de líderes del Grupo de los 20.
«Conozco a Xi Jinping, he pasado más tiempo que con cualquier otro líder mundial. Lo conozco bien. Él me conoce», dijo.
En su primera reunión con Xi desde que asumió la presidencia de Estados Unidos, Biden dijo: «Cada uno de nosotros tiene que averiguar cuáles son las líneas rojas, cuáles son las cosas más importantes para cada uno de nosotros de cara a los próximos dos años».
Las líneas rojas
Biden hizo este comentario a su llegada a Phnom Penh, Camboya, el 13 de noviembre para la Cumbre anual de Asia Oriental (EAS).
La Casa Blanca también publicó los temas de conversación de Biden para el evento. Reafirmó el compromiso permanente de Estados Unidos con el Indo-Pacífico, con la ASEAN en el centro, con la navegación y el sobrevuelo libres y transparentes, un marco económico concreto para el Indo-Pacífico, un sistema sanitario y una transición energética limpia.
También subrayó la necesidad de una comunicación abierta con China, al mismo tiempo que «se asegura de que la competencia no se desvíe hacia el conflicto». Afirmó la importancia de mantener la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán.
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores chino abordó las cuestiones pertinentes en sus habituales ruedas de prensa.
El 10 de noviembre, el portavoz Zhao Lijian abordó las líneas rojas de la parte china: «La cuestión de Taiwán está en el centro de los intereses fundamentales de China».
«El principio de una sola China es la piedra angular de la base política de las relaciones entre China y Estados Unidos», dijo Zhao.
Zhao continuó con la retórica típica del régimen: China exige las normas básicas de las relaciones internacionales, incluido el respeto a la soberanía e integridad territorial de otros países y la no injerencia en los asuntos internos de otros países.
El Partido Comunista Chino nunca ha gobernado Taiwán, pero reclama este país como parte de su soberanía y sus asuntos internos. La isla autogobernada, bajo la gobernación de la República de China, el gobierno que gobernó China después de la dinastía Qing, ha mantenido su propia constitución, educación y ejército desde 1947.
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