El presidente Joe Biden emitió su primer veto el 20 de marzo, después de que el Congreso votara a favor de bloquear una norma del Departamento de Trabajo que permitiría a los gestores de fondos de planes de jubilación tener en cuenta los efectos a largo plazo de los factores sociales y el cambio climático en las inversiones, una medida que los republicanos califican de política «woke» que perjudicará el bolsillo de los jubilados.
Según un comunicado enviado a la prensa por la Casa Blanca, el presidente no podía apoyar los esfuerzos del Congreso para bloquear la norma del Departamento de Trabajo.
El presidente también posteó un video en Twitter sobre el veto, afirmando que firmarlo «tenía sentido» porque la resolución aprobada por el Congreso «pondría en riesgo los ahorros para la jubilación de personas de todo el país».
En un comunicado de la Casa Blanca, Biden afirmó: «Existen numerosas pruebas que demuestran que los factores medioambientales, sociales y de gobernanza pueden tener un impacto material en los mercados, las industrias y las empresas».
«Pero la resolución liderada por los republicanos obligaría a los gestores de pensiones a ignorar estos factores de riesgo relevantes, despreciando los principios del libre mercado y poniendo en peligro los ahorros de toda la vida de las familias trabajadoras y los jubilados».
El Congreso aprobó la resolución con 216 votos a favor y 204 en contra en la Cámara de Representantes y 50 votos a favor y 46 en contra en el Senado. Joe Manchin (D-W.Va.) y Jon Tester (D-Mont.) votaron con los republicanos. Para anular el veto de Biden, el Congreso tendrá que aprobar la ley con una mayoría de dos tercios, un obstáculo a menudo difícil de superar.
La medida iba dirigida contra la «Norma final sobre prudencia y lealtad en la selección de inversiones del plan y el ejercicio de los derechos de los accionistas» de Biden, que entró en vigor a finales de enero.
Dicha norma afectaba a la Ley de Seguridad de Ingresos de Jubilación de los Empleados de 1974, una ley clave para la reforma de las pensiones.
En su explicación de la nueva norma, el Departamento de Trabajo alegó que era necesaria para superar un «efecto amedrentador» de la normativa de la era Trump sobre el uso de criterios ambientales, sociales y de buen gobierno (ASG) en las cuentas de jubilación.
La norma final elimina el énfasis en los «factores pecuniarios», es decir, factores con una clara relación financiera con el riesgo y el rendimiento.
El Departamento de Trabajo dijo que lo hicieron para eliminar el «pulgar de la balanza de la regla anterior para no desalentar a los fiduciarios de considerar el cambio climático y otros factores ASG».
McCarthy responde
El presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy (R-Calif.), respondió a la noticia en un comunicado.
«El primer veto del presidente Biden es contra un proyecto de ley bipartidista que protege los ahorros para la jubilación de la interferencia política», dijo McCarthy.
«Está claro que el presidente Biden quiere que Wall Street utilice el dinero que tanto le ha costado ganar no para hacer crecer sus ahorros, sino para financiar una agenda política de extrema izquierda. Eso perjudicará a las personas mayores y a los trabajadores, especialmente después de que el gasto imprudente del presidente Biden causara una inflación récord y rápidas subidas de las tasas de interés».
Manchin (D-W.Va.) emitió una declaración tras el veto diciendo: «Esta Administración sigue dando prioridad a su agenda política radical sobre las necesidades económicas, energéticas y de seguridad nacional de nuestro país, y es absolutamente exasperante».
«Los habitantes de Virginia Occidental están sometidos a un estrés cada vez mayor mientras continuamos recuperándonos de una pandemia única en una generación, pagamos las facturas en medio de una inflación récord y nos enfrentamos a la mayor guerra terrestre en Europa desde la Segunda Guerra Mundial … A pesar de un rechazo claro y bipartidista de la norma por parte del Congreso, el presidente Biden está optando por poner la agenda progresista de su administración por encima del bienestar del pueblo estadounidense».
El representante Mike Flood (R-Neb.) calificó el veto de «decepcionante».
«[Los estadounidenses] quieren que nuestros planes de jubilación sean seguros, no regidos por los tipos de cuestiones de gobernanza social medioambiental que el presidente Biden y los demócratas woke siguen sacando a relucir», declaró Flood al medio de comunicación NTD, asociado de The Epoch Times, en el retiro del Partido Republicano de la Cámara de Representantes celebrado en Florida el 20 de marzo.
Los defensores contra los ASG condenan el veto
Los defensores contra los ASG no tardaron en criticar el veto presidencial.
«Este veto de Joe Biden va directamente en contra de los intereses del pueblo estadounidense», escribió Will Hild, director ejecutivo de Consumers First, en Twitter el 20 de marzo.
«El grupo bipartidista de senadores y los miembros republicanos de la Cámara de Representantes merecen un gran elogio por hacer su trabajo de proteger al pueblo estadounidense aprobando un proyecto de ley para impedir que el presidente Biden permita a las élites de Wall Street utilizar los ASG como arma para forzar una agenda partidista», añadió Hild en un comentario a The Epoch Times.
A los ojos de los escépticos de los ASG, el lenguaje más suave de la nueva regla socava el deber fiduciario de los gestores de activos.
«Cualquier intento de suplantar o diluir el deber fiduciario socavaría los cimientos de nuestra libertad económica y perjudicaría al trabajador estadounidense», declaró a The Epoch Times Derek Kreifels, director ejecutivo de la State Financial Officers Foundation.
Vivek Ramaswamy, destacado inversor opositor a los ASG y candidato presidencial del Partido Republicano, escribió en Twitter: «El hecho de que el primer veto de Biden sea sobre la promoción de los ASG revela el problema: no se trata de la mano invisible del ‘libre mercado’. Es el puño invisible del gobierno».
En un video del 2 de marzo en el que comentaba la resolución conjunta, Ramaswamy argumentaba que el lenguaje de la norma parecía contradecir los argumentos de los gestores de fondos de que la consideración de los factores ASG realmente ayudaba a la cuenta de resultados a largo plazo.
La nueva norma permite a los fiduciarios tener en cuenta «beneficios colaterales distintos del rendimiento de la inversión» en una gama más amplia de contextos.
«Si realmente se tratara de la creación de valor a largo plazo, entonces la Administración Biden no tendría que cambiar las normas para decir expresamente que tienen que tener en cuenta los beneficios colaterales distintos de los rendimientos de la inversión», dijo.
Celebración en otros lugares
Mientras tanto, los demócratas y los defensores de los ASG celebraron el veto.
«Este veto era totalmente apropiado. Que los republicanos de la Cámara de Representantes digan a las empresas estadounidenses que no pueden perseguir beneficios y objetivos sociales cuando lo desean sería contraproducente y antiestadounidense», escribió en Twitter el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer (D-N.Y.).
«El veto permitirá a los actores del mercado de la #Jubilación seguir cumpliendo con su #DeberFiduciario hacia los participantes del plan y satisfacer la creciente demanda de #OfertasSostenibles», escribió en Twitter Forum for Sustainable and Responsible Investment.
«Los trabajadores deben tener derecho a proteger sus jubilaciones de la codicia, la corrupción y la negligencia de las empresas», escribió el sindicato Teamsters en Twitter.
«Este proyecto de ley fue un ataque directo al libre mercado», dijo en un comunicado Gregory Wetstone, presidente y director ejecutivo del Consejo Estadounidense de Energías Renovables. «La regla del Departamento de Trabajo en cuestión aquí refleja la realidad de que las consideraciones ASG son financieramente materiales».
Con información de Steve Lance de NTD.
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