El gobierno del presidente Joe Biden, confirmó que Estados Unidos enviará a México y Canadá aproximadamente cuatro millones de dosis no utilizadas de la vacuna contra el COVID-19 de AstraZeneca.
El plan se produce cuando decenas de países reanudaron el uso de las vacunas AstraZeneca, después de haber suspendido temporalmente las inyecciones a raíz de los informes sobre pacientes, en su mayoría jóvenes, que poco después de recibirla sufrieron graves trastornos de la coagulación y raros tipos de accidentes cerebrovasculares.
«Podemos anunciar que estamos prestando una parte de nuestras vacunas AstraZeneca disponibles para México y a Canadá», anunció el 18 de marzo Jeffrey Zients, coordinador de la Casa Blanca para la respuesta al COVID-19. «Esta acción permitirá a nuestros vecinos satisfacer una necesidad crítica de vacunación en sus países, proporcionando más protección inmediata en todo el continente norteamericano».
AstraZeneca aún no está autorizada en Estados Unidos, pero está autorizada para uso de emergencia por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Las vacunas forman parte de una reserva de siete millones de dosis disponibles que se acumularon mientras AstraZeneca continúa con sus ensayos clínicos en Estados Unidos, antes de que pueda ser aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).
El plan de Biden para permitir la exportación de la vacuna fabricada en EE.UU. supondría la primera vez que el gobierno accede a ello. Sin embargo, según el acuerdo, los países deberán devolver cualquier dosis sobrante e intercambiar dosis de vacunas —de AstraZeneca o de otra— en el futuro.
«Para ser claros: este préstamo no reducirá el suministro de vacunas disponibles para los estadounidenses. Las dosis que estamos prestando no están aprobadas para su uso en Estados Unidos. Ningún estadounidense se quedará sin una vacuna debido a esta acción», dijo Zients.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, confirmó que México recibirá 2.5 millones de dosis de la vacuna, mientras que Canadá recibirá 1.5 millones de dosis.
El plan aún se está ultimando, pero las vacunas se entregarán en «poco tiempo» una vez que se haya completado el acuerdo, dijeron los funcionarios a Reuters.
En la última semana, más de 20 países, entre ellos Italia, Alemania, Francia, España, Países Bajos, Dinamarca, Suecia y otros, habían suspendido el uso de la vacuna tras los informes sobre coágulos de sangre en algunos pacientes que la recibieron.
El jueves, la agencia reguladora de medicamentos de la Unión Europea dijo que la vacuna de AstraZeneca no aumenta la incidencia general de coágulos de sangre y que los beneficios de su uso superan los posibles riesgos.
La Agencia Europea del Medicamento dijo a través de una declaración que una revisión preliminar de una señal de coágulos sanguíneos en personas inoculadas con la vacuna contra COVID-19 de AstraZeneca confirmó que «la vacuna no está asociada a un aumento del riesgo global de coágulos sanguíneos (eventos tromboembólicos) en quienes la reciben».
Sin embargo, la agencia indicó que «la vacuna puede estar asociada a casos muy raros de coágulos sanguíneos relacionados con la trombocitopenia, es decir, niveles bajos de plaquetas (elementos de la sangre que la ayudan a coagular) con o sin hemorragia, incluyendo casos raros de coágulos en los vasos que drenan la sangre del cerebro (CVST)».
El anuncio llevó a varios países europeos, entre ellos Francia, Italia y Alemania, a reanudar la vacunación el viernes.
Mientras tanto, España, Portugal y los Países Bajos dijeron que reanudarán las vacunas la próxima semana. Por su parte, España además dijo que podría excluir a ciertos grupos para minimizar cualquier peligro.
La FDA autorizó hasta ahora el uso de emergencia de tres vacunas distintas para los estadounidenses, de los fabricantes de medicamentos Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson, y las tres empresas pretenden suministrar suficientes vacunas para vacunar a unas 400 millones de personas para fines de julio.
A pesar de que varias naciones extranjeras se enfrentan a la escasez de vacunas y a los retrasos en la entrega, el gobierno de Biden aún no anuncia planes para compartir ninguna de sus vacunas de Pfizer o Moderna.
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