El presidente Joe Biden firmó el 2 de diciembre una ley que obliga a los sindicatos ferroviarios a adoptar un acuerdo, evitando así una huelga de los trabajadores del sector.
«Sé que fue un voto difícil para los miembros de ambos partidos, fue difícil para mí», dijo Biden antes de firmar la ley. Pero, añadió, creía que era lo correcto en ese momento.
Las mayorías bipartidistas de ambas cámaras aprobaron el proyecto de ley esta semana.
La legislación exige a los sindicatos que representan a los trabajadores ferroviarios que acepten los acuerdos provisionales que se alcanzaron en otoño, pero que posteriormente fueron rechazados por los trabajadores con múltiples sindicatos.
De no existir el proyecto de ley o un nuevo acuerdo, los trabajadores podrían haber comenzado la huelga el 9 de diciembre, y algunos efectos habrían comenzado a sentirse antes de esa fecha, ya que las empresas se prepararon para la interrupción.
Una huelga habría «devastado nuestra economía», dijo Biden.
El Congreso está facultado, a través de la Ley Laboral Ferroviaria, para investigar los conflictos entre operadores y trabajadores y resolverlos. Las opciones incluyen obligar a las partes a aceptar un acuerdo no ratificado y ampliar el «período de reflexión», que estaba previsto que expirara.
El senador Dan Sullivan (R-Alaska) intentó modificar la legislación para ampliar el periodo de reflexión y no imponer un acuerdo a los trabajadores, pero la enmienda fue rechazada.
Los senadores también rechazaron la propuesta del senador Bernie Sanders (I-Vt.) de añadir siete días de enfermedad pagados al acuerdo. La Cámara de Representantes había aprobado la disposición.
Biden dijo que era consciente de que el proyecto de ley no incluía la baja por enfermedad pagada «pero esa lucha no ha terminado». Al preguntársele cuándo deberían los trabajadores esperar una baja por enfermedad pagada, dijo: «tan pronto como pueda convencer a los republicanos de que vean la luz».
Los republicanos ayudaron a aprobar la disposición sobre la baja por enfermedad pagada en la Cámara de Representantes y seis votaron a favor en el Senado, pero eso no fue suficiente para alcanzar el umbral de 60 votos. Cinco senadores faltaron a la votación, entre ellos los senadores Raphael Warnock (D-Ga.) y Chris Murphy (D-Conn.).
Acuerdo
El acuerdo se alcanzó después de que un panel de árbitros designado por Biden recomendara aumentos salariales, pagos en efectivo y mejoras en la atención sanitaria.
Ambas partes negociaron a partir de las propuestas y llegaron a un aumento salarial inmediato del 14.1%, con una subida del 24% para 2024. Esto llevaría la compensación total del trabajador medio a unos 160,000 dólares anuales, frente a los 126,000 de 2020. El acuerdo también incluye cinco pagos anuales de 1000 dólares.
El acuerdo mantiene la asistencia sanitaria en los niveles actuales, que cumplen con la definición que establece la Ley de Cuidados de la Salud Asequibles, también conocida como Obamacare. Los empleados tienen que contribuir con el 15% de las primas.
El trabajador promedio dispone actualmente de tres semanas de vacaciones pagadas y de hasta 14 días de permiso personal, mientras que algunos tienen permiso por enfermedad pagado. El acuerdo añadiría un día de permiso personal y añadiría opciones de reembolso para los viajes.
El acuerdo ha sido ratificado por nueve sindicatos y rechazado por otros cuatro, entre los que se encuentra el de la Asociación Internacional de Trabajadores del Metal, el Aire, los Ferrocarriles y el Transporte, el más importante.
«Los logros de este acuerdo son significativos, incluidos los aumentos salariales históricos, la mejor asistencia sanitaria de su clase y un progreso significativo en la creación de turnos de trabajo más predecibles y programados. Sin duda, aún queda por hacer para resolver los problemas de conciliación de la vida laboral y familiar de nuestros empleados, pero está claro que este acuerdo mantiene el lugar del ferrocarril entre los mejores empleos de nuestra nación», dijo Ian Jefferies, presidente y director ejecutivo de la Asociación de Ferrocarriles Americanos, en un comunicado.
Los sindicatos que no ratificaron dijeron que el acuerdo no era suficiente.
El punto de fricción más común, según la Hermandad de la División de Empleados de Mantenimiento de Vías-Hermandad Internacional de Camioneros (BMWED-IBT), fue la falta de licencia por enfermedad pagada.
«En el último año, numerosos empresarios de todo el mundo han analizado qué podían hacer para atraer y retener a los empleados con talento. Los ferrocarriles han hecho todo lo contrario. Han ignorado a los reguladores del sector y a las preocupaciones de los clientes sobre el mantenimiento de una plantilla adecuada, y han ignorado las peticiones de los trabajadores de mejorar sus condiciones de trabajo y su calidad de vida. Esto ya ha durado demasiado. Es hora de que los ferrocarriles mejoren la calidad de vida de sus trabajadores», dijo Tony Cardwell, presidente del sindicato, en un comunicado.
Los trabajadores y los operadores reaccionan
Los operadores se mostraron a favor de la intervención del Congreso.
«Queremos agradecer al presidente Biden y a los miembros de su administración… su apoyo al proceso de negociación de la Ley de Trabajo Ferroviario y a los resultados negociados colectivamente», dijo en un comunicado el Comité de la Conferencia Nacional de Transportistas, que representa a los ferrocarriles. «También queremos dar las gracias a los líderes y miembros del Congreso por reconocer la criticidad del servicio ferroviario de mercancías para la cadena de suministro y la economía de la nación y por actuar rápidamente para evitar un cierre».
Los sindicatos tuvieron reacciones mixtas, con algunos a favor de la intervención y otros en contra.
«La aprobación de una legislación para adoptar acuerdos provisionales que excluyan la licencia por enfermedad pagada para los trabajadores ferroviarios no resolverá los problemas del servicio ferroviario», dijo el BMWED-IBT. «Más bien, empeorará los problemas de la cadena de suministro y enfermará, enfurecerá y privará de derechos a los trabajadores ferroviarios mientras siguen soportando las cargas de la mala gestión de los ferrocarriles».
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