Si bien el presidente Joe Biden cumplió su objetivo de reapertura escolar casi un mes antes de lo programado, los datos indican que sus políticas no hicieron nada para acelerar una tendencia de reapertura que ya estaba en marcha cuando asumió el cargo.
Una iniciativa que buscaba reabrir la mayoría de las escuelas, dentro de sus primeros 100 días, hizo parte de las principales promesas de Biden antes de asumir el cargo. Cuando finalmente presentó los detalles de la propuesta, a mediados de febrero, dijo que la mayoría de los grados K-8 iban a recibir clases presenciales cinco días a la semana a finales de abril.
Ese objetivo ya se ha cumplido, según datos de Burbio, una empresa de seguimiento comunitario que analiza los datos públicos recopilados de 1200 distritos escolares, los cuales representan a 35,000 escuelas, en los 50 estados, según su sitio web.
Para el 8 de marzo, más del 51 por ciento de los grados K-8 estaban recibiendo clases presenciales, aunque si se consideran sólo los grados de secundaria, menos del 41 por ciento estaban abiertos.
En la semana que comienza el 5 de abril, más del 55 por ciento de los estudiantes asistirán a escuelas que ofrecen clases presenciales, incluido casi el 64 por ciento en los grados de primaria, más del 50 por ciento en los grados intermedios y casi el 47 por ciento de los grados de la preparatoria.
La tendencia de reapertura comenzó a principios de septiembre de 2020, cuando estaba pasando el punto más álgido de los cierres escolares. Solo el 19 por ciento de los estudiantes fueron a escuelas que ofrecían clases presenciales en esa época, informó Burbio el 2 de septiembre.
La reapertura avanzó a un ritmo cercano al 2 por ciento por semana hasta noviembre, cuando se revirtió debido a otra ola de bloqueos. Los cierres alcanzaron otro pico a principios de enero, cuando menos del 31 por ciento de las escuelas estaban ofreciendo clases presenciales. Desde entonces, la reapertura se reanudó nuevamente a un ritmo de alrededor del 2 por ciento cada semana.
Los datos no muestran una indicación clara de que las políticas de Biden hayan acelerado la reapertura.
El 12 de febrero, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) publicaron pautas de reapertura de escuelas que dividían los distritos en zonas azul, amarilla, naranja y roja, según los datos locales sobre la propagación del virus del PCCh (Partido Comunista Chino).
Según las directrices, en las zonas naranja y roja sólo debería haberse permitido la enseñanza presencial parcial. Pero cuando Burbio analizó los datos, prácticamente todos los niños estadounidenses vivían en zonas naranjas y rojas. Parece que la reapertura de las escuelas sigue adelante a pesar de las directrices.
El 19 de marzo, el CDC les permitió a las escuelas reducir el “distanciamiento social” entre los estudiantes y el personal, de seis pies a tres pies. Algunos distritos compartieron las pautas para reiniciar las clases presenciales, según Burbio. Pero los datos de reapertura no muestran una aceleración de la tendencia en la reapertura.
Funcionarios de las escuelas públicas han sido presionados por los padres y por algunos políticos para que reabran, particularmente después de que las autoridades de salud dijeron que es poco probable que los niños propaguen el virus.
La instrucción virtual que las escuelas implementaron resultó ser significativamente menos efectiva que la educación presencial.
Muchos padres han luchado por hacer frente a la responsabilidad adicional de brindar educación a sus hijos. Los dólares de los impuestos, que se suponía que debían pagar por ese servicio, a menudo les permitían acceder a lecciones virtuales que poco hacían para asegurar que los niños le prestaran atención.
Si bien algunos padres respondieron organizando “escuelas compartidas” para que los niños recibieran clases presenciales con un tutor contratado, en algunos estados, donde se impusieron los cierres más draconianos, este tipo de clases estuvieron prohibidas.
Los expertos se preocupan por el impacto a largo plazo en el rendimiento académico, los riesgos para la salud mental e incluso el daño psicológico a largo plazo para los niños que experimentan bloqueos prolongados. Mientras tanto, las llamadas a las líneas telefónicas de emergencia, relacionadas con los niños y la violencia doméstica, aumentaron más del 50 por ciento durante los meses de encierro, y las denuncias de depredadores que atraen a los menores por Internet casi se duplicaron el año pasado.
Siga a Petr en Twitter: @petrsvab
Únase a nuestro canal de Telegram para recibir las últimas noticias al instante haciendo click aquí
Cómo puede usted ayudarnos a seguir informando
¿Por qué necesitamos su ayuda para financiar nuestra cobertura informativa en Estados Unidos y en todo el mundo? Porque somos una organización de noticias independiente, libre de la influencia de cualquier gobierno, corporación o partido político. Desde el día que empezamos, hemos enfrentado presiones para silenciarnos, sobre todo del Partido Comunista Chino. Pero no nos doblegaremos. Dependemos de su generosa contribución para seguir ejerciendo un periodismo tradicional. Juntos, podemos seguir difundiendo la verdad.