El presidente Joe Biden anunció el martes que puso a la vicepresidenta Kamala Harris al frente de los objetivos de la Casa Blanca para proteger el derecho al voto.
El voto es un «derecho sagrado que está siendo agredido con una intensidad increíble que yo nunca había visto», dijo el presidente en referencia a las iniciativas de los legisladores estatales republicanos en todo el país de reforzar la seguridad electoral. Biden emitió estas declaraciones durante una visita a Tulsa, Oklahoma, en el centenario de la masacre en la carrera de Tulsa.
«Le pido a la vicepresidenta Harris que ayude en estos objetivos, que los lidere entre sus muchas otras responsabilidades. Con su liderazgo y el apoyo de ustedes, vamos a vencer de nuevo (…) Esto va a costar mucho trabajo», dijo Biden.
El presidente describió los más de 380 proyectos de ley de reforma electoral en 48 estados como «un asalto sin precedentes a nuestra democracia».
Harris emitió una declaración el martes diciendo que «todos los estadounidenses tienen derecho a que se escuche su voz en las urnas y a ningún estadounidense se le debe impedir votar anticipadamente, votar por correo o realmente votar”.
«Nuestra administración no se quedará de brazos cruzados ante cualquier iniciativa que impida a los estadounidenses votar», dijo Harris, y añadió que trabajará con las organizaciones de defensa del derecho al voto, las organizaciones comunitarias, el sector privado y con los legisladores para reforzar el derecho al voto.
Tanto Florida como Georgia aprobaron proyectos de ley que añaden medidas para proteger la integridad de las urnas de votos y añadir seguridad a los otros métodos de votación. Estas leyes enfrentan una fuerte oposición por parte de los demócratas.
El lunes, en Texas, los demócratas de la Cámara de Representantes abandonaron el recinto para impedir que se apruebe un proyecto de ley de reforma electoral que otorga más poder a los observadores electorales, dándoles más acceso al interior de las áreas de votación, al tiempo que establece nuevas sanciones contra los funcionarios electorales que restringen sus movimientos, entre otras medidas.
Los críticos de ese proyecto de ley, incluidos los demócratas y los grupos progresistas, argumentan que estos objetivos harían más difícil la votación de las minorías lo que equivale a una «supresión de votantes». El presidente del Partido Demócrata de Texas, Gilberto Hinojosa, coincidió con las afirmaciones de los demócratas de otros estados al decir que el proyecto de ley es un intento de «silenciar a los votantes en Texas, especialmente a los votantes de color».
Pero los republicanos, entre ellos el representante estatal texano Jeff Leach, dicen que su propuesta es una «legislación de integridad electoral sólida [y] sensata que asegura y protege el pleno acceso a las urnas al tiempo que disuade y toma medidas contra la actividad ilegal que socava nuestras elecciones».
Los demócratas dicen que las leyes que regulan el voto por correo son una maniobra de los republicanos en respuesta a la pérdida de la elección del expresidente Donald Trump, mientras que los republicanos sostienen que el voto por correo crea condiciones propicias para las actividades fraudulentas y requiere una mayor supervisión para garantizar la integridad de las elecciones.
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