El gobierno de Joe Biden dijo el jueves que pidió al Congreso 37,000 millones de dólares de financiación para hacer frente al aumento de la delincuencia y que además solicitó la prohibición de las «armas de asalto» y los «cargadores de alta capacidad».
«Necesitamos financiar a la policía que camina por el barrio, que conoce el vecindario, que rinde cuentas a aquellos a los que ha jurado servir y que construye la confianza y la seguridad de la comunidad», dijo la Casa Blanca en una declaración que llega dos años después de que los principales demócratas adoptaran la polarizante retórica de «desfinanciar a la policía» tras los disturbios nacionales de Black Lives Matter.
Estados Unidos necesita «invertir en servicios de tratamiento de salud mental y de uso de sustancias, en personal de respuesta a las crisis y en trabajadores sociales para reducir la carga de los agentes de policía y prevenir los delitos violentos», al tiempo que se amplían las intervenciones comunitarias, dice la declaración.
En cuanto a las armas de fuego, la administración pidió «prohibir las armas de asalto y los cargadores de alta capacidad», sin definirlas claramente en la declaración de la Casa Blanca. Según los grupos a favor del uso de armas, los términos «arma de asalto» y «cargador de alta capacidad» son vagos y no tienen una definición específica por lo que preferirían que en su lugar se usen términos como «rifle deportivo moderno».
Biden tenía planeado hablar sobre la propuesta durante un evento en Wilkes-Barre, Pensilvania, dijeron este jueves los funcionarios de la Casa Blanca a los periodistas, sin embargo, la secretaria de prensa, Karine Jean-Pierre, anunció a través de una declaración que Biden dio positivo en la prueba de COVID-19 y que se aislará mientras sigue trabajando desde su casa.
De acuerdo a la Casa Blanca, la propuesta de financiación se utilizaría en la contratación y formación de 100,000 agentes para una «vigilancia comunitaria responsable», la resolución de homicidios y la creación de grupos de trabajo comunitarios. Los fondos también se utilizarían para combatir delitos no relacionados con las armas de fuego, como el tráfico de drogas.
Crimen
La tasa de homicidios en Estados Unidos aumentó casi un 30 por ciento en 2020, a pesar de los cierres de COVID-19 y las órdenes de permanencia en el hogar que emitieron numerosos municipios, indicó el FBI dijo en septiembre de 2021. Algunos grupos encargados de la seguridad señalaron que el aumento de los delitos violentos está relacionado con la ola de sentimiento contra la policía que se impulsó ese año en gran parte durante las protestas y disturbios de Black Lives Matter.
Un proyecto de ley de los demócratas de la Cámara de Representantes prohibiría al menos 40 rifles específicos del estilo del AR-15, incluyendo el Bushmaster ACR, el Bushmaster Carbon 15, la serie Bushmaster MOE, el Bushmaster XM15, los rifles Chiappa Firearms MFour, los rifles Colt Match Target, los rifles CORE Rifle Systems CORE15, los rifles Daniel Defense M4A1, los rifles Devil Dog Arms 15 Series, y otros.
Aunque Biden y los principales demócratas pidieron una nueva «prohibición de las armas de asalto», similar a la que duró de 1994 a 2004, una agencia federal reveló ese año que la prohibición no tuvo ningún impacto en la reducción de la violencia en Estados Unidos.
«Nosotros no podemos atribuir claramente a la prohibición nada del reciente descenso de la violencia con armas de fuego en el país, y de hecho, no se ha producido una reducción perceptible de la letalidad y la lesividad de la violencia con armas de fuego», dice un informe del Instituto Nacional de Justicia de 2004. «Por lo tanto, es prematuro hacer evaluaciones definitivas del impacto de la prohibición sobre la violencia con armas de fuego. En caso de que se renueve, es probable que los efectos de la prohibición sobre la violencia con armas de fuego sean pequeños, en el mejor de los casos y quizás demasiado pequeños para una medición fiable», añade el estudio.
El miércoles, el Comité Judicial de la Cámara de Representantes aprobó dar curso al proyecto de ley de prohibición de armas. Por su parte varios legisladores demócratas han manifestado que no apoyarán la medida y que es poco probable que el proyecto alcance los 60 votos en el Senado.
«Como hemos aprendido demasiado bien en los últimos años, las armas de asalto —especialmente cuando se combinan con cargadores de alta capacidad— son el arma elegida para los tiroteos masivos», declaró esta semana el presidente del comité, Jerry Nadler (D-N.Y.). «Estas armas de tipo militar están diseñadas para matar al mayor número de personas en el menor tiempo posible. Sencillamente, no hay lugar para ellas en nuestras calles».
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