El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, promulgó una ley que proporciona fondos para el tratamiento de los funcionarios estadounidenses que han sufrido lesiones cerebrales y otros síntomas consistentes con lo que se conoce como «síndrome de La Habana», cuyo origen sigue siendo un misterio.
Biden promulgó el 8 de octubre la Ley de Ayuda a las Víctimas Estadounidenses Afectadas por Ataques Neurológicos (HAVANA), que el Congreso aprobó por unanimidad el mes pasado, y que proporciona fondos para el tratamiento de más de 200 empleados del gobierno que dicen haber sido afectados por el síndrome.
«Funcionarios públicos, oficiales de inteligencia, diplomáticos y personal militar de todo el mundo se han visto afectados por incidentes de salud anómalos», dijo Biden en una declaración, prometiendo llegar al fondo de lo que está causando los síntomas y quién está detrás del extraño fenómeno que los legisladores de ambos partidos han descrito especulativamente como «ataques de energía dirigida”.
«Algunos están luchando con lesiones cerebrales debilitantes que han restringido sus carreras de servicio a nuestra nación. Abordar estos incidentes ha sido una de las principales prioridades de mi administración», añadió Biden.
La nueva ley autoriza al director de la CIA, al secretario de Estado y a los responsables de otras agencias a proporcionar ayuda médica y financiera a las víctimas que hayan sufrido lesiones cerebrales como consecuencia de lo que podrían ser ataques intencionados de potencias extranjeras hostiles.
Las autoridades estadounidenses se han esforzado por entender los misteriosos incidentes desde que se observaron por primera vez en 2016, cuando el personal diplomático y de inteligencia en Cuba comenzó a informar de síntomas inquietantes, como presión o vibración en la cabeza y mareos, a veces seguidos de problemas visuales y dificultades cognitivas.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo a los periodistas que el gobierno de Estados Unidos está «decidido a llegar al fondo lo más rápido posible sobre la atribución y la causa de estos incidentes», con la comunidad de inteligencia «liderando eso».
«Ellos lanzaron una investigación a gran escala sobre las posibles causas. Están examinando activamente una serie de hipótesis, pero no han tomado una determinación sobre la causa de estos incidentes o quién es el responsable», añadió Psaki.
Cuando se le preguntó sobre si los estadounidenses que viajan al extranjero corren peligro por lo que sea que esté detrás del fenómeno, Psaki dijo que eso no sería una evaluación precisa dado que aún no se ha confirmado una atribución.
Algunos informes indican que, a puerta cerrada, los legisladores estadounidenses están cada vez más seguros de que potencias extranjeras hostiles están detrás de los presuntos ataques.
Un estudio patrocinado por el Departamento de Estado sobre el fenómeno, realizado por la Academia Nacional de Ciencias, consideró que la exposición a sustancias químicas, las enfermedades infecciosas y los problemas psicológicos podían estar detrás de los síntomas, pero concluyó que la causa más probable era la energía de microondas dirigida.
«En general, la energía de RF (radiofrecuencia) dirigida, especialmente en los casos que presentan las primeras manifestaciones, parece ser el mecanismo más plausible para explicar estos casos entre los que el comité ha considerado», según el informe.
La energía de microondas no fue sugerida en el informe como parte de un plan deliberado dirigido contra el personal de Estados Unidos, pero indica que «la mera consideración de tal escenario suscita graves preocupaciones sobre un mundo con actores malvados desinhibidos y nuevas herramientas para causar daño a otros, como si el gobierno de Estados Unidos no tuviera ya las manos llenas con las amenazas de origen natural».
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