El presidente Joe Biden pidió al Congreso que respalde sus propuestas de introducir dos cambios significativos en la Corte Suprema y en la Constitución de Estados Unidos.
En un artículo de opinión publicado en la mañana del 29 de julio, el presidente esbozó su razonamiento para llevar a cabo cambios que han sido largamente reivindicados por los sectores progresistas de la política estadounidense.
«Esta nación se fundó sobre un principio simple pero profundo: nadie está por encima de la ley. Ni el presidente de Estados Unidos. Ni un juez de la Corte Suprema de Estados Unidos. Nadie», escribió el presidente en un artículo de opinión publicado en el Washington Post.
Según un funcionario de la Casa Blanca, el presidente Biden pedirá al Congreso que establezca límites a los periodos de los jueces de la Corte Suprema y un código ético que pueda hacer cumplir el poder legislativo.
También propondrá una enmienda para limitar el alcance de la inmunidad presidencial otorgada por la Constitución, proponiendo que no se conceda inmunidad a los expresidentes por delitos cometidos en el cargo.
Citando sus 36 años como senador estadounidense y expresidente y miembro de mayor rango del Comité Judicial, el presidente Biden dijo que, aunque siente «un gran respeto por nuestras instituciones y la separación de poderes», lo que está ocurriendo ahora en Estados Unidos «no es normal, y socava la confianza del público en las decisiones de la corte, incluidas las que afectan a las libertades personales».
«Ahora estamos en una brecha», escribió el presidente.
En los últimos años, la Corte Suprema ha emitido algunas decisiones que han desatado las críticas de demócratas y progresistas, como la anulación del caso Roe contra Wade y, más recientemente, su sentencia por 6-3 según la cual los presidentes y ex presidentes son, en principio, inmunes a ser procesados por actos oficiales.
Con el nombramiento del presidente Donald Trump en 2016 y sus posteriores designaciones judiciales de tendencia conservadora, la reconfigurada Corte Suprema dio a conocer algunas decisiones que desataron críticas de demócratas y progresistas, como su anulación del caso Roe vs Wade y, más recientemente, su fallo de 6-3 según el cual los presidentes y expresidentes son, en principio, inmunes a ser procesados por actos oficiales.
Hoy, el presidente ha dejado clara su determinación de dedicar tiempo de sus últimos cinco meses en el cargo a respaldar cambios que, según él, pueden restaurar la confianza y la responsabilidad tanto en la Corte Suprema como en la presidencia, según ha declarado un funcionario de la Casa Blanca a The Epoch Times.
El anuncio se produce una semana después de que el presidente Biden dijera que se retiraría de la contienda presidencial de 2024 en favor de una candidatura de la vicepresidenta Kamala Harris.
En 2020, el entonces candidato Biden prometió crear una comisión para estudiar posibles cambios en la Corte Suprema, en medio de voces progresistas que pedían ampliar la corte. La comisión publicó un informe de 294 páginas dirigido al presidente en diciembre de 2021. El presidente Biden no ha actuado sobre ese informe hasta ahora.
Está previsto que el presidente hable el lunes sobre su plan, desde la Biblioteca Presidencial LBJ, mientras se conmemora el 60 aniversario de la Ley de Derechos Civiles.
Se trata del primer esfuerzo significativo de un presidente desde el plan progresista de Franklin D. Roosevelt para modificar el funcionamiento de la Corte Suprema. El impulso del presidente Roosevelt para conseguir un tribunal más favorable fracasó finalmente ante una oposición significativa.
La propuesta del presidente Biden sigue a años de defensa progresista para impulsar sus reformas preferidas en el poder judicial, que se ha encontrado con la resistencia de los que sostienen puntos de vista originalistas ampliamente preferidos dentro del Partido Republicano.
La Casa Blanca afirma que la limitación de periodos de los jueces de la Corte Suprema ayudaría a garantizar que el calendario de nombramientos sea más predecible y menos arbitrario, reduciendo la posibilidad de que una sola presidencia se vea favorecida por los periodos de jubilación de los jueces.
Además, un código de conducta vinculante para los jueces, que incluya la revelación de regalos, la abstención de actividades políticas públicas y la recusación en casos con conflictos de intereses, mejoraría la confianza pública en la institución, según la Casa Blanca.
Los críticos del código de conducta han expresado su preocupación por que la supervisión de los jueces por parte del Congreso politice el tribunal.
Para que el presidente Biden tenga éxito, sus propuestas requerirían 60 votos a favor en el Senado. Su propuesta de enmienda constitucional se enfrenta a obstáculos adicionales, incluido el apoyo de dos tercios en ambas cámaras del Congreso, o por una convención de dos tercios de los estados, y luego la aprobación por tres cuartas partes de las legislaturas estatales.
El expresidente Donald Trump habló anteriormente sobre tales esfuerzos en la rama legislativa: «Los demócratas están intentando interferir en la Elección Presidencial, y destruir nuestro Sistema de Justicia, atacando a su Oponente Político, YO, y a nuestra Honorable Corte Suprema», escribió en Truth Social. «Tenemos que luchar por nuestros Tribunales Justos e Independientes, y proteger a nuestro País».
El expresidente también advirtió que cualquier supresión de la inmunidad presidencial para los actos oficiales de los expresidentes correría el riesgo de politizar los enjuiciamientos y socavar la oficina del presidente.
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