La Administración Biden va a aumentar las restricciones para los viajeros hacia y dentro de los Estados Unidos, exigiendo protocolos de pruebas más estrictos y ampliando la orden de uso de mascarilla existente en los vuelos nacionales y en el transporte público para combatir las variantes de COVID-19 durante los fríos meses de invierno.
La Casa Blanca dijo el 2 de diciembre que el presidente Joe Biden anunciaría los cambios más adelante, y que las acciones se producen en respuesta a la amenaza de las variantes delta y ómicron del virus SARS-CoV-2.
Los viajeros internacionales que lleguen a Estados Unidos tendrán que someterse a una prueba de COVID-19, la enfermedad causada por el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), durante las 24 horas previas a su salida, independientemente de su nacionalidad o de su estado de vacunación. Esto supone un cambio respecto a las 72 horas actuales.
«Este plazo más estricto para las pruebas proporciona un grado adicional de protección de la salud pública mientras los científicos siguen evaluando la variante ómicron», dijo la Casa Blanca.
Los viajeros también tendrán que seguir usando mascarillas hasta el 18 de marzo en los aviones, trenes y otros medios de transporte público, así como en centros como las estaciones de autobuses interiores y los aeropuertos. Estos requisitos debían expirar el 18 de enero. Las personas que no cumplan con el requisito de la mascarilla se enfrentan a una multa mínima de 500 dólares y a una máxima de 3000 dólares en caso de reincidencia.
También se espera que Biden anime a más estadounidenses a vacunarse y que anuncie medidas destinadas a ampliar la aceptación de la vacuna, incluyendo una campaña de educación pública en la que participen socios federales del sector farmacéutico, la Asociación Americana de Jubilados (AARP) y el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS).
«Los socios de las farmacias están lanzando amplias campañas de divulgación para animar al público a ponerse las vacunas de refuerzo, y están enviando millones de mensajes de texto, llamadas y correos electrónicos a los clientes que reúnen los requisitos necesarios con información sobre cómo programar una cita o acudir sin cita previa para su vacuna de refuerzo», dijo la Casa Blanca, señalando también que los socios federales de las farmacias ampliarán el acceso a las vacunas de refuerzo, ofreciendo inyecciones por las tardes y los fines de semana.
Las campañas educativas de la AARP y el HHS se centrarán en animar a los mayores a ponerse la tercera vacuna.
Biden pedirá a los empleadores de todo el país que proporcionen tiempo libre remunerado para que el personal se ponga las vacunas y anunciará un nuevo plan para poner en marcha cientos de clínicas de vacunación familiar en todo el país para ampliar el acceso a las vacunas.
Otras medidas incluyen el aumento de la disponibilidad de los tests rápidos gratuitos de COVID-19.
«Tenemos las herramientas de salud pública que necesitamos para seguir luchando contra este virus sin cerrar nuestras escuelas y negocios», dijo la Casa Blanca, añadiendo que «las acciones de hoy garantizarán que estamos utilizando estas herramientas con la mayor eficacia posible para proteger al pueblo estadounidense contra esta variante y para seguir luchando contra la variante Delta durante los meses de invierno, cuando los virus tienden a prosperar».
Algunos expertos en salud pública han dicho que se necesita más tiempo para determinar si la nueva variante ómicron es más transmisible, mortal o resistente a las vacunas que otras cepas.
La Casa Blanca dijo que cree que las vacunas actualmente autorizadas proporcionan al menos cierta protección contra la nueva cepa y que las vacunas de refuerzo refuerzan dicha protección de forma significativa.
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