El gobierno de Joe Biden volvió a poner en marcha su programa gratuito de pruebas de COVID-19, que permite a los hogares de Estados Unidos solicitar pruebas rápidas de antígenos a domicilio sin costo alguno.
El programa financiado por los contribuyentes, que se interrumpió en marzo, se reanudó el 26 de septiembre, según Dawn O’Connell, subsecretaria de Preparación y Respuesta del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS).
«Me complace anunciar que hoy hemos reabierto el programa gratuito de pruebas sobre COVID-19», dijo la Sra. O’Connell en un mensaje en X. Ella añadió que se distribuyeron más de 900 millones de pruebas a lo largo de la vida del programa, que se lanzó por primera vez a principios de 2022.
Una nota en un sitio web gestionado por el HHS indica que todos los hogares de Estados Unidos pueden solicitar cuatro pruebas gratuitas a domicilio, las que pueden detectar las variantes de COVID-19 que circulan actualmente. El sitio web dirige a los interesados a un formulario de pedido del Servicio Postal de EE. UU. (USPS) que ya pueden rellenar. La agencia postal a su vez promete empezar a enviar las pruebas la semana del 30 de septiembre.
Los funcionarios del HHS anunciaron por primera vez en agosto sus planes de reabrir el servicio de pruebas por correo, aunque en aquel momento no estaba claro cuándo se reactivaría el sitio web, llamado COVIDtests.gov.
Una nota en la página de USPS que contiene el formulario de pedido indica que algunas de las pruebas que se enviarán pueden mostrar fechas de «caducidad» en la caja, explicando que la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. (FDA) amplió esas fechas.
«Una fecha de caducidad ampliada significa que el fabricante ha proporcionado datos que demuestran que la vida útil es más larga de lo que se sabía cuando la prueba se autorizó por primera vez», dijo la FDA en una nota en un sitio web al referirse a la ampliación de la fecha de caducidad de la prueba COVID-19. El sitio web ofrece una forma de comprobar si se ha ampliado la fecha de caducidad de una determinada prueba COVID-19 realizada en casa.
Esta es la séptima vez que el gobierno federal relanza el programa. El año pasado, la reactivación del servicio se anunció en un comunicado de prensa en el que también se indicaba que la administración Biden destinó 600 millones de dólares a la fabricación de la prueba COVID-19, con el objetivo de almacenar alrededor de 200 millones de pruebas de venta libre para su uso futuro.
El relanzamiento del programa de pruebas se produce en un momento en que las autoridades sanitarias se preparan para un posible repunte de los casos de COVID-19 durante los meses de otoño e invierno, cuando los virus respiratorios tienden a propagarse con mayor facilidad al reunirse la gente en espacios cerrados.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) instaron a los estadounidenses a permanecer vigilantes ante la continua circulación de nuevas variantes del virus, pese a que los recientes repuntes de COVID-19 no han provocado los mismos niveles de hospitalizaciones y muertes registrados en oleadas anteriores.
Los datos de los CDC sugieren que COVID-19 se ha convertido en un virus endémico, que ahora se comporta con un patrón estacional más predecible. Esto significa que puede tener un impacto significativamente reducido en la mortalidad, potencialmente comparable al de la gripe estacional.
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