BROWNSVILLE, Texas —El presidente Joe Biden visitará la frontera entre Estados Unidos y México el jueves, donde se espera que destaque la urgencia de aprobar el acuerdo fronterizo acordado en el Senado. Es posible que el presidente Biden critique a su principal oponente, el presidente republicano Donald Trump, y a los republicanos de la Cámara de Representantes por obstruir el acuerdo.
La rara visita del presidente a la frontera sur coincide con la visita a Texas del expresidente Trump. El presidente Biden viajará a Brownsville, situada en la costa occidental del Golfo, mientras que el expresidente Trump tiene previsto estar a unas 300 millas en Eagle Pass, el epicentro de la actual crisis fronteriza.
Los cruces ilegales en el Valle del Río Grande, incluida Brownsville, han disminuido notablemente en el último año, gracias en parte a las iniciativas de Texas para impedir la inmigración ilegal, incluidos los miembros de la Guardia Nacional que devuelven a los migrantes a México. Antes de eso, había sido la ruta más transitada para los cruces ilegales en la frontera entre Estados Unidos y México durante aproximadamente una década.
A medida que se acercan las elecciones de 2024, la frontera se ha convertido en un tema importante para muchos votantes que quieren que se solucione el problema.
«Esto no se trata de política», dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, a los periodistas el 28 de febrero en respuesta a preguntas sobre la visita del presidente a la frontera.
«Se trata de cómo vamos a arreglar un asunto que preocupa a la mayoría de los estadounidenses: un sistema de inmigración roto, los desafíos en la frontera. Por eso el presidente pensó que era importante ir en este momento».
Durante su visita, se espera que el presidente se reúna con agentes de la Patrulla Fronteriza de EE. UU., fuerzas policiales y líderes locales, según la Casa Blanca.
Este sería el segundo viaje del presidente a la frontera; la última vez que la visitó fue en enero de 2023, cuando fue a El Paso, Texas.
Cuando se le preguntó sobre la coincidencia con el viaje de Trump, el presidente Biden dijo que desconocía que su predecesor también viajaba a la frontera.
«He estado planeando ir el jueves. Lo que no sabía es que mi buen amigo aparentemente va a ir», dijo el presidente Biden a los reporteros el 26 de febrero mientras comía helado.
Brandon Judd, jefe del sindicato de la Patrulla Fronteriza, criticó al presidente Biden en un reciente artículo de opinión por organizar un viaje a Texas justo después de los planes del expresidente Trump y elegir lo que denominó un lugar «seguro».
«Trump estará en Shelby Park, un lugar que el gobernador de Texas, Greg Abbott, se vio obligado a tomar debido a la anarquía desenfrenada alimentada por las políticas de la Administración Biden», escribió el Sr. Judd el 28 de febrero en un artículo de opinión para Fox News. «Biden visitará un lugar extremadamente lento en un distrito del Congreso muy amigable que históricamente no ha visto mucho tráfico ilegal, en gran parte debido a la infraestructura que Trump proporcionó mientras estaba en el cargo, y más recientemente debido a las acciones inmediatas de Abbott después de que Biden asumiera el cargo».
Diversas reacciones a la visita de Biden
Donald Trump se aseguró una victoria de 5.6 puntos porcentuales en Texas en 2020. Los demócratas, sin embargo, ganaron un número significativo de condados a lo largo o cerca de la frontera entre Texas y México en 2020. Por ejemplo, en el condado de Cameron, donde se encuentra Brownsville, Joe Biden ganó por 13 puntos porcentuales.
Los residentes de Brownsville tuvieron reacciones encontradas respecto a la visita del presidente Biden.
Lourdes Bolado, de 40 años, propietaria de una cafetería en el centro de Brownsville, está encantada de saber que un presidente de EE. UU. viene a su ciudad natal.
«Es un honor. Es emocionante. Y espero que pueda resolver algunos de los problemas urgentes que tenemos aquí», dijo a The Epoch Times.
La Sra. Bolado cita los cruces ilegales de personas procedentes de México como la preocupación más urgente para su comunidad.
«Creemos que se está descontrolando», afirma.
Sin embargo, este problema no ha influido en su decisión para 2024. La Sra. Bolado, que apoyó a Biden en 2020, está decidida a votar por él en las próximas elecciones.
Martin Aguilera, un restaurantero de 50 años que reside en Brownsville, se identifica como demócrata. Sin embargo, no está contento con las políticas fronterizas del presidente Biden.
«No está haciendo un buen trabajo en materia de inmigración», declaró Aguilera a The Epoch Times.
Expresó su indignación por el reciente incidente en Nueva York, donde varios inmigrantes ilegales agredieron a agentes de policía.
Cree que el presidente Biden es plenamente responsable de la crisis fronteriza y confía en que el expresidente pueda abordarla.
«Soy demócrata, pero voy a votar por Trump», dijo, señalando que las elecciones de 2024 serían la primera vez que votaría por un presidente republicano.
Como muchas otras ciudades fronterizas, Brownsville tiene una población predominantemente hispana.
Según Ernesto Castaneda, profesor de sociología y director del Centro de Estudios Latinoamericanos y Latinos de la American University, los hispanos que llevan generaciones en Estados Unidos ven el problema de la inmigración como muchos otros estadounidenses.
Señaló que los recién llegados tienden a verlo de manera diferente.
«Las personas que llegaron en las últimas décadas pueden ver esto como algo personal, ya que pueden tener familiares entre los que llegaron recientemente para unirse a ellos o ver a otros que vienen por razones similares a las suyas», dijo a The Epoch Times. «Hablar mal de los inmigrantes, solicitantes de asilo y refugiados es como hablar irrespetuosamente de ellos o de sus familiares. También se trata de la reunificación familiar y de ayudar a las personas que huyen de zonas afectadas por conflictos».
Desde el 1 de octubre de 2023, que es el inicio del año fiscal, ha habido 961,537 encuentros en la frontera sur, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés). Y durante la presidencia de Biden se han producido más de 7.25 millones de encuentros fronterizos.
Según una encuesta de la Universidad de Monmouth, el 76% de los estadounidenses desaprueba la gestión de la frontera por parte del presidente Biden. Una encuesta de CBS News del mes pasado mostró que el 68 por ciento de los estadounidenses desaprueba su respuesta a este tema.
Acuerdo fronterizo fallido
La visita del presidente Biden a la frontera se produce cuando el Congreso no ha logrado aprobar una medida de seguridad fronteriza, y la mayoría de los republicanos dicen que las disposiciones fronterizas de la propuesta son inadecuadas.
Las disposiciones fronterizas —que formaban parte de un paquete de 118,000 millones de dólares que también incluía ayuda exterior a Israel y Ucrania— consistían en una autoridad de emergencia para que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) cerrara la frontera si se alcanzaba un promedio de 4000 encuentros diarios durante una semana. Si se alcanzaba un promedio de 5000 encuentros diarios durante el mismo periodo, el secretario del DHS habría tenido que cerrar la frontera.
La legislación también habría limitado la autoridad de libertad condicional del presidente, un poder que le da la capacidad de permitir la entrada de más inmigrantes ilegales en el país y eleva el límite legal para el examen inicial de las solicitudes de asilo.
También habría acelerado el tiempo de tramitación del asilo, de muchos años a seis meses.
El paquete no incluyó una restauración de la política de Permanecer en México del expresidente Trump, que muchos republicanos han dicho a The Epoch Times que es imprescindible.
El presidente ha culpado a la oposición de los republicanos de la Cámara al acuerdo del Senado, que le daría más autoridad de emergencia. Dijo que había agotado todas las opciones disponibles.
«He hecho todo lo que podía hacer», dijo el presidente Biden a los periodistas el 30 de enero cuando se le preguntó si había utilizado plenamente su autoridad ejecutiva para hacer frente a la afluencia al país. «Sólo denme el poder. Lo he pedido desde el mismo día en que asumí el cargo. Denme la Patrulla de Fronteras. Denme la gente, los jueces. Denme a la gente que pueda detener esto y hacer que funcione bien».
El jefe de la Patrulla Fronteriza de EE. UU., Jason Owens, expresó la necesidad de recursos adicionales para su agencia.
«En lo que va de año fiscal 24, la USBP ha realizado más de 890,000 detenciones, con más de 120,000 fugitivos conocidos», escribió Owens en X el 28 de febrero.
«Lo desconocido es lo más preocupante. ¿Qué? ¿Quién? ¿Por qué? Por eso necesitamos agentes de la USBP sobre el terreno con más recursos», escribió.
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