El presidente Joe Biden se reunió el viernes con el canciller alemán Olaf Scholz en la Casa Blanca, y ambos líderes insistieron en la necesidad de aumentar la ayuda estadounidense a Ucrania, que sigue en el limbo en medio de un punto muerto en el Capitolio sobre un acuerdo fronterizo que incluye ayuda exterior.
El 7 de febrero, el Senado bloqueó el acuerdo fronterizo respaldado por Biden —que incluye 60,000 millones de dólares en ayuda a Ucrania en medio de su guerra con Rusia— ya que no se logró conseguir los 60 votos necesarios para iniciar el debate.
Muchos republicanos se han opuesto al acuerdo porque consideran que no hace lo suficiente para asegurar la frontera entre Estados Unidos y México en medio de una afluencia récord de inmigrantes ilegales. También se oponen a entregar 60,000 millones de dólares en ayuda a Ucrania mientras el problema de la frontera sur sigue sin resolverse. El proyecto de ley incluye 20,000 millones de dólares para seguridad fronteriza.
En una conferencia de prensa conjunta antes de su reunión con Scholz, el presidente Biden criticó a los legisladores del Capitolio por no hacer avanzar el acuerdo de ayuda exterior y seguridad fronteriza.
«El hecho de que el Congreso de Estados Unidos, si esto ocurre, no apoye a Ucrania roza la negligencia criminal», dijo el presidente. «Es indignante».
Sus comentarios se produjeron cuando Scholz amplificó la creciente preocupación en Europa de que el dinero para ayudar a Ucrania a repeler la invasión rusa se viera amenazado por el estancamiento político en Washington.
«Sin el apoyo de Estados Unidos, y sin el apoyo de los Estados europeos, Ucrania no tendrá ninguna posibilidad de defender su propio país», declaró Scholz.
El líder alemán añadió que está «contento» de que se hayan tomado decisiones en los países europeos para aumentar su apoyo financiero a Ucrania, con Alemania dispuesta a aumentar su apoyo en forma de entrega de armas.
Los republicanos han pedido a Europa que haga más por Kiev, argumentando que Estados Unidos no puede permitirse seguir vertiendo dinero en el conflicto, dada la abultada deuda pública estadounidense, que recientemente superó la barrera de los 34 billones de dólares.
Estados Unidos ha sido uno de los principales proveedores de ayuda a Ucrania, proporcionando más de 47,000 millones de dólares en asistencia de seguridad desde 2014, cuando Rusia se apoderó de Crimea, hasta el 27 de diciembre de 2023, según el Servicio de Investigación del Congreso.
Esa cifra se eleva a unos 75,000 millones de dólares si se incluyen otros tipos de ayuda, como la humanitaria y la financiera, según un rastreador de ayuda a Ucrania del Instituto Kiel para la Economía Mundial.
Antes de su visita a Washington, Scholz escribió un artículo de opinión en el Wall Street Journal, en el que afirmaba que una victoria rusa en Ucrania convertiría al mundo en un «lugar mucho más peligroso» y supondría una carga para los presupuestos de los países europeos, que se verían obligados a aumentar el gasto en seguridad.
Los países europeos han proporcionado un total de aproximadamente 77,000 millones de dólares en ayuda a Ucrania.
«Muerto a su llegada»
Se esperaba ampliamente que la medida de ayuda exterior y seguridad fronteriza fracasara en medio de la creciente oposición de los republicanos, incluido el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson (R-La.), que tachó el proyecto de acuerdo de «muerto a su llegada» a la Cámara debido en parte a las disposiciones que toleran cierto nivel de inmigración ilegal sin exigir el cierre de la frontera.
El expresidente Donald Trump también se ha opuesto al acuerdo fronterizo en su forma actual, calificándolo de «horrible» y una «sofisticada trampa» tendida por los demócratas para que los republicanos carguen con la culpa de los cruces ilegales de la frontera.
«Este proyecto de ley es un gran regalo para los demócratas, y un deseo de muerte para el Partido Republicano», dijo el presidente Trump en un posteo en Truth Social el 5 de febrero. En un posteo de seguimiento, añadió que la medida no es «más que una trampa muy sofisticada para que los republicanos asuman la culpa de lo que los demócratas de izquierda radical han hecho a nuestra Frontera, justo a tiempo para nuestra elección más importante».
El presidente Trump también se opuso a una disposición en el acuerdo que da autoridad de cierre de fronteras sólo después de un promedio de 4000 a 5000 encuentros con inmigrantes ilegales por día.
El borrador del acuerdo, de 370 páginas, incluye 20,000 millones de dólares para la seguridad fronteriza, al tiempo que otorga a los funcionarios federales la autoridad para expulsar a los inmigrantes ilegales cuando se alcancen ciertos umbrales.
Contenido del acuerdo fronterizo
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) tendría potestad para cerrar la frontera a cualquier persona sin cita previa para solicitar asilo si el promedio diario de cruces alcanza los 4000 en un periodo de siete días.
El DHS estaría obligado a cerrar la frontera si la media diaria de cruces alcanza los 5000 o si los cruces superan los 8500 en un solo día.
Una cosa que muchos republicanos han insistido en incluir en el acuerdo que no está allí ahora es una restauración de la política de Permanecer en México del presidente Trump. Bajo esta política, los solicitantes de asilo debían esperar en México sus audiencias en los tribunales estadounidenses.
Los republicanos han atribuido ampliamente a la política de Permanecer en México el haber ayudado a frenar el flujo de inmigración ilegal.
Otras disposiciones fronterizas del proyecto de ley incluyen la reforma de la libertad condicional, como el cierre de las lagunas en el programa de libertad condicional humanitaria para inmigrantes ilegales, apodado «captura y liberación», exigiendo la detención o supervisión de todas las personas procesadas en la frontera.
El proyecto de ley también elevaría el nivel de exigencia para solicitar asilo y agilizaría el proceso de selección en un intento de garantizar que sólo los solicitantes de asilo legítimos sean admitidos en Estados Unidos.
De aprobarse, sería la mayor ley sobre fronteras en décadas.
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