El candidato presidencial demócrata Joe Biden y su compañera de fórmula, la senadora Kamala Harris (D-Calif.), condenaron la violencia y los disturbios que estallaron en las calles de Filadelfia tras el tiroteo fatal de la policía contra un hombre afroamericano armado.
La ciudad experimentó una segunda noche de disturbios después del mortal tiroteo del lunes contra Walter Wallace Jr., que estaba armado con un cuchillo y que sus familiares describieron como un enfermo mental, durante un enfrentamiento con los agentes de policía.
Las protestas estallaron horas después de que un transeúnte posteara un vídeo del tiroteo en las redes sociales. El vídeo mostraba a Wallace «avanzando hacia» dos policías que tenían sus armas de fuego desenfundadas y le advirtieron que bajara el cuchillo. Los policías estaban retrocediendo antes de que el video se cortara brevemente cuando los disparos estallaron y Wallace se desplomó.
Biden y Harris emitieron un comunicado conjunto el martes reaccionando al incidente.
«Nuestros corazones están rotos por la familia de Walter Wallace Jr., y por todos aquellos que sufren el peso emocional de saber que se ha perdido otra vida negra en Estados Unidos», dice el comunicado. «No podemos aceptar que en este país una crisis de salud mental termine en muerte. Hace que la conmoción, el dolor y la violencia del tiroteo de ayer sea mucho más dolorosa, especialmente para una comunidad que ya ha soportado tantos traumas. La vida de Walter Wallace, como la de muchos otros, era una vida negra que importaba a su madre, a su familia, a su comunidad, a todos nosotros».
El exvicepresidente y la senadora californiana también condenaron la violencia, que el lunes por la noche dejó heridos a unos 30 policías.
«Al mismo tiempo, ninguna cantidad de ira por las injusticias muy reales de nuestra sociedad excusa la violencia. Atacar a los agentes de policía y cometer actos de vandalismo contra las pequeñas empresas, que ya están luchando durante una pandemia, no dobla el arco moral del universo para acercarse a la justicia. Duele a nuestros conciudadanos», dice el comunicado.
«El saqueo no es una protesta, es un crimen. Aleja la atención de la verdadera tragedia de una vida truncada. Como país, somos lo suficientemente fuertes para enfrentar los desafíos de una verdadera reforma policial, incluyendo la implementación de una norma nacional de uso de la fuerza y mantener la paz y la seguridad en nuestras comunidades. Esa debe ser nuestra misión estadounidense. Así es como impartiremos una verdadera justicia».
La policía de Filadelfia dijo que hasta 1000 personas estaban involucradas en el saqueo en el área de Castor y Aramingo e instó a los residentes a evitar el área luego que las amplias manifestaciones se volvieran violentas al caer la noche. La policía aún no ha detallado los arrestos y lesiones de la noche. Los disturbios de la noche anterior condujeron a 90 arrestos, dijeron.
En un intento de sofocar los disturbios, el gobernador Tom Wolf, demócrata, movilizó a la Guardia Nacional a Filadelfia, dijeron los funcionarios al Philadelphia Inquirer.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, reaccionó a los disturbios del martes en un comunicado: «Los disturbios en Filadelfia son la más reciente consecuencia de la guerra de los demócratas liberales contra la policía. La aplicación de la ley es una ocupación increíblemente peligrosa y miles de policías han dado sus vidas en el cumplimiento del deber».
«Todos los incidentes con fuerza letal deben ser investigados a fondo. Los hechos deben ser seguidos dondequiera que conduzcan para asegurar resultados justos y equitativos», continuó el comunicado. «En Estados Unidos, resolvemos los conflictos a través de las cortes y el sistema de justicia. Nunca podemos permitir que la multitud gobierne. La administración Trump está orgullosa de la aplicación de la ley y está dispuesta, previa solicitud, a desplegar todos los recursos federales para poner fin a estos disturbios», añadió.
Con información de Tom Ozimek y Jack Phillips.
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