El presidente Joe Biden se enfrentará al expresidente Donald Trump en el debate presidencial más temprano de la historia durante un año electoral, ya que el plazo para optar a él se cerró el 20 de junio.
El evento organizado por la CNN, que se celebrará en Atlanta el 27 de junio, es la primera vez que un presidente en ejercicio debate con un expresidente. Dana Bash y Jake Tapper moderarán mientras los dos candidatos se enfrentan en el escenario del debate por primera vez desde 2020. Ningún otro candidato cumplía los requisitos de calificación antes del 20 de junio, anunció la cadena.
Para asegurar un lugar en el debate de CNN, los candidatos tenían que obtener el 15% de apoyo en al menos cuatro encuestas nacionales y ganar viabilidad en suficientes votaciones estatales para alcanzar los 270 delegados necesarios para conseguir el colegio electoral. Robert F. Kennedy Jr., que se postuló como independiente, no pudo cumplir los requisitos.
Aunque se trata del preámbulo de una probable revancha entre el presidente Biden y el expresidente Trump, que son los presuntos nominados de sus respectivos partidos, hay varias diferencias con este debate presidencial temprano.
En primer lugar, el encuentro del 27 de junio no contará con público en el estudio, a diferencia de los anteriores debates organizados por universidades.
Los candidatos también aceptaron silenciar los micrófonos durante los 90 minutos que durará el debate. Cada vez que hable un candidato, el micrófono del otro permanecerá silenciado.
Según el reglamento, los moderadores también podrán «utilizar todas las herramientas a su disposición para imponer los tiempos y garantizar una discusión civilizada», ya que los anteriores debates entre los dos presidentes estuvieron plagados de insultos y frecuentes interrupciones.
No se permitirán objetos de apoyo ni notas escritas de antemano, pero los candidatos tendrán a su disposición un bloc de papel, un bolígrafo y una botella de agua.
Tanto el presidente Biden como el expresidente Trump aceptaron las reglas en mayo, y el segundo debate será organizado por ABC el 10 de septiembre.
Una encuesta de Quinnipiac publicada tras el anuncio de los debates reveló que el 72% de los estadounidenses dijo que probablemente vería la revancha entre los dos candidatos. Un 27%, sin embargo, dijo que probablemente no sintonizaría el primer debate.
La candidata presidencial del Partido Verde, Jill Stein, quien anteriormente se postuló para la presidencia en las elecciones de 2016, dijo que había presentado una queja ante la Comisión Federal de Elecciones, alegando que ha sido injustamente excluida del debate de CNN y sugirió que los votantes deberían escuchar a todos los candidatos.
«Creemos que el pueblo estadounidense está realmente hambriento de un debate real, no solo de los dos candidatos zombis que nos están haciendo tragar de nuevo», dijo Stein en una entrevista con Scripps News el 19 de junio.
«Sabemos que el pueblo estadounidense está realmente hambriento de debate y discusión reales, y creo que se lo debe, y necesitamos tenerlo».
En las encuestas nacionales de RealClearPolitics, Stein solo ha obtenido aproximadamente el 1% de los apoyos.
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