Bielorrusia, uno de los principales aliados de Rusia, está preparada para responder a las «provocaciones» de su vecina Ucrania, según ha declarado un alto funcionario bielorruso.
«Tenemos una respuesta para cada escenario», declaró el 1 de julio Dmitry Krutoy, uno de los principales asesores del presidente bielorruso, Alexander Lukashenko, a la agencia rusa de noticias TASS.
«Así que no queremos que Ucrania lleve a cabo ninguna provocación, que está poniendo a prueba nuestra paciencia».
La advertencia se hizo días después de que Bielorrusia reforzara sus defensas aéreas a lo largo de su frontera con Ucrania con el objetivo declarado de proteger las «instalaciones de infraestructuras críticas».
En un comunicado del 29 de junio, el Ministerio de Defensa bielorruso atribuyó la medida a lo que dijo era un aumento de la actividad de drones ucranianos a lo largo de la frontera de 674 millas.
«Estamos dispuestos a utilizar todos los medios disponibles para proteger nuestro territorio y a la población de Bielorrusia de posibles provocaciones en el espacio aéreo», declaró el Ministerio.
El Ministerio de Defensa ucraniano también ha informado que tiene información de que Kiev está enviando tropas y equipos a la región noroccidental ucraniana de Zhytomyr, fronteriza con territorio bielorruso.
El ministerio afirmó además que sus defensas aéreas habían derribado un dron cuadricóptero el 28 de junio, que, según dijo, había entrado ilegalmente en el espacio aéreo bielorruso desde Ucrania.
Según Minsk, el dron ucraniano derribado había intentado «recoger información sobre la infraestructura fronteriza bielorrusa».
Las autoridades ucranianas han rechazado las acusaciones.
«No es la primera vez que Bielorrusia ofrece información que presenta a Ucrania como una amenaza para fortalecerse», declaró Andriy Demchenko, portavoz de la Guardia de Fronteras de Ucrania, en declaraciones televisadas el 1 de julio.
Afirmó que las declaraciones de Minsk formaban parte de una «operación de información» llevada a cabo por Bielorrusia «con apoyo ruso».
El Sr. Demchenko dijo, sin embargo, que Kiev había enviado recientemente ingenieros a la frontera, donde sigue manteniendo niveles normales de tropas.
The Epoch Times no pudo verificar de forma independiente las afirmaciones de ninguna de las partes.
Moscú toma nota
Mientras que Kiev rechazó las afirmaciones sobre los movimientos de tropas ucranianas como desinformación, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que los informes eran un «motivo de preocupación tanto para Minsk como para Moscú».
En declaraciones a los periodistas el 1 de julio, el Sr. Peskov dijo que Rusia y Bielorrusia tienen «formatos especiales de diálogo entre todos los organismos pertinentes, incluidos los servicios especiales [de inteligencia]».
«Y nuestros ministerios de Defensa permanecen en contacto constante», dijo.
Desde 1999, las dos antiguas repúblicas soviéticas están vinculadas por un tratado de «Unión de Estados», cuyo objetivo es cimentar los lazos bilaterales en los ámbitos político, económico y de seguridad.
Los dos países comparten actualmente una estructura de seguridad que incluye una fuerza regional conjunta y un sistema de defensa aérea gestionado conjuntamente.
Bielorrusia también es miembro de dos bloques regionales dirigidos por Moscú: la Comunidad de Estados Independientes y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva. También está en vías de convertirse en miembro de pleno derecho de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), un bloque de Estados euroasiáticos fundado por Moscú y Beijing en 2001.
Los días 3 y 4 de julio, Kazajstán acogerá la cumbre anual de la OCS, a la que está previsto que asistan Lukashenko y el presidente ruso Vladimir Putin.
Cuando se le preguntó a Peksov si los dos líderes tenían previsto debatir en la cumbre las recientes tensiones fronterizas entre Bielorrusia y Ucrania, respondió: «Si lo consideran necesario».
El 2 de julio, Lukashenko declaró que él y su homólogo ruso tenían «mucho que discutir» en la cumbre.
¿Una nueva cortina de hierro?
Desde que Rusia lanzó su invasión del este de Ucrania en febrero de 2022, la cooperación militar entre Moscú y Minsk se ha intensificado exponencialmente.
A finales de 2022, Moscú envió a Bielorrusia miles de tropas y grandes cantidades de material militar.
Poco después, Minsk anunció que los sistemas de misiles Iskander y S-400 suministrados por Rusia estaban funcionando en territorio bielorruso.
A principios del año pasado, Bielorrusia saltó a los titulares internacionales después de que Moscú anunciara sus planes de emplazar armas nucleares en instalaciones militares bielorrusas. Lukashenko confirmó posteriormente que un número indeterminado de armas nucleares rusas ya habían sido trasladadas a territorio bielorruso.
A pesar de la alianza militar cada vez más estrecha, Bielorrusia aún no ha desempeñado un papel activo en el conflicto entre Rusia y Ucrania.
Lukashenko ha afirmado en repetidas ocasiones que no tiene intención de enviar fuerzas bielorrusas a Ucrania para luchar junto a las tropas rusas.
No obstante, la semana pasada, Polonia y los tres Estados bálticos (Lituania, Letonia y Estonia) instaron a la Unión Europea a erigir «infraestructuras de defensa» a lo largo de la frontera exterior del bloque de 27 miembros con Rusia y Bielorrusia.
«La construcción de un sistema de infraestructuras de defensa (…) responderá a la urgente necesidad de proteger a la UE de amenazas militares e híbridas», afirmaron los líderes de los cuatro Estados miembros de la UE en una declaración conjunta.
El término «guerra híbrida» se refiere a la combinación de guerra convencional, irregular y cibernética —tanto abierta como encubierta— para lograr objetivos militares o políticos.
Con información de Reuters.
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