La Justicia bielorrusa condenó este jueves a dos años de prisión a las periodistas Katerina Andréeva y Daria Chultsova, detenidas en noviembre pasado durante la cobertura de una manifestación antigubernamental para el canal opositor Belsat.
«Las periodistas Daria Chultsova y Katerina Andréeva han sido condenadas a dos años de prisión. Esta decisión fue tomada por la juez del tribunal de distrito Frunzenski de Minsk Natalia Buguk», dijo la Asociación de Periodistas de Bielorrusia (BAJ) en su cuenta de Telegram.
De esta manera, la juez satisfizo la solicitud de la fiscal Alina Kasianchik, que acusó a las informadoras de Belsat, un canal de televisión satelital con sede en Polonia dirigido a Bielorrusia, de haber organizado y preparado «graves alteraciones del orden público» durante una protesta contra el presidente Alexandr Lukashenko el pasado 15 de noviembre.
«¿Entienden ustedes el veredicto?, les preguntó la juez. «¿Por qué hacen esto?, respondieron las dos jóvenes mujeres al unísono, según el portal independiente Tut.by.
Lo que hacían el 15 de noviembre Chultsova, de 23 años, y Andréeva, de 27, era transmitir en directo durante más de cinco horas desde un apartamento en la zona de la denominada «Plaza de los cambios» las protestas que se habían desatado por la muerte días antes del artista Román Bondarenko, que falleció tras ser golpeado por agentes enmascarados de las fuerzas de seguridad.
El 15 de noviembre se produjeron varias decenas de detenciones en la plaza, cuyo nombre surgió por un grafiti con la imagen de dos pinchadiscos que pusieron en un mitin oficialista antes de las fraudulentas elecciones de agosto pasado la canción «Cambios» del rockero soviético Víktor Tsoi, un himno de la rebeldía postoviética.
Después de que las fuerzas de seguridad despejaran la plaza, entraron en el apartamento donde estaban grabando las dos periodistas y las detuvieron.
La acusación afirmó que las dos periodistas, con sus acciones, provocaron la suspensión de 13 rutas del transporte de autobús, tres trayectos de trolebús y tres del tranvía. Los daños a la empresa estatal Minsktrans fueron estimado en más de 4400 dólares.
Según Tut.by las familias de las reporteras compensaron los perjuicios causados y la empresa pública retiró la demanda civil.
Las dos informadoras, que han pasado más de tres meses en prisión preventiva, han sido reconocidas por organizaciones de derechos humanos como presos políticos.
Tras conocer la sentencia, Chultsova y Andréeva se abrazaron en la jaula de barrotes en las que se encontraban durante todo el juicio y formaron con sus dedos una «v», señal de victoria.
Al tomar el miércoles la última palabra ambas reporteras negaron su culpa y confiaron en una sentencia absolutoria.
«No he hecho nada ilegal. Todos los materiales recabados demuestran mi inocencia. Espero un veredicto justo y absolutorio», dijo Chultsova en tanto que Andréeva señaló que fue «metida en la cárcel» por un caso «fabricado», según la organización de derechos humanos bielorrusa Vesná.
«No pido, exijo que me absuelvan y liberen junto con mis colegas (…) y centenares de presos políticos», dijo.
El abogado de las periodistas, Serguéi Zikratski, señaló tras la sentencia que «esta es una situación absurda».
Durante el juicio el letrado argumentó que el día de la transmisión en directo no había internet en Minsk y que los manifestantes no podían ver en directo las imágenes, por lo que no pudo haber llamamientos a acudir a la plaza por parte de las dos.
Ninguno de los testigos citados por la Fiscalía dijo durante las vistas que las acciones de las informadoras llevaron a los bielorrusos a reunirse en la plaza.
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