El ex fiscal general Bill Barr está «rotundamente en contra» de que su exjefe, el presidente Donald Trump, regrese al Despacho Oval.
Mientras promocionaba su nuevo libro «One Damn Thing After Another: Memoirs of an Attorney General» en un evento organizado el 5 de mayo por The City Club of Cleveland, Barr dijo que sería una «tragedia» si Trump ganara la nominación presidencial republicana en 2024, aunque agregó que no creía que ese fuera el caso.
«Tenemos otros candidatos serios que tienen la mayoría de las mismas políticas y no tienen todo el bagaje», señaló.
Barr, que fue fiscal general durante las presidencias de George H. W. Bush y Trump, tuvo un desencuentro con este último tras las elecciones presidenciales de 2020, que Trump cree que ganó por derecho.
«Actuó precipitadamente y no hubo manera de volver a encarrilarlo», relató Barr. «Y lo de que había sido robado, para mí, una vez que empecé a analizarlo, a entender lo que había pasado, estaba claramente mal. Y yo no iba a formar parte de ello».
Como resultado, Barr renunció en diciembre de 2020 y ha sido un crítico abierto del expresidente en los años posteriores.
Trabajar para Trump
Al ser preguntado el viernes por Geraldo Rivera, de Fox News, que asistió al evento de Cleveland, sobre si creía que Trump era apto para ocupar el cargo, Barr respondió que Trump sería «la última persona» que podría ejecutar y lograr las políticas que promueve».
«No tiene la disciplina; no tiene la capacidad para el pensamiento estratégico o para establecer prioridades, o cómo hacer que las cosas se hagan en el sistema», aseveró. «Es un espectáculo de terror cuando se le deja hacer lo que le place. Así que, puede que quieras sus políticas, pero Trump no hará políticas Trump».
A pesar de esas críticas, Barr dijo que, hasta las elecciones de 2020, consideraba que la Administración Trump había tenido un gran éxito en el cumplimiento de sus objetivos.
«Estaba satisfecho con el desempeño», señaló, y añadió que pensaba que Trump había sido tratado injustamente por la prensa y las fuerzas de seguridad federales en relación con la investigación del Departamento de Justicia sobre Rusia.
Barr también dijo que había disfrutado de la manera informal y «caótica» en la que el multimillonario había llevado los negocios, comparando las reuniones en el Despacho Oval con la vida en una casa de fraternidad.
«Teníamos una habitación en mi fraternidad en la universidad. La llamábamos la sala de las cartas, y parecía que había una partida de cartas 24 horas al día, 7 días a la semana. Y nunca podías detectar quién estaba allí y quién no, la gente entraba y salía de forma sutil, y no paraba. Y así era el Despacho Oval».
Sin embargo, el ex fiscal general no se contuvo en sus críticas a Trump, describiéndolo como un «narcisista» con el que era difícil trabajar.
Y Trump tampoco ha sido tímido a la hora de compartir sus opiniones sobre Barr, describiéndole a menudo como un «RINO» (Republicano solo de título) y un vendido al establishment de Washington.
El mes pasado, Trump arremetió contra Fox News por entrevistar al ex fiscal general, describiéndolo en un posteo de Truth Social como un «cobarde que estaba absolutamente petrificado de ser destituido» y un «esclavo» del Partido Demócrata.
Elección del candidato
Según una encuesta de Morning Consult del 2 de mayo, Trump cuenta con el apoyo del 56% de los votantes de las primarias republicanas, una ventaja del 34% sobre el segundo clasificado, el gobernador de Florida Ron DeSantis, que no ha declarado oficialmente su candidatura.
A pesar de esas cifras, Barr dijo que consideraba que los republicanos cometerían un error si lo presentaban de nuevo como su candidato presidencial.
Sin nombrar a su candidato preferido, Barr dijo que el partido debería, en cambio, aprovechar la arremetida de los demócratas hacia la izquierda y nominar a alguien que atraiga a una facción más amplia del electorado.
«Llevo tiempo pensando que esto podría ser una repetición de 1980», dijo. «Cuando un partido va demasiado lejos en una dirección, deja un gran espectro para que lo llene el otro partido. Y creo que la forma de que [los republicanos recuperaran] el país era que el Partido Republicano captara la indirecta y presentara a alguien que fuera casi normal para ser presidente de Estados Unidos».
Cuando se le pidió más comentarios sobre las críticas de Barr, un portavoz de la campaña de Trump se limitó a responder: «¿Quién?».
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