El Ejército birmano bloqueó este jueves el acceso a Facebook y otros servicios de mensajería mientras aumentan las críticas y la movilización contra el golpe de Estado de los militares que apartó del poder al Gobierno electo de Aung San Suu Kyi.
Los primeros problemas de acceso a la popular red social se empezaron a notar a primera hora de la mañana y la compañía privada Telenor, con sede en Noruega, confirmó que el Ministerio de Transporte y Comunicaciones, ahora controlado por los militares, solicitó a «todos los operadores de telefonía móvil y de internet» bloquear Facebook.
Horas más tarde, el mismo ministerio anunció que también bloquearía los servicios de navegación anónima VPN, que sirven para acceder a páginas con restricciones locales, aunque de momento siguen activos.
Con una población de 54 millones de habitantes, se estima que en Birmania hay unos 22 millones de usuarios de Facebook, la red social predominante en el país que estaba sirviendo estos días para dar voz a los políticos derrocados e impulsar un movimiento de desobediencia civil contra el golpe.
El pasado lunes el Ejército detuvo a parte del Gobierno, incluida a la líder electa Aung Sann Suu Kyi, y se hizo con el poder con acusaciones de fraude electoral en las elecciones del pasado noviembre, en las que la formación de la premio nobel de la paz consiguió una victoria aplastante.
El portal NetBlocks, que se encarga de vigilar el acceso de las comunicaciones informáticas en todo el mundo, confirmó que Facebook y otras plataformas dependientes de la matriz, como Instagram o Facebook Messenger, han sido restringidas.
La operadora Telenor dijo que la orden tenía base jurídica y que cumplirá, pero mostró «su grave preocupación por la violación de los derechos humanos».
Desde Facebook se instó a las autoridades «a restablecer la conectividad para que las personas en Birmania puedan comunicarse con familiares y amigos, y acceder a información importante».
Esta red social, además de Twitter, canceló en 2019 las cuentas del jefe del Ejército, Min Aung Hlaing, que ejecutó el golpe del pasado lunes y que desde entonces detenta el máximo poder en el país.
Sus cuentas fueron canceladas entonces para prevenir los mensajes de odio y la desinformación en relación con la perseguida minoría musulmana rohinyá, sobre la que el líder golpista llevó a cabo una campaña militar que causó el éxodo de más de 740,000 miembros de esta comunidad prácticamente apátrida a la vecina Bangladesh.
Desobediencia civil
El partido de Suu Kyi, la Liga Nacional para la Democracia (LND), y otros activistas han hecho llamamientos para poner en marcha campañas de desobediencia civil en contra del golpe militar.
Como parte de este movimiento, personal sanitario de más de 80 hospitales y centros médicos de todo el país han escenificado parones de protesta a los que se unieron hoy otros funcionarios de ministerios.
La Federación de sindicatos de estudiantes también pidió a todos sus miembros «luchar contra la dictadura militar».
En la antigua capital y ciudad más poblada del país, Rangún, miles de personas se unieron la noche del miércoles, por segundo día consecutivo, a una masiva cacerolada que ha vuelto a ser convocada hoy.
En lo que se considera la primera manifestación en la calle, una decena de personas se concentraron en Mandalay, la segunda ciudad más poblada del país, para expresar su oposición al levantamiento militar.
Al menos dos de los manifestantes han sido arrestados por las autoridades al dispersar la movilización.
Paradero de Suu Kyi
Las últimas noticias sobre el estado de Suu Kyi llegaron el martes cuando un portavoz de su partido comentó en Facebook que «La Dama», como se le conoce popularmente, se encontraba en arresto domiciliario en su residencia oficial de la capital, Naipyidó, en «buen estado de salud».
La derrocada líder fue acusada oficialmente la víspera por la policía de un delito de importación ilegal de dispositivos telefónicos y se desconoce si ha sido trasladada a otro lugar.
Un grupo de unos 70 diputados de su partido celebró este jueves una sesión simbólica después de que el golpe militar impidiera el lunes el inicio de la legislatura en el Parlamento.
La legisladora Phyu Phyu Thin, electa por un distrito de Rangún, señaló en las redes sociales que ella y los otros parlamentarios se reunieron en un complejo residencial de Naipyidó, donde permanecían hasta ayer retenidos por los militares.
Gobierno rival
Los diputados, que se encontraban en la capital el lunes para jurar sus cargos tras las elecciones generales de noviembre, donde la LND consiguió más del 80 % de los escaños, anunciaron la formación de «un gran Gobierno rival».
Ante la negativa de abandonar estas dependencias gubernamentales, las autoridades militares les cortaron hoy la luz y el agua, informó esta noche un portavoz de la LND.
Los analistas y expertos siguen sin saber las razones por las que los militares decidieron ejecutar el golpe de Estado a pesar de haber iniciado ellos mismos una «democracia disciplinada» hace una década sin haber renunciado del todo al poder.
A pesar de celebrarse elecciones democráticas, el Ejército contaba con el 25 % de los escaños del Parlamento y los influyentes ministerios del Interior, Fronteras y Defensa.
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