Un editor de noticias criticó a BlackRock por intentar imponer un sistema de crédito social al estilo del régimen chino en la industria estadounidense y advirtió en una entrevista reciente que los directores ejecutivos estaban sintiendo la presión debido a tales intentos.
El editor de economía de Breitbart, John Carney, dijo que BlackRock, con su agenda medioambiental, social y de gobernanza (ESG), estaba intentando implantar el sistema de crédito social de China en las corporaciones estadounidenses.
«Los directores ejecutivos de las empresas se sienten presionados para adoptar las políticas medioambientales, sociales, de diversidad, equidad e inclusión adecuadas, todo ello porque uno de los mayores inversores de todo el mundo les ha enviado el mensaje de que eso es lo que les importa», declaró el lunes en una entrevista en la Fox.
«Y las personas cuyo dinero invierte BlackRock tampoco han dicho que eso es lo que quieren», dijo Carney. «Y esa es una de las razones por las que BlackRock ha intentado más recientemente dar marcha atrás: porque se dieron cuenta de que se habían ido muy a la izquierda del pueblo estadounidense, y necesitan al pueblo estadounidense».
«Por eso son el mayor gestor de activos, porque gestionan los fondos de jubilación de la gente. Si la gente dice: ‘Espera un momento, no quiero que impongas esta agenda de extrema izquierda en EE. UU., devuélveme mi dinero’, eso pondrá a la empresa en apuros. Así que intentan huir de esto».
BlackRock recibe inversiones de múltiples fuentes, incluidos el gobierno y los fondos de pensiones. Por ejemplo, el Fondo Común de Jubilación del Estado de Nueva York (CRF, por sus siglas en inglés) ha invertido en el fondo estratégico Índice del Cambio Climático de BlackRock.
El año pasado, Luisiana retiró a BlackRock de la gestión de sus fondos públicos de inversión debido a las «políticas anti combustibles fósiles» de la empresa. En el primer trimestre de 2023, BlackRock gestionaba activos por valor de 9.09 billones de dólares, lo que la convertía en la mayor gestora de activos del mundo.
Los comentarios de Carney se produjeron en el contexto de las declaraciones del director ejecutivo de BlackRock, Larry Fink, en 2017 durante un acto en el que el ejecutivo admitió que la empresa intentaba «forzar el cambio» en las empresas.
«Los comportamientos van a tener que cambiar, y esto es algo que pedimos a las empresas. Hay que forzar los comportamientos. Y en BlackRock estamos forzando comportamientos», dijo Fink.
«Este año hemos añadido cuatro puntos más en términos de empleo diverso. Lo que estamos haciendo internamente es que, si no alcanzas estos niveles de impacto, tu remuneración podría verse afectada. … Tienes que forzar comportamientos. Y si no fuerzas comportamientos —ya sea de género o de raza, o como quieras decir la composición de tu equipo— te verás afectado. … Vamos a tener que forzar el cambio».
Carney señaló que BlackRock está intentando ahora «dar marcha atrás» en los comentarios de Fink de 2017, que ahora están ganando tracción en Internet. «Están diciendo que esto es muy antiguo. Así es como pensábamos las cosas en 2017. En realidad no queremos hacerlo. Pero ellos sí».
Cambio de rumbo en la agenda ESG
El retroceso de BlackRock en algunas cuestiones ESG quedó patente en su carta anual a los inversores de 2023. Fink admitió en la carta que el petróleo y el gas eran «vitales» para la demanda mundial de energía, un cambio respecto a su postura anterior de promover una agenda sobre el cambio climático centrada en valores progresistas que denunciaban los combustibles fósiles.
«Durante años, hemos considerado el riesgo climático como un riesgo de inversión. Sigue siendo así», decía la carta. Sin embargo, la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono «no será una línea recta», y las distintas industrias y naciones avanzarán a distintas velocidades en términos de adopción. «El petróleo y el gas desempeñarán un papel vital para satisfacer la demanda mundial de energía a lo largo de ese camino».
En su carta de 2020 a los directores ejecutivos, Fink habló de que BlackRock «saldrá de las inversiones que presenten un alto riesgo relacionado con la sostenibilidad, como los productores de carbón térmico» y «lanzará nuevos productos de inversión que examinen los combustibles fósiles».
Sin embargo, BlackRock ha sufrido pérdidas recientemente, lo que ha puesto a la empresa bajo presión. Entre 2021 y 2022, los ingresos de BlackRock cayeron de 19,370 millones de dólares a 17,870 millones. Sus activos gestionados cayeron de 10.01 billones de dólares a 8.59 billones.
En octubre de 2022, UBS rebajó la calificación de BlackRock, y el analista Brennan Hawken declaró que la reducción se debía a «la presión ambiental sobre los beneficios y el riesgo del posicionamiento ESG de la empresa».
A pesar de que BlackRock afirma que las declaraciones de Fink en 2017 sobre forzar el cambio en las empresas están desfasadas, Carney no cree que la empresa haya abandonado su impulso de la DEI.
«También les gusta mucho lo que dijo [sobre] los cuadros de mando. … Así que lo que están haciendo es llevar un seguimiento muy minucioso. ¿Hasta qué punto has impulsado una agenda medioambiental? ¿Hasta qué punto has impulsado la agenda de la DEI? Y si no obtienes una puntuación lo bastante alta, puedes sufrir en lo que respecta a sus inversiones».
La duplicidad del Mes del Orgullo
En su entrevista con Fox, a Carney también le preguntaron sobre las empresas que añaden banderas del Orgullo a sus cuentas de Twitter en Estados Unidos mientras eligen no hacer lo mismo en Oriente Medio, donde las personas LGBTQ han sufrido abusos.
Empresas como Mercedes-Benz, Cisco, Bethesda, Lenovo y BMW exhiben logotipos de temática LGBT en sus cuentas de Twitter estadounidenses como parte de la celebración del Mes del Orgullo, mientras que sus cuentas de Oriente Medio permanecen sin cambios.
Carney señaló que la duplicidad en las posturas de las empresas se debe simplemente al dinero. El principio de estas empresas es «besar el [improperio] del régimen de turno».
«Así que ahora mismo en Estados Unidos, BlackRock y otros y todas estas corporaciones woke consideran que el régimen al mando es la extrema izquierda. Cuando van a Arabia Saudí, dicen que vamos a obedecer a los jeques. En EE. UU., obedecen a los woke», dijo.
«Ése es el sistema aquí. Ni siquiera es hipocresía. Es una regla. Es obedecer a los poderosos. Y eso es lo que hace esta gente».
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