En el segundo día de una gira de tres días por el Medio Oriente, el 30 de enero, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, reiteró su llamado a una solución de «dos Estados» para el perenne conflicto entre Israel y Palestina.
Blinken hizo este llamado en medio de la constante escalada de violencia entre israelíes y palestinos, que en los últimos días se ha cobrado más de una docena de vidas.
En una conferencia de prensa conjunta con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, Blinken expresó la esperanza de Washington de ver «libertad y seguridad» en «igual medida» para israelíes y palestinos.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que «sigue estando plenamente comprometido con ese objetivo y nosotros creemos que la mejor manera de lograrlo es preservando —y luego haciendo realidad— la visión de dos Estados [Israel y Palestina]», citó Blinken.
«Cualquier cosa que nos aleje de esa visión es, a nuestro juicio, perjudicial para la seguridad a largo plazo de Israel y para su identidad a largo plazo como Estado judío y democrático», añadió el secretario.
Formado a fines del año pasado, el gobierno de coalición de Netanyahu incluye partidos que se oponen vehementemente a la creación de un Estado palestino.
Violencia creciente
La gira de Blinken por la región se produce tras una serie de episodios especialmente violentos ocurridos en los últimos días entre israelíes y palestinos.
El 26 de enero, 10 palestinos murieron durante una incursión israelí en la ciudad cisjordana de Yenín. Al día siguiente, un pistolero palestino mató a siete israelíes en Jerusalén.
Según los funcionarios palestinos, al menos 35 palestinos, entre militantes y civiles, han muerto en actos de violencia desde el 1 de enero.
Horas antes de la llegada de Blinken, un palestino murió por disparos de soldados israelíes en Cisjordania. Las autoridades israelíes afirman que los soldados abrieron fuego después de que el hombre embistiera con su vehículo contra un puesto de control del ejército.
The Epoch Times no pudo verificar las afirmaciones de ninguna de las partes.
Tras mantener conversaciones a puerta cerrada con Netanyahu, Blinken pidió a ambas partes que tomaran «medidas urgentes para restablecer la calma y desescalar» el conflicto.
Las conversaciones respaldadas por Estados Unidos entre Israel y la Autoridad Palestina terminaron en 2014 después de que Israel lanzara un asalto masivo contra la Franja de Gaza. Más de 2000 palestinos —y decenas de israelíes— murieron durante las seis semanas que duró el conflicto.
Blinken tiene previsto visitar la ciudad cisjordana de Ramala el 31 de enero, última etapa de su gira, donde se reuniría con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas.
Irán en el punto de mira
En su intervención junto a Netanyahu, Blinken también subrayó el compromiso permanente de Washington con la seguridad de Israel.
«En el contexto de la escalada de violencia», dijo Blinken, «es importante que el gobierno y el pueblo de Israel sepan que el compromiso de Estados Unidos con su seguridad sigue siendo férreo».
Netanyahu ensalzó asimismo la estrecha relación entre Estados Unidos e Israel, que describió como «inquebrantable» y «una de las grandes alianzas de la historia moderna».
También aprovechó la ocasión para denunciar a Irán, haciendo hincapié en la política de larga data de Israel de «hacer todo lo que esté en su mano para impedir que Irán adquiera armas nucleares y los medios para lanzarlas».
Blinken se mostró de acuerdo, diciendo que a Teherán «nunca se le debe permitir adquirir un arma nuclear».
Blinken añadió que, durante su reunión, él y Netanyahu habían hablado de «profundizar en la cooperación para hacer frente y contrarrestar las actividades desestabilizadoras de Irán en la región y fuera de ella».
En la madrugada del 29 de enero, aviones no tripulados de origen desconocido atacaron una instalación militar cerca de la ciudad iraní de Isfahan. Aunque al parecer causaron daños limitados, el ataque no causó víctimas.
Pese a las especulaciones generalizadas sobre la implicación israelí, sus responsables se han abstenido hasta ahora de comentar el incidente.
El general de brigada, Patrick Ryder, portavoz del Pentágono, declaró que ningún activo militar estadounidense había participado en el ataque, pero se negó a hacer más comentarios.
Blinken se reúne con el-Sisi en El Cairo
A primera hora del mismo día, Blinken también mantuvo conversaciones con el presidente egipcio, Abdel-Fattah el-Sisi, en El Cairo.
En una reunión a puerta cerrada, los dos hombres reafirmaron el «firme compromiso» de sus países con la «asociación estratégica entre Estados Unidos y Egipto», según una declaración publicada posteriormente por el Departamento de Estado.
Blinken también habría elogiado a el-Sisi por los «esfuerzos en curso de Egipto para rebajar las tensiones entre israelíes y palestinos».
El Cairo fue la primera capital árabe en firmar la paz con Israel en 1979. Desde entonces, Egipto —un importante receptor de ayuda militar estadounidense— ha tratado de mediar entre Israel y la Autoridad Palestina, con sede en Ramala.
En las conversaciones de Blinken con el-Sisi también se trataron cuestiones regionales, como los esfuerzos sudaneses por formar un gobierno civil y la necesidad de celebrar elecciones en la vecina Libia, que sigue dividida entre facciones rivales.
Preocupación por la situación de los derechos humanos en Egipto
Antes de abandonar El Cairo, Blinken también se entrevistó con el ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Sameh Shoukry.
Durante una rueda de prensa conjunta con Shoukry, Blinken dijo que Washington seguiría presionando a El Cairo para que liberara a miles de disidentes políticos encarcelados.
«Las preocupaciones que tenemos [sobre los presos políticos] se mantienen», dijo Blinken a los periodistas. «En un espíritu de franqueza (…) expresamos esas preocupaciones [a el-Sisi y Shoukri] muy claramente».
El-Sisi, exjefe del ejército, llegó al poder en un golpe militar de 2013, que barrió del poder a su predecesor, Mohamed Morsi.
Morsi, el primer presidente elegido libremente en el país y líder de los ahora prohibidos Hermanos Musulmanes de Egipto, murió en prisión en 2019.
El golpe de 2013 fue seguido de una amplia represión de la disidencia política dirigida contra los miembros de la Hermandad Musulmana de Morsi y los críticos laicos del gobierno de el-Sisi.
Según grupos de derechos humanos, decenas de miles de presos políticos siguen entre las rejas. El gobierno, por su parte, afirma que las detenciones son necesarias para garantizar la estabilidad política y económica de Egipto.
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