El secretario de Estado Antony Blinken prometió el martes que Washington proporcionaría nueva ayuda para contribuir a la reconstrucción de Gaza. El anuncio hace parte de los esfuerzos que buscan reforzar el alto al fuego entre el grupo terrorista Hamás e Israel.
Con la esperanza de revertir una medida tomada por el expresidente Donald Trump, que enfureció a los palestinos, Blinken dijo que Estados Unidos avanzaría en el proceso de reapertura de su consulado en Jerusalén, para que funcione como un canal diplomático con los palestinos.
Hablando junto al líder palestino Mahmoud Abbas en la ciudad de Ramallah en Cisjordania, Blinken dijo que Estados Unidos proporcionaría 75 millones de dólares adicionales en ayuda económica y de desarrollo a los palestinos en 2021, 5,5 millones de dólares en ayuda inmediata en caso de desastre para Gaza y 32 millones de dólares a la agencia de ayuda palestina de la ONU con sede allí.
“Sabemos que para prevenir un retorno a la violencia tenemos que utilizar el espacio creado para abordar un conjunto más amplio de problemas y desafíos subyacentes”, dijo. «Y eso comienza con abordar la grave situación humanitaria en la Franja de Gaza y comenzar a reconstruir allí».
Blinken reiteró que Washington tenía la intención de asegurarse de que Hamás, a quien considera una organización terrorista, no se beneficiara de la ayuda humanitaria, una tarea potencialmente difícil en un enclave sobre el que el grupo tiene un fuerte control.
Dijo que, si la ayuda se distribuye correctamente, en realidad podría socavar a Hamás, ya que el grupo «prospera con la desesperanza, la miseria, la desesperación y la falta de oportunidades».
En una conferencia de prensa celebrada más tarde, Blinken dijo que estaba en contra de las acciones de Israel o de los palestinos que incitan a las tensiones o, en última instancia, socavan la solución de dos estados con la que, según dijo, la Administración Biden sigue comprometida.
Tales acciones, dijo, incluyeron los asentamientos israelíes en el territorio que los palestinos quieren consolidar como un estado, posibles desalojos israelíes de palestinos en el oriente de Jerusalén y la incitación a la violencia en el lado palestino.
El alto al fuego, negociado por Egipto y coordinado con Estados Unidos, comenzó el viernes después de 11 días de los peores combates, en años, entre militantes palestinos e Israel.
Médicos palestinos dijeron que cientos de ataques aéreos israelíes mataron a cerca de 254 personas en Gaza e hirieron a más de 1900. También dijeron que los ataques destruyeron o dañaron edificios en todo el pequeño enclave costero.
Trece personas y cientos de heridos fue la afectación que el ejército israelí calculó tras los ataques con misiles desde Gaza.
Blinken se reúne con líderes israelíes y palestinos
Blinken inició su visita regional en Jerusalén, donde mantuvo conversaciones con el primer ministro Benjamin Netanyahu. El líder israelí, estando reunido con el secretario de estado, amenazó con una «respuesta muy poderosa» si Hamás reanudaba los ataques con cohetes transfronterizos.
Blinken estará en la región hasta el jueves y también viajará a Egipto y Jordania.
Paralelamente a su visita, Israel permitió que el combustible, los medicamentos y los alimentos destinados al sector privado de Gaza ingresaran al territorio por primera vez desde que estallaron las hostilidades el 10 de mayo.
Blinken dijo que la reapertura del Consulado General de Estados Unidos en Jerusalén sería «una forma importante para que nuestro país se involucre y brinde apoyo al pueblo palestino». Se negó a proporcionar un cronograma para la reapertura.
La administración Trump fusionó el consulado con la Embajada de Estados Unidos en Israel, en 2019, dos años después de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel y trasladar la embajada allí, desde Tel Aviv.
Esos movimientos rompieron con la política estadounidense de larga data y enfurecieron a los palestinos, que quieren que Jerusalén Oriental sea la capital del estado que quieren establecer.
Israel considera que toda Jerusalén, incluido el sector oriental del que se apropió en la Guerra de Oriente Medio de 1967, es su capital indivisa.
Biden no tiene planes de revertir la reubicación de la embajada, pero ha actuado en los primeros meses de su presidencia para reparar las relaciones con los palestinos. En abril, Biden reanudó la entrega de cientos de millones de dólares en ayuda palestina.
Abbas elogia la postura de la administración Biden
Hablando junto a Blinken, Abbas agradeció a la administración Biden «por su compromiso con la solución de dos estados (y por mantener) el statu quo en el Haram al-Sharif» (Santuario Noble), un complejo sagrado de Jerusalén para musulmanes y judíos que contiene la mezquita de Al-Aqsa.
Abbas también expresó su gratitud por lo que llamó el apoyo estadounidense «para la preservación de los residentes (palestinos) de… Sheikh Jarrah», un vecindario de Jerusalén Oriental donde los posibles desalojos de familias palestinas ayudaron a desencadenar la lucha entre Israel y Gaza.
Los residentes palestinos de Sheikh Jarrah se han enfrentado a la posibilidad de desalojo por 30 años debido a que viven en tierras compradas por dos comunidades judías en 1876, durante el Imperio Otomano. La batalla legal se libra entre los residentes palestinos y una empresa llamada Nahalat Shimon, que posee los derechos de propiedad.
Israel se encuentra en una situación de cambio político tras cuatro elecciones inconclusas en dos años, y los palestinos están divididos por la enemistad entre Hamás y Abbas.
«Los líderes de ambos lados deberán trazar un mejor rumbo», dijo Blinken, «comenzando por hacer mejoras reales en las vidas de las personas en Israel, Gaza y Cisjordania».
En Gaza, los funcionarios palestinos estimaron los costos de reconstrucción en decenas de millones de dólares. Israel ha bloqueado el territorio desde 2007. Egipto también mantiene restricciones en su frontera con Gaza. Ambos países dicen que mantienen las restricciones debido a preocupaciones de seguridad.
Con información de Reuters.
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