El régimen chino probablemente dio luz verde para permitir que las empresas chinas brinden apoyo de «doble uso» a Rusia para su agresión militar en Ucrania, según el secretario de Estado, Antony Blinken.
«Ha habido algún tipo de apoyo no letal de doble uso proveniente de ‘compañías chinas’, entre comillas, que casi con seguridad fue aprobado por el estado, porque realmente no hay diferencia», dijo Blinken el 23 de febrero, durante una entrevista con la revista The Atlantic. Los bienes de doble uso tienen aplicaciones tanto militares como civiles.
En China, el Partido Comunista Chino tiene un control estricto tanto de las empresas privadas chinas como de las empresas estatales, y exige que las empresas establezcan unidades o sucursales del Partido en sus lugares de trabajo. En otras palabras, es poco probable que cualquier apoyo o bienes que las empresas chinas puedan enviar a Rusia hayan eludido el escrutinio del PCCh.
Hasta ahora, China no ha enviado «apoyo militar letal» a Rusia, agregó Blinken, pero el régimen comunista podría cambiar su postura, en violación a las sanciones occidentales.
“No hemos visto hasta la fecha una evasión sistemática de sanciones”, agregó Blinken. “Pero también hemos recopilado información en los últimos meses que indica fuertemente que China ahora está considerando hacer eso”.
Los comentarios de Blinken resaltan las crecientes preocupaciones de Estados Unidos de que China ayudará a armar a las fuerzas rusas en Ucrania. El 18 de febrero, Blinken advirtió a su homólogo chino, Wang Yi, sobre las implicaciones y consecuencias si China “brinda apoyo material a Rusia o ayuda a la evasión de sanciones sistémicas”.
En enero, el Departamento del Tesoro de EE.UU. sancionó al fabricante chino de satélites Spacety, también conocido como Tianyi Space Science and Technology Research Institute Co. Ltd., por supuestamente proporcionar imágenes satelitales de Ucrania “para permitir las operaciones de combate de Wagner en Ucrania”.
El Grupo Wagner, una organización paramilitar dirigida por el Kremlin, ha sido designada por el Departamento del Tesoro como «organización criminal transnacional”.
También el jueves, Victoria Nuland, subsecretaria de Estado para Asuntos Políticos, reveló que «los subsectores chinos o con sede en China de entidades en Europa» serán parte de un próximo paquete de sanciones contra Rusia por su guerra en Ucrania.
Blinken dijo que esperaba que China se haga consciente de que apoyar militarmente a Rusia dañará su reputación internacional.
«Tengo la esperanza, pero de una manera muy clara, de que China reciba ese mensaje, porque no viene sólo de nosotros, viene de muchos otros países que no quieren ver a China ayudando e instigando de una manera material el esfuerzo de guerra de Rusia en Ucrania», dijo Blinken.
«Así que en la medida en que China está tratando de participar en una ofensiva de encanto en estos días, para volver a comprometerse con otros países a medida que sale del COVID, no creo que quiera estar en el negocio de alienarlos aún más, proporcionando apoyo letal a Rusia», agregó Blinken. «El jurado está deliberando. Lo estamos observando con mucha, mucha atención. Veremos cómo reaccionan”.
El 22 de febrero, el presidente ruso, Vladimir Putin, confirmó que el líder chino, Xi Jinping, visitará Moscú en los próximos meses, sin especificar un calendario exacto para la visita. Los dos líderes acordaron una asociación «sin límites» en febrero de 2022, solo unas semanas antes de que Rusia invadiera Ucrania.
Taiwán
Blinken dijo que la forma en que muchos países se han unido y las sanciones, que se le han impuesto a Rusia por la guerra de Ucrania, deberían darle a China algo en lo que pensar si decide atacar a Taiwán.
“Así que creo que eso es algo que China tiene que tener en cuenta en su forma de pensar sobre el futuro. Creo que tiene que tener en cuenta los enormes costos de reputación en los que ha incurrido Rusia”, dijo Blinken.
Taiwán es un país de facto, con su propio gobierno elegido democráticamente, su propio ejército y su propia moneda. Sin embargo, el régimen chino considera la isla como una parte de su territorio que debe unirse a la China continental, por la fuerza si es necesario.
Durante una reunión del Partido en octubre del año pasado, Xi reiteró que China nunca “renunciará al uso de la fuerza” para apoderarse de Taiwán.
Blinken dijo que lo que sucede en el Estrecho de Taiwán, una estrecha masa de agua que separa a China de Taiwán, es “una cuestión que preocupa, literalmente, a todo el mundo”.
“Cincuenta por ciento del tráfico de contenedores comerciales pasa por ese estrecho todos los días. La gran mayoría de los semiconductores que el mundo necesita para todo, desde nuestros teléfonos inteligentes, nuestros lavavajillas y nuestros automóviles, se producen en Taiwán”, explicó Blinken.
Agregó: “Si se produjera una crisis en Taiwán como resultado de algún tipo de agresión por parte de China, eso tendría, en mi opinión, consecuencias desastrosas para la economía mundial y para los países de todo el mundo”.
La presidente de Taiwán, Tsai Ing-wen, durante una reunión con una delegación del Congreso de Estados Unidos el 21 de febrero, trató de impulsar los intercambios militares con Estados Unidos. Sin embargo, Tsai no proporcionó detalles sobre lo que implicarían estos intercambios.
En enero, los representantes French Hill (R-Ark.) y Brad Sherman (D-Calif.) introdujeron la Ley de Disuasión de Conflictos de Taiwán (H.R.554) que requeriría que el secretario del Tesoro divulgue instituciones financieras y cuentas relacionadas con altos funcionarios chinos si el presidente informa al Congreso de una amenaza procedente de China.
«La visión china de un orden mundial es fundamentalmente distinta de la nuestra. La nuestra se basa en el ideal de tener un orden mundial liberal; la de China es antiliberal», dijo Blinken. «Necesitan un orden, quieren un orden, pero [ese orden] es profundamente antiliberal, no liberal”.
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