El Secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, se unió el lunes a una reunión de alto nivel con líderes caribeños en Jamaica para tratar la crisis que se está produciendo en Haití, donde la violencia de las bandas se está apoderando del pequeño Estado insular.
Haití declaró el estado de emergencia el 3 de marzo ante la escalada de los enfrentamientos.
Los casos de allanamientos de morada, robos a mano armada, agresiones sexuales y asesinatos han aumentado por encima de la capacidad de respuesta de la policía desde 2021. Se estima que miles de personas han muerto desde principios de año; muchas más están sin hogar y huyendo, mientras que los alimentos y otros suministros esenciales son casi inexistentes.
Según un comunicado de prensa del 11 de marzo de la oficina del Secretario Blinken, la reunión de alto nivel tenía por objeto debatir y acelerar una transición política en Haití mediante la creación de un colegio presidencial independiente y de amplia base.
El despliegue de una Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad para hacer frente a la actual crisis de seguridad también formaba parte del orden del día de la reunión. En un posteo publicado el 11 de marzo en la plataforma de medios sociales X, Blinken afirmó que era esencial que todos los implicados colaboraran para poner fin a la violencia que asola Haití.
«Es fundamental que trabajemos juntos para apoyar al pueblo haitiano, frenar la escalada de violencia y disturbios y acelerar la transición política», afirmó.
Jimmy «Barbeque» Cherizier, líder de una alianza de grupos armados, ha reivindicado el aumento de la violencia. Ha dicho que el objetivo es derrocar al primer ministro no electo de Haití, Ariel Henry, que llegó al poder en 2021 tras el asesinato de su predecesor.
Henry está en el extranjero tratando de obtener apoyo para una fuerza de seguridad respaldada por la ONU para estabilizar el país, que hasta ahora ha fracasado. Ha pospuesto en repetidas ocasiones sus planes de celebrar elecciones parlamentarias y presidenciales, que tuvieron lugar por última vez hace casi una década. En este momento, ha prometido celebrar elecciones generales a mediados de 2025. Los llamamientos a su dimisión son cada vez más fuertes en medio de los disturbios.
Solo en el último mes se han producido al menos dos fugas de prisiones en Haití, que han liberado a miles de presos. Las bandas han intentado hacerse con el control del principal aeropuerto internacional de Haití, y también se produjo una ocupación armada del estadio de fútbol más importante del país, entre otros muchos actos de extrema violencia.
La Embajada de EE.UU. en Jamaica ha elevado la advertencia de viaje para la nación caribeña al Nivel 3: «reconsiderar el viaje». El ejército estadounidense también ha evacuado al personal de la embajada de Haití y ha reforzado la seguridad.
Los líderes caribeños convocaron a finales de la semana pasada una reunión de emergencia sobre la «terrible» situación de Haití. Estados Unidos, Francia, Canadá, la ONU y Brasil fueron invitados.
Las partes interesadas de Haití no se ponen de acuerdo sobre el enfoque de la rehabilitación
Antes de la reunión de alto nivel, el presidente de la Comunidad del Caribe, Mohamed Irfaan Ali, hizo pública una declaración el 6 de marzo en la que afirmaba que, a pesar de trabajar «sin descanso», no se había alcanzado ninguna forma de consenso entre el gobierno de Haití y las respectivas partes interesadas de la oposición, el sector privado, la sociedad civil y las organizaciones religiosas.
El presidente Ali afirmó que los problemas se veían exacerbados por la violencia y la falta de instituciones críticas como el Parlamento, e instó a todas las partes interesadas haitianas a considerar los efectos de su inacción.
«Hemos estado instando a todas las partes interesadas haitianas en la urgente necesidad de un consenso, dado que todos están de acuerdo en que la solución debe ser liderada por haitianos y asumida por haitianos», dijo.
«Reconocemos que debe haber una solución política para anclar cualquier estabilización de la seguridad y los esfuerzos humanitarios. El hecho de que hayan muerto más personas en Haití a principios de este año que en Ucrania debe hacer reflexionar seriamente a todos en Haití y en la comunidad internacional», añadió Ali.
Según Ali, Haití necesitará el apoyo tanto de la Conferencia de Jefes de Gobierno de la Comunidad del Caribe (CARICOM) como, sobre todo, de la comunidad internacional para restablecer el orden.
«Pero para conseguirlo, debemos contar con el consenso de los actores clave en Haití. Todos ellos son conscientes del precio del fracaso», afirmó.
Según Ali, los problemas de seguridad de Haití se debatieron en una sesión a puerta cerrada el pasado miércoles en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Misión multinacional de apoyo a la seguridad
Tras la sesión a puerta cerrada, el Consejo de Seguridad de la ONU instó a las bandas armadas que operan en Haití a que «pongan fin inmediatamente a sus acciones desestabilizadoras» y pidió que los «autores de estos actos abominables sean llevados ante la justicia».
Según la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, se espera desplegar rápidamente una misión multinacional de apoyo a la seguridad (MSS) autorizada por la ONU para reforzar las fuerzas de la Policía Nacional de Haití y ayudar en los esfuerzos para restablecer pronto la paz en Haití.
En una declaración a los medios de comunicación el 11 de marzo, la embajadora Thomas-Greenfield afirmó que Estados Unidos está «comprometido a proporcionar a la MSS lo que necesita para tener éxito».
Reveló que el Departamento de Estado está trabajando con el Congreso para proporcionar USD 200 millones en apoyo, mientras que Canadá ha comprometido USD 91.2 millones. Benín, Francia, Alemania, Jamaica y España también han prometido apoyo financiero, logístico y de personal.
«Los haitianos no deben quedar desamparados por esta situación. Los líderes deben asumir la responsabilidad de actuar ahora y comprometerse con una transición política dirigida por los haitianos, el establecimiento de un gobierno de transición y la celebración de elecciones poco después», declaró la embajadora Thomas-Greenfield.
«La comunidad internacional debe hacer todo lo posible para apoyar estos objetivos. El pueblo haitiano ya ha sufrido bastante».
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