El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se vieron obligados a refugiarse en un búnker durante cinco minutos el lunes, cuando un ataque con misiles de la organización terrorista Hamás impactó en las inmediaciones.
Los dos se refugiaron de los cohetes cuando sonaron las sirenas aéreas en Tel Aviv durante una reunión con el gabinete de guerra israelí, dijo a la prensa el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.
Blinken y Netanyahu han abandonado el búnker y prosiguen sus conversaciones en el centro de mando del Ministerio de Defensa israelí, según Miller.
Blinken sigue reuniéndose con varios dirigentes israelíes, entre ellos Netanyahu, el presidente Isaac Herzog y el ministro de Defensa Yoav Gallant. El grupo está discutiendo los compromisos con los socios regionales, la situación sobre el terreno en Gaza e Israel, y los esfuerzos humanitarios para limitar el número de víctimas civiles en la Franja de Gaza.
Se espera que las Fuerzas de Defensa de Israel envíen pronto unidades terrestres a la Franja de Gaza. De este modo, Israel iniciará su primera ocupación seria de la región desde 2005.
La medida se produce mientras Israel trata de destruir a Hamás, grupo terrorista que la semana pasada perpetró el peor atentado contra judíos desde el Holocausto.
Destruir la presencia de Hamás en la Franja de Gaza probablemente no sería posible sin una prolongada ocupación militar israelí de la región, dijo Jonathan Lord, investigador principal del centro de estudios Centro para una Nueva Seguridad Estadounidense.
Por ello, las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) parecen estar preparando una invasión terrestre de la Franja de Gaza.
«Va a ser muy probable que las IDF tengan que restablecer la administración de Gaza durante algún tiempo», dijo Lord durante una charla el 12 de octubre.
Joshua Krasna, investigador del Instituto de Investigación sobre Política Exterior (FPRI), afirmó que el objetivo de Hamás al atacar a Israel era, al menos en parte, generar una respuesta militar contundente contra Gaza, galvanizando así a las naciones islámicas circundantes para que atacasen a Israel.
«Está claro que uno de los objetivos de Hamás al llevar a cabo este atropello era fomentar un conflicto regional más amplio, era llevar a Israel a una reacción tal que luego otros actores, ciertamente Hezbolá e Irán, se vieran arrastrados también», dijo Krasna durante una charla del FPRI el 11 de octubre.
Cada escalada, por tanto, conlleva el riesgo de sumir a Israel y a todo Oriente Próximo en una nueva era de terrorismo islámico.
Por el momento no está claro cuál era el alcance del peligro que corrían Blinken y Netanyahu, ni qué respuesta está adoptando Israel contra quienes están detrás de este último ataque con misiles.
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