El 13 de marzo, China puso en cuarentena otras dos ciudades, entre ellas Shenzhen, el centro de negocios del sur del país, tras un nuevo aumento en todo el país de los casos de COVID-19 relacionados con la variante ómicron, la cual se propaga rápidamente.
Las nuevas restricciones se produjeron después de que el líder del país, Xi Jinping, y los expertos en salud señalaran que el régimen comunista podría cambiar a un modelo de respuesta más suave al COVID-19.
En la actualidad, el régimen chino aplica una política denominada «dinámica cero», que intenta controlar los brotes lo antes posible con medidas como la realización de pruebas masivas, la vigilancia digital, el aislamiento obligatorio y los cierres selectivos. Los críticos afirman que estas medidas tan duras perjudican a la economía y hacen que las cadenas de suministro mundiales se vean afectadas.
A pesar de los estrictos esfuerzos de control, las infecciones domésticas continúan aumentando en los últimos días. China reportó el domingo 1807 infecciones locales confirmadas, más del triple de las 476 del día anterior. La Comisión Nacional de Salud también anunció 1315 casos locales asintomáticos, que el país no clasificó como casos confirmados.
Los casos reportados el domingo estaban dispersos en 19 de las 31 provincias del país.
Si bien es probable que el recuento de casos actual de China no refleje el total real, dado que se sabe que el régimen chino informa muy por debajo de las cifras reales, la cifra oficial está aumentando a un ritmo que el condado nunca ha experimentado desde el primer brote en Wuhan, hace dos años.
El brote llevó a los funcionarios de varias ciudades chinas a intensificar los esfuerzos. Cangzhou, una ciudad al sur de Beijing, anunció el domingo el confinamiento de sus 7 millones de residentes. Las autoridades de la ciudad dijeron que nadie podía salir de casa, según un aviso publicado en una cuenta oficial de Wechat.
Shenzhen, una ciudad con 17.5 millones de habitantes, estará bajo confinamiento durante una semana mientras se realizan tres rondas de pruebas en toda la ciudad a partir del 14 de marzo, según un aviso del gobierno el domingo.
El centro tecnológico del sur, que alberga a los gigantes tecnológicos del país como Tencent y Huawei, ordenó a todas las empresas, excepto a las de sectores esenciales, que cierren o trabajen desde casa. La ciudad suspenderá el transporte público, incluidos los autobuses y el metro, se lee en un aviso.
En el centro financiero de Shanghai, el servicio de autobuses interurbanos se detendrá a partir del 14 de marzo. Las autoridades de la ciudad ordenaron a sus 24 millones de residentes que no se vayan a menos que sea necesario. Cualquier persona que ingrese o salga del centro financiero debe presentar un resultado negativo de prueba PCR.
La provincia de Jilin, donde las infecciones representaron casi el 80 por ciento del total nacional, está intensificando las medidas de control para el COVID, según Zhang Yan, subdirector de la Comisión de Salud provincial.
El brote refleja que “los mecanismos de respuesta de emergencia en algunas áreas no son lo suficientemente sólidos”, dijo Zhang en la rueda de prensa llevada a cabo el domingo.
Dos ciudades en la provincia de Jilin han sido cerradas desde el 11 de marzo. La ciudad de Changchun dio a sus 9 millones de residentes una orden de quedarse en casa, solo una persona de cada hogar puede salir a comprar artículos de primera necesidad cada dos días. La cercana ciudad de Jilin ha sido puesta bajo cierre regional.
Jilin, una ciudad que lleva el mismo nombre que la provincia circundante, comenzó el domingo la séptima ronda de pruebas masivas a sus 3.6 millones de habitantes.
Si bien la ciudad no ha anunciado un cierre total, las autoridades envían a las personas que recibieron resultados positivos, y a sus contactos cercanos, a centros de cuarentena centralizados.
La ciudad se esfuerza por completar la construcción de una instalación de aislamiento con 6000 habitaciones, así como tres hospitales improvisados con 10,000 camas para pacientes con COVID-19, dijo el domingo la agencia de noticias promovida por el régimen, Xinhua. Jilin ha construido tres hospitales temporales con 1200 camas para atender a pacientes con síntomas leves o sin síntomas, según el informe.
Los alcaldes de la ciudad de Jilin y del distrito de Jiutai, en la ciudad de Changchun, fueron despedidos sin especificar los motivos, informó Xinhua.
Seis funcionarios del Partido Comunista Chino (PCCh), incluido un subjefe del departamento de seguridad pública provincial, fueron destituidos debido al brote regional en Dongguan, una ciudad cercana a Shenzhen, anunció el domingo el China Daily, propiedad del Partido.
Los funcionarios deberían “mantener resueltamente el propósito de evitar un resurgimiento a gran escala”, dijo Sun Chunlan, viceprimer ministro de China, el 12 de marzo.
Sun instó a las autoridades locales a frenar las agrupaciones regionales tan pronto como puedan, en preparación para el 20° Congreso del Partido del PCCh que se celebrará este año.
Altos funcionarios del PCCh se reúnen para celebrar el Congreso del Partido dos veces por década, este año el encuentro será entre octubre o noviembre y durante tal reunión se elegirá un nuevo grupo de líderes principales. El líder del partido, Xi, busca un tercer mandato de cinco años, lo que no ha ocurrido antes, después de convertirse en el líder supremo del PCCh en 2012.
Con información de Associated Press.
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