¡Las cosas del inglés! O dicho de mejor forma, las cosas de los que no lo hablamos bien. Unos conocidos me preguntaron sobre el auto que pruebo esta semana, un BMW X5 M Competition, y se me ocurrió decirles que; “is a monster” (es un monstruo). Al advertir las sonrisas burlonas comprendí mi error. “Is a beast” (una bestia) debí haber dicho. Unos días manejando esta máquina con precio de seis cifras no me han servido para esclarecer mi confusión, más bien para acentuarla. En realidad, pienso que este BMW es una “bestia monstruosa” y así quedo bien con todos.
El fabricante alemán hace lo suyo para diferenciarlo, pues no lo considera un SUV, si no un Sport Activity Vehicle o SAV, que sería algo así como… bueno, la traducción se las dejo para evitar más complicaciones. Con 617 caballos de potencia, 3.7 segundos para alcanzar las 60 millas -a pasar de sus 5,400 libras de peso- y suficiente tecnología para enturbiar a un “millennial”, el BMW X5 M Competition es un auto digno del slogan de BMW, «The Ultimate Driving Machine».
Desde afuera y por dentro
La nueva y cuarta generación del BMW X5 es reciente. Fue en el 2019 cundo se introdujo, por lo que no hay cambios significativos en su aspecto. En realidad, con el paso de los años el aspecto exterior no ha cambiado mucho, y esta es una versión cuidadosamente modulada del mismo aspecto que ha adornado al SUV desde que era nuevo. Las siluetas no han cambiado, pero el X5 2020 tiene una parrilla de doble cárcava más grande y faros más delgados.
En comparación con los X5 regulares, las versiones M cuentan con aberturas del parachoques delantero más grandes, intercalación de rejilla especiales y diferentes ventilaciones en el guardabarros.
En el M Competition, las tremendas llantas de 22 pulgadas puede que impresionen a algunos, pero se ven muy bien. Las insignias y piezas de acabado X5 M Competition son más bien tenues, pero bien visibles. Este BMW no destaca por su diseño exterior, menos si lo estacionamos junto a un Jaguar F-Pace, pero quizá en la sutileza de sus líneas esté parte del encanto.
La cabina se vuelve bastante sofisticada, con un nivel de suntuosidad que justifica el precio del X5 M X Competition. Los adornos de cuero Merino no solo se ven bien, también se sienten geniales al tacto. Mi auto de prueba también traía abundantes adornos radiantes de fibra de carbono y hermosas costuras de contraste. La cabina del X5 M Competition es simplemente portentoso.
Los asientos delanteros con calefacción y ventilación son cómodos, con buen soporte, ajustables hasta la saciedad, incluyendo las almohadillas laterales para mantener el cuerpo ajustado en las esquinas o curvas. Hay calefacción también para el volante y los reposa brazos de los brazos delanteros.
Con el paquete Ejecutivo opcional de $ 3,600 que nuestro auto de prueba tenía instalado, disfruté de masaje en los asientos delanteros, calefacción en los traseros, arranque remoto y portavasos con calefacción y refrigeración.
En la segunda fila, el acomodo del X5 M Competition no es tan portentoso como el del frente. Esperaba más espacio para las piernas por el tamaño del auto, y el acceso no es el más cómodo, pues las puertas son algo estrechas, quizás debido a su gran capacidad de carga, que con 72.3 pies cúbicos aventaja a casi todos sus competidores.
Equipamiento y seguridad
Al momento de escribir esta reseña, he pasado cinco días con el X5 M Competition. Cierto que aún no conduzco las distancias de antes por la incidencia del Covid 19, pero muy a mi pesar, tengo que reconocer que aún no he explorado todos los vericuetos tecnológicos de este SUV, o SAV, como gusta llamarle BMW.
Hay dos opciones para enfrentar el dilema, y las he explorado. Por los primeros dos días solo hice los ajustes básicos de asientos, retrovisores, clima, audio y me olvidé del resto. Solo disfruté de la magnificencia de un tren de poder deslumbrante. La pasé bien.
Luego me dediqué a explorar sus laberintos e intrigas electrónicas con profundidad… y me frustré. Hay tanto que ajustar, cambiar o modificar, que el aluvión de información es algo agobiante. Para dar una idea, en la pequeña palanca de cambios además de botón de “P” para estacionar, hay un pequeño cursor que permite ajustar el modo de la transmisión en tres niveles de agresión distintos.
La interfaz de iDrive 7.0 de BMW es uno de los mejores sistemas de información y entretenimiento disponibles en este momento. Lástima que los usuarios de Android (como yo) no podamos acoplar nuestros teléfonos, pero BMW promete que la solución está cercana. Los que usan Apple CarPlay son tan afortunados que podrán conectarlo de forma inalámbrica, ¡qué envidia! La combinación de una pantalla táctil de 12.3 pulgadas y controles de dial giratorio que son intuitivos y fáciles de usar hacen que la experiencia digital sea agradable, pero como antes dije, la variedad de opciones abruma.
Como es de esperar, todas las opciones de asistencia al conductor y de seguridad imaginables están aquí presentes, pero espere pagar extra por algunas de ellas, algo frecuente en fabricantes bávaros.
En la carretera
Conducir, esa parece ser la única razón para la que esta “criatura” ha sido creada. Con 617 caballos de potencia a nuestro servicio, no es difícil sufrir la frustración que provocan los que, a pesar del poco tráfico, se recrean en la senda izquierda como en un paseo dominical. Toda esa potencia la genera un motor que no es ajeno a los que conocen BMW, pues es ampliamente utilizado en otros modelos. Es un fabuloso V8 de doble turbo y 4.4 litros de cilindrada. Un motor refinado y a la vez bestial.
Con una transmisión automática de ocho velocidades que encauza inteligentemente las 553 libras pie de torque a través de un sistema de tracción total con alto rendimiento, el X5 M Competition puede alcanzar las 60 millas o 100 kilómetros en solo 3.7 segundos. Es un número que asombra, cuando se tiene en consideración su peso de 5,400 libras o 2449 kilogramos, más unos cuantos de mi masa corporal.
Provoca una sensación extraña sentir un vehículo de estas dimensiones acelerar con tanta ferocidad. En el BMW X5 M Competition puedes tomar curvas como en un auto deportivo. Se siente anclado al asfalto gracias a una suspensión imponente, y a no menos magníficos y ridículamente grandes neumáticos Michelin Pilot Sport 4S. Literalmente lo puedes “tirar” contra una curva y siempre encontrarás la certidumbre de que no te fallará. Si cree que algo puede salir mal, confíe también en los frenos.
Moviéndome en estas ajustadas carreteras con curvas y pendientes, me pregunto cuántos de los pudientes ejecutivos que adquieran un BMW X5 Competition lo llevarán al máximo, o tendrán la oportunidad que ni yo pude disfrutar, de llevarlo a un circuito y experimentar con dos temibles botones rojos en el volante marcados M1 y M2. Posiblemente muy pocos.
Para ellos queda un SUV silencioso y de suspensión algo rígida dentro de la ciudad. Para ellos también está disponible el “Assistance Professional Package”, un paquete con un grupo de opciones que incluye control de crucero adaptativo con capacidad de detener y continuar, así como un asistente en caso de atascos de tráfico, que proporciona una conducción parcialmente automatizada en la autopista a velocidades inferiores a 40 mph. Básicamente, en condiciones de hora punta, permite que este X5 gire, pare y acelere por sí solo, monitoreado por su conductor. Una comodidad indispensable, para purgar el estrés de todas esas largas horas en reuniones insustanciales del día.
La economía de combustible es la esperada para un motor de ese rendimiento, y punto de poco provecho para quienes pueden pagar un auto de este precio. 15 millas por galón en manejo combinado que son 15.68 litros cada 100km.
Para escoger
El 2020 BMW X5 está disponible en cuatro versiones: 40i, 50i, M50i y M. El modelo base X5 sDrive40i tiene un precio inicial de $ 58,900 y viene con un motor de seis cilindros turbo alimentado de 335 caballos. Si escalamos a los M, debemos comenzar por los $105,100 dólares y terminaríamos en el X5 M Competition, que sin muchos paquetes comienza en los $114,100. Nuestro auto de prueba que traía el paquete ejecutivo, el de asistencia profesional, sistema de audio Bowers & Wilkins y el paquete M Drivers llegaba a los $126,295. “Mucho con demasiado”, como diría mi amigo sueco Norell, pero una opción para los que no lleguen a un Maserati o Lamborghini.
Concluyendo
El X5 M debe ser elogiado por el rendimiento explosivo y su excelente agarre en carretera, pero a la vez, es una declaración de estatus algo estéril. No veo a nadie llevándolo a una pista de carreras, y la intoxicación de tanto poder quizá le provoque alguna que otra multa por exceso de velocidad.
Aun así, si tiene el dinero salga y compre uno, porque este es, con mucho, uno de los mejores SUV para los que gusten de una buena experiencia de manejo. No le defraudará.
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