Los pequeños comerciantes hispanos de Nueva York luchan para protegerse contra la violencia armada y la delincuencia que ha azotado el estado en los últimos años.
Hace unas semanas, unos ladrones robaron USD 100,000 de una bodega hispana en El Bronx, una zona donde la criminalidad ha subido a más de 25 por ciento este año. Esta tendencia también se replica en la ciudad de Nueva York, donde el 93 por ciento de todos los 3000 supermercados fueron asaltados en 2023, y los robos en farmacias aumentaron un 620 por ciento en los últimos dos años en el estado.
Los empresarios hispanos también han sido víctimas de esta ola delictiva. Actualmente, la ciudad de Nueva York cuenta con más de 20,000 bodegas, y más de 15,000 pertenecen a hispanos, especialmente dominicanos, mexicanos y venezolanos. Estas bodegas hispanas se encuentran mayormente en El Bronx, Brooklyn, Manhattan y Queens.
“Tenemos temor de trabajar”, dijo Radhames Rodríguez del United Bodegas of America (UBA) a The Epoch Times Español. “La mayoría de nuestros negocios son operados por familias donde trabajan el papá, la mamá, y los hijos, y eso facilita el robo a los delincuentes porque saben que pueden entrar a robar efectivo o artículos del hogar”.
Estas bodegas hispanas, dijo Rodríguez, también son una “presa fácil” porque son los negocios que abren desde muy temprano y son los que más tarde cierran.
Para el empresario, esta situación empeoró cuando el gobierno estatal decidió desfinanciar a la policía y eliminar la fianza para muchos delitos no violentos. La cantidad de robos a bodegas hispanos aumentó en más de un 124 por ciento, dijo Rodríguez.
“El dueño hispano no puede detener a nadie porque el delincuente puede llevarse hasta USD 1000 dólares y no hay consecuencias; te llevan preso, pero el fiscal te libera porque no lo considera como un delito mayor”, señaló el empresario. “Entonces, roban artículos como detergentes, pampers, café, productos que ellos pueden vender. Estos son los robos más frecuentes”.
Y aunque los robos a mano armada son menos comunes, son los que más impacto generan en la comunidad hispana. Desde hace unos años, los miembros de la UBA decidieron entrenar en el uso de armas de fuego para poder defenderse ante la delincuencia, sin embargo, Rodríguez dijo que en los últimos seis meses, la cifra de negociantes hispanos interesados en capacitarse en el uso de armas subió exponencialmente ante la ola criminal en sus bodegas.
“Son millones de dólares que se pierden doblemente, porque se dejan de pagar impuestos y perdemos todos; porque se pierde capital del propietario pero también el gobierno deja de percibir una gran cantidad de dinero porque es un dinero que no llega a pagar los impuestos”, añadió.
El presidente de UBA dijo que también conversaron con el alcalde demócrata Eric Adams sobre este problema, y que aunque expresó que también quiere ayudar con la situación, las leyes actuales del estado imposibilitan tomar una acción concreta.
“Esto depende mucho de los oficiales electos. Si ellos no cambian las leyes, si ellos no fortalecen las leyes para castigar a los delincuentes, lamentablemente vamos a seguir teniendo más delincuencia y los pequeños y medianos comerciantes vamos a sufrir más”, dijo.
“Ahora mismo los delincuentes están más protegidos que nosotros, que estamos trabajando, que pagamos impuestos, y que generamos empleos”, añadió. “Pareciera que vale más la pena salir a delinquir que trabajar honradamente, así que les pedimos a gritos a nuestras autoridades, a quienes realmente tienen que ver con el cambio de las leyes, que le den una revisión y que realmente traten de cambiar estas leyes que son tan blandas y que favorecen a los delincuentes”, añadió.
Actualmente, el presidente de la asociación hispana dijo que están trabajando con el concejal del distrito 15 de Nueva York, Oswal Felix, para aplicar más medidas de seguridad como cámaras de seguridad y botones de pánico en las bodegas.
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