Bolivia convocó este lunes a su embajadora en Irán, Romina Pérez, para que se presente en La Paz y explique unas declaraciones en las que supuestamente «condena» a nombre del Gobierno las protestas feministas en ese país, algo que la diplomática atribuyó a una distorsión de los medios.
La Cancillería boliviana mencionó que Pérez fue convocada a presentarse en La Paz «de manera inmediata» con el objetivo de «recibir un informe y evaluar las circunstancias» de sus declaraciones.
Varios medios locales replicaron información de la agencia estatal de Irán IRNA, en la que supuestamente la embajadora dijo que el Gobierno boliviano «condena los recientes disturbios en Irán, perpetrados por sionistas británicos y estadounidenses».
Las manifestaciones en Irán se desataron después de la muerte de Mahsa Amini, el pasado 16 de septiembre, luego de que la llamada Policía de la moral del país la detuviera por llevar mal el velo.
Las primeras protestas se produjeron inicialmente en 40 ciudades y derivaron en enfrentamientos fuertes con las fuerzas de seguridad, en los que inclusive se utilizó armamento letal además de gases lacrimógenos y toletes, según la ONU.
Sin embargo, las protestas también se extendieron a las universidades al mismo tiempo que las expresiones de desobediencia a los códigos de vestimenta junto a los cuestionamientos al líder supremo de Irán, Ali Jameneí.
En un video publicado en las redes sociales institucionales de la embajada de Bolivia en Irán, Pérez aseguró este lunes que sus palabras fueron «manipuladas de forma tendenciosa» y que no realizó «ninguna declaración de condena respecto a las marchas feministas en Irán» y que «en ningún momento» emitió una posición del Gobierno del presidente Luis Arce.
Pérez admitió que efectuó declaraciones hace unos días en un viaje que realizó a la ciudad de Tabriz, donde visitó una fábrica de tractores y tuvo una reunión con el alcalde de esa ciudad, pero que fue el canal Irán Internacional la fuente que tomó la prensa boliviana.
«Estoy realizando las gestiones correspondientes a efecto de que el medio que distorsionó mis declaraciones, Irán Internacional, rectifique», remarcó la diplomática.
Las expresiones de la embajadora ocasionaron el rechazo de varios sectores de la opinión pública boliviana.
Comunidad Ciudadana (CC), la principal fuerza de oposición en el Parlamento del país, emitió un pronunciamiento en el que «rechaza categóricamente» las declaraciones de Pérez, que se oponen a la Constitución y las convenciones internacionales que Bolivia ha suscrito contra la discriminación y la violencia hacia las mujeres.
«Exigimos que, en concordancia con las normas citadas, el presidente Luis Arce se manifieste en contra de la represión policial que acontece en Irán, destituya a la embajadora Romina Pérez y se disculpe por colocarnos en una situación bochornosa en el ámbito internacional», fue el pedido de la agrupación política.
El Gobierno boliviano ha mostrado una oposición militante a todas las formas de violencia contra la mujer y los feminicidios que colocan al país entre los más violentos de la región y proclamó este 2022 como el Año de la Revolución Cultural para la Despatriarcalización.
En el ámbito internacional, Bolivia tiene afinidad ideológica con Irán además de China, Cuba, Nicaragua, Rusia y Venezuela, entre otros países.
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