Hamás se atribuyó la autoría de un atentado con bomba perpetrado en Tel Aviv el 18 de agosto, un atentado que aparentemente salió mal, ya que el artefacto explotó prematuramente y sólo murió el terrorista.
La explosión cerca de una sinagoga también hirió a un transeúnte.
La policía y las fuerzas de seguridad confirmaron el 19 de agosto que se trataba de un atentado terrorista.
En un comunicado, Hamás dijo que había llevado a cabo el atentado, que calificó de «operación de martirio», junto con la Yihad Islámica Palestina, otro grupo terrorista con base en Gaza.
Hamás dijo que los atentados suicidas continuarían en respuesta a los ataques israelíes «mientras continúen las masacres de los ocupantes y la política de asesinatos selectivos».
Un vídeo de seguridad mostró al terrorista, que llevaba una gran mochila, caminando por la calle Lehi, en el sur de Tel Aviv, poco antes de que el artefacto estallara prematuramente en una potente explosión.
La policía dijo que la bomba pesaba menos de 10 kilogramos (unas 22 libras), contenía clavos y trozos de metal, y probablemente iba dirigida a la cercana sinagoga Shimon Bar Yoachai, que se llena con más de 100 personas durante las oraciones vespertinas.
El rabino de la sinagoga, Avraham Meshulam, de 73 años, dijo que la explosión «sacudió la sinagoga».
Un comandante de la policía dijo que fue a pocos metros de distancia.
«Las ventanas se hicieron añicos, la gente gritó y hubo caos. La gente pensó que era un misil de Irán», dijo.
Un comandante de policía calificó de «milagro» que no explotara en la sinagoga o en un centro comercial cercano.
«Podría haber acabado con decenas de muertos», dijo.
Otro comandante de la policía dijo que los despachadores de emergencia recibieron docenas de llamadas «informando de una fuerte explosión y partes de cuerpos esparcidos en la calle Lehi».
La policía dijo que les estaba resultando difícil identificar el cadáver, el de un hombre de unos 50 años.
Zvi Hasid, director de la organización judía ZAKA, que asiste a la policía en escenas de catástrofe y recupera partes del cuerpo siguiendo la ley religiosa, dijo: «Los escombros estaban esparcidos en un área de cientos de metros, tras la intensidad de la explosión».
Un hombre de 33 años fue trasladado a un hospital con heridas de metralla en las extremidades y el pecho.
Los atentados suicidas fueron una de las señas de identidad del levantamiento de la Segunda Intifada palestina contra Israel, que comenzó en 2001.
Comenzó después de que los palestinos rechazaran un acuerdo de paz propuesto por el presidente estadounidense Bill Clinton y el primer ministro israelí Ehud Barak en Camp David.
Durante la violencia, los terroristas palestinos perpetraron decenas de atentados suicidas en Israel, matando a cientos de personas en autobuses, restaurantes y otros lugares públicos.
Desde entonces, Hamás y otros grupos han abandonado casi por completo esta táctica, recurriendo en su lugar a tiroteos, apuñalamientos, ataques con coches bomba y lanzamiento de cohetes desde Gaza.
El último atentado suicida dentro de Israel tuvo lugar en 2016, cuando un palestino de 19 años detonó una bomba en un autobús de Jerusalén, hiriendo a 21 personas.
Expertos en seguridad dijeron que había habido una reciente escalada del terrorismo en Cisjordania y varios ataques suicidas frustrados.
«Parece que quizá se esté abriendo otro frente», dijo Michael Milshtein, exjefe de asuntos palestinos de la inteligencia israelí.
«Van a ser años muy malos para Israel».
Con información de The Associated Press y Reuters.
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